Editorial
Matrimonio Gay: ¿Instaura o Indica?
Por Raúl Aragón
El matrimonio, como institución Católica, lleva ya siete siglos.¿Cuánto tiempo necesitaremos para enseñarnos a nosotros mismos (y enseñarle a nuestros hijos) que un niño es igual a un niño, independientemente de los padres que tenga?
La revolución de mayo instauró el comienzo de un nuevo régimen político en el Rio de La Plata. Sin ese acto preciso, deliberado, no habríamos comenzado el largo camino que nos llevó a convertirnos en La Republica Argentina. Debía suceder para crear las condiciones de inicio.

El breve y fulgurante protagonismo de Blumberg, con sus setenta mil personas espontáneamente presentes frente al Congreso de La Nación, nada instauró. Las condiciones de hartazgo por la inseguridad ya estaban dadas en la sociedad civil. El breve liderazgo de Blumberg solo indicó la vigencia esas condiciones.

Así, todo hecho social significativo puede ser inscripto en una de estas dos categorías. Puede ser el acto que crea las condiciones para un futuro, o puede ser acto que indica que esas condiciones ya están instauradas.

¿Y la sanción de la ley que autoriza el matrimonio de dos personas del mismo sexo, otorgándole exactamente los mismos derechos que a los esposos de matrimonios heterosexuales; en cuál de estas dos categorías se inscribe?

Si la inscribimos como un acto que instaura, entonces nuestros legisladores se hacen responsables de haber introducido en la cultura argentina un elemento que la modificara, creando en el largo plazo una variación en la precepción social de la institución matrimonial.

Por otra parte, si la inscribimos como un acto que indica condiciones ya instaladas: en este caso la existencia significativa de parejas constituidas por ciudadanos del mismo sexo; no podríamos atribuirles responsabilidad ya que solo estarían legitimando jurídicamente lo que un sector de la sociedad civil ya legitimo socialmente.

Sin duda, este ha sido el caso: parejas del mismo sexo, aun con niños adoptados, ya existían y muchas. El acto legislativo solo ha sido un reconocimiento de una práctica ya instalada, dejando la responsabilidad de sus consecuencias a la comunidad Gay Argentina y al conjunto de la sociedad.

La más importante, quizás, es la que afectara a los hijos de estas parejas. En el contexto cultural actual con seguridad serían discriminados por sus pares etarios de una manera directa y también, aun con actos de discriminación positiva, por algunos adultos con los que necesariamente todo niño interactúa. Y lo serían porque culturalmente no estamos preparados para aceptar con facilidad que un niño tenga dos padres y ninguna madre o dos madres y ningún padre.

¿Cómo negociara un joven proveniente de un hogar constituido por miembros de un mismo sexo su integración a un grupo de adolescentes hijos de padres heterosexuales? ¿Cómo lo consideraran estos últimos?

Y esta es la discusión ahora y esta es la tarea ahora. Ya es ociosa la discusión sobre el acierto o el desacierto de haber promulgado la ley. El matrimonio de personas de un mismo sexo con derecho a adopción ya esta instaurado socialmente y legitimado jurídicamente.

Si el argumento central para la aprobación de la ley fue la igualdad, ya que esta es el fundamento de la Democracia, entonces debemos pensar (e instaurar) practicas e instituciones que les aseguren a esos niños (que no votaron ninguna ley ni hicieron ninguna opción sexual) un trato igualitario por parte de sus coetáneos y por parte de los adultos que se relacionen con ellos.

Probablemente con el INADI no alcance, será necesario ahora, después de la legitimación jurídica, un profundo esfuerzo por parte de todos para legitimar culturalmente la institución matrimonial de miembros de un mismo sexo. Y este es un esfuerzo que no puede ser hecho solo por vía legislativa, será tarea de padres, comunicadores, docentes y lideres de todas las aéreas del hacer social.

Y será largo. Se trata de invertir la calificación social de una práctica hasta ahora mayormente denostada, y convertirla en un valor positivo. No es algo sencillo y debe ser hecho en el corto plazo.

Entre el mayo patriótico fundacional de 1810 y el acto declaratorio del 9 de julio pasaron seis años. Después necesitamos muchas décadas y muchos dolores para que los Argentinos nos entendamos a nosotros mismos como Nación tras de trescientos años de colonia.

El matrimonio, como institución Católica, lleva ya siete siglos.

¿Cuánto tiempo necesitaremos para enseñarnos a nosotros mismos (y enseñarle a nuestros hijos) que un niño es igual a un niño, independientemente de los padres que tenga?

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  • 3
    Lucas
    20/07/10
    01:08
    Pienso casarme el año que viene y hemos decidido hacerlo solo por Iglesia. Luego de este mamarracho rechazamos casarnos por civil. Espero que la Iglesia lo entienda.
    Y queremos formar una familia muy numerosa, es decir tener muchos hijos. Hablamos sobre este tema y fue sencillo: los educaremos según su naturaleza: varón o mujer. No les vamos a enseñar que está bien que a "un nene le guste otro nene y que se pueden casar". Por supuesto le enseñaremos respeto por todo el mundo. Pero también le enseñaremos que vivimos en una democracia y que es un derecho el emitir opinión sobre el tema que sea.
    ¿Es claro lo que se avecina?
    Responder
  • 2
    Jorge Dragone
    19/07/10
    17:58
    ¿Probablemente con el INADI no alcance?. No se preocupen, muchachos. Con la ayuda de los canales de televisión y la creación de algunos organismos con instrumentos más convincentes, estoy seguro de que pueden lograrlo en menos de seis años. Pueden probar con campos de trabajos forzados, clínicas "siquiátricas", promoción de la delación de los hijos para con los padres , creación de una Policía Ideológica y tantas cosas útiles con las que ya se ha experimentado. Si optan por esta línea expeditiva, pueden consultar con antecedentes en la URSS, Alemania nazi, Corea, China y Vietnam. Ahora, si aceptan tener un poco más de paciencia, lean "Un Mundo Feliz", de A. Huxley y aplíquenlo. Pueden tomar como ejemplo a Holanda o la España de Zapatero, pero les repito que en este caso puede llevarles algo más de tiempo.
    Como devolución de favores por los datos, les pido que me avisen cuando empiecen.
    Saludos
    Responder
  • 1
    manuel
    19/07/10
    07:43
    El tiempo necesario que necesiten para comprender, como dos varones o dos mujeres pueden engendrar un hijo, porque a fuer de ser sincero un hijo puede ser un hijo pero no es lo mismo en el caso del niño, los dos terminos tienen un concepto distinto, por lo tanto cuando esos seudos hijos entiendan que fueron usados como prendas de cambio para justificar una barbaridad, recien en ese momento se instalaran los cambios que dicen generara este engendro en la sociedad.
    Responder
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