La cumbre de Joe Biden y Xi Jinping en San Francisco apareció como un primer paso de distensión, aunque de alcances todavía muy inciertos. Clave para la política interna de Estados Unidos y la relación con México, la crisis del fentanilo fue abordada como uno de los temas prioritarios pero los acuerdos que se lograron fueron parciales. De acuerdo a la información que trascendió, China perseguirá a las empresas químicas para frenar el flujo en sus distintas formas, tanto del fentanilo como de la materia prima utilizada para fabricar el mortal opioide sintético.

El tema es parte de la agenda de la campaña presidencial que tiene como protagonistas principales a Joe Biden y Donald Trump. Además, la mayor parte de los candidatos presidenciales republicanos prometen usar la fuerza militar contra los cárteles de la droga en México y amenazan con perturbar los lazos económicos entre Estados Unidos y China.

Tal como informó LPO, Biden y Jinping anunciaron a último momento el martes un primer acuerdo mediante el cual China se compromete a perseguir a las empresas que exportan ilegalmente precursores químicos que se usan para fabricar el fentanilo.

Biden logró un compromiso clave con China para frenar la producción de fentanilo

El entendimiento dejó fuera al presidente mexicano cuando, según la DEA, los cárteles mexicanos Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa (CDS) reciben esas exportaciones ilegales de químicos para llevar el fentanilo a docenas de naciones desarrolladas y convertirse en el mayor riesgo a la seguridad estadunidense.

Consultado por LPO, el especialista Leland Lazarus dio su opinión sobre la cumbre en San Francisco. Profesor de la Universidad Internacional de Florida (FIU), Lazarus afirmó que hay dos resultados del encuentro entre los mandatarios que fueron significativos. El primero de ellos, dijo, es el establecimiento de un grupo de trabajo sobre drogas sintéticas, especialmente el fentanilo, que ha matado más de 70,000 estadounidenses el año pasado.

El primer resultado significativo del encuentro es el establecimiento de un grupo de trabajo sobre drogas sintéticas, especialmente el fentanilo. Pero, cabe destacar que se ha establecido un grupo de trabajo así en el pasado, pero no produjo muchos resultados.

Lazarus, que fue funcionario del Departamento de Estado y vivió en China durante 5 años, está entre quienes consideran que la mayoría de los precursores proviene del gigante asiático. Sin embargo, el académico advierte que el acuerdo debe llevarse a la práctica. "Cabe destacar que se ha establecido un grupo de trabajo así en el pasado, pero no produjo muchos resultados", recuerda.

El profesor y ex funcionariorio del Departamento de Estado, Leland Lazarus. 

LPOEnrique Tubio

Según los datos de las distintas agencias que trabajan para la administración Biden, los cárteles mexicanos que suelen utilizar precursores chinos para fabricar la droga son responsables en gran medida de la exportación de fentanilo, un opiáceo sintético 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina.

Los especialistas recuerdan que el tema no es nuevo ni puede considerarse sólo como un problema que afecta a los demócratas. Al contrario, ha perseguido a múltiples presidentes estadounidenses, ya que las muertes por sobredosis se han disparado en todo el país. En 2018, durante su mandato como presidente, Trump anunció en 2018 un acuerdo con Xi, en virtud del cual Pekín se comprometía a designar el fentanilo como sustancia controlada. Sin embargo, el acercamiento quedó en la nada. 

Desde la perspectiva del profesor Lazarus, el otro acuerdo de relevancia geopolítica es la reanudación de comunicaciones entre los dos ejércitos. En los últimos meses, había muchas tensiones entre aviones militares chinos y EEUU en el mar meridional chino, señala. "Hasta ayer, no había ninguna manera directa para que los líderes militares pudieran comunicarse para tratar de bajar las tensiones. Ahora, después del encuentro, hay un mecanismo para mantener comunicación", le dijo Lazarus a LPO.

Durante su mandato como presidente, Trump anunció en 2018 un acuerdo con Xi, en virtud del cual Pekín se comprometía a designar el fentanilo como sustancia controlada. Sin embargo, aquel entendimiento quedó en la nada. 

El riesgo de la cumbre que presentó signos de distensión por parte de los dos líderes más poderosos del planeta es que, pasado el tiempo, todo quede en la nada y la dinámica de la polarización regrese para tensar una relación que plantea de por sí una difícil convivencia. La impactante definición de un Biden que, minutos después de reunirse con Xi Jinping, lo calificó de "dictador" ante la prensa hace prever nuevas tensiones porque la política doméstica de Estados Unidos obliga a Biden al presidente a mostrarse confrontativo con China, incluso cuando eso resulte contraproducente para sus propios intereses.

Aunque Biden se endureció en medio del deshielo y los medios chinos lo consideraron poco menos que una traición, los republicanos ven al líder demócrata casi como un rehén de la política china.

"Los acuerdos de China tienen una condición no establecida: Nulos si se critica a Xi y al Partido Comunista. Si la administración Biden no es pro-China en 2024, la aplicación de un acuerdo sobre fentanilo se desvanecerá", le dijo a Bloomberg el investigador principal del conservador American Enterprise Institute, Derek Scissors.