La investigación por delitos federales contra Donald Trump empieza a generar daños colaterales. El fiscal especial Jack Smith presentó tres nuevos cargos contra el ex presidente en la causa por los documentos clasificados. La avanzada incluye revelaciones sobre Trump pidiendo a un empleado de su club Mar-a-Lago que eliminara las imágenes de la cámara de seguridad buscadas por el FBI.
En la ampliación de la investigación, el nuevo apuntado por Smith es Carlos de Oliveira, el empleado latino que administraba el complejo de Mar-a-Lago, el resort privado de Trump ubicado en Palm Beach, Florida. Esa suerte de country tiene 25 cuartos de invitados. Según detalla la acusación de 60 páginas, en enero de 2021, con Trump ya fuera de la Casa Blanca, Mar-a-Lago contaba con 150 empleados. El coordinador de esa estructura era el empleado De Oliveira, ahora acusado por la fiscalÃa.
De Oliveira tiene 56 años y fue ascendido a administrador del resort de Trump a partir de enero de 2022. Antes se habÃa desempeñado en varias otras ocupaciones dentro del complejo, incluido el puesto de valet.
Según la estación local de noticias WPTV, los vecinos de De Oliveira lo describieron como un "empleado de Mar-a-Lago desde hace mucho tiempo" y "un buen tipo que se mantenÃa solo y jugaba al golf".
El lunes próximo, De Oliveira deberá presentarse ante la corte federal de Miami. El relato de la acusación muestra a este hombre como un empleado que acató las órdenes de Trump, en busca de borrar las pruebas en contra del precandidato republicano.
La investigación detalla que Trump y De Oliveira hablaron varias veces por celular. En una oportunidad, lo hicieron durante 24 minutos. Aquella charla ocurrió después de que el gobierno de Joe Biden reclamara el material audiovisual de las cámaras de seguridad de Mar-a-Lago.
Según la acusación, De Oliveira también estuvo en contacto permanente con el asistente de Trump Waltine Nauta, un militar de la marina retirado y asesor todoterreno del expresidente. De Oliveira y Nauta fueron captados por cámaras de vigilancia en junio del año pasado moviendo alrededor de 30 cajas de documentos en Mar-A-Lago.
De Oliveira supuestamente habló con el Director de TecnologÃa del complejo y le informó que "el jefe" querÃa que "las imágenes de vigilancia en los servidores fueran borradas". También ayudó a Nauta y varias otras personas a cargar cajas en un avión que llevó a Trump y su familia "al norte durante el verano".
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Otra acusación en su contra del administrador es por haber drenado la piscina del complejo en octubre del año pasado, lo que provocó inundaciones en la habitación que contenÃa los servidores de Mar-A-Lago. Los cargos ahora incluyen haber hecho declaraciones falsas al FBI mientras estaba siendo interrogado sobre el manejo de los documentos.
Después de que el FBI descubriera los archivos clasificados en Mar-A-Lago en agosto del año pasado, Nauta intentó medir la lealtad de Oliveira hacia Trump. Lo hizo en una conversación con un valet en el complejo. Nauta dijo que "alguien" querÃa asegurarse de que el hombre de 56 años fuera "bueno". El valet respondió que De Oliveira era leal y "no harÃa nada para afectar su relación con Trump". Trump luego llamó a De Oliveira y le dijo que le conseguirÃa un abogado.
Según informó CNN, este trabajador de 56 años será representado por el abogado defensor John Irving, cuyo bufete de abogados ha recibido alrededor de 200.000 dólares en pagos del PAC Save America de Trump.
El lunes se pondrá a prueba la lealtad de De Oliveira hacia su ex jefe. Algunos expertos legales creen que es probable que De Oliveira termine cooperando con los fiscales para evitar la cárcel.
La única noticia favorable hacia Trump es que los nuevos cargos pueden llegar a retrasar el inicio del juicio, fijado para el 20 de mayo del año próximo. La mejor defensa de Trump es hacer tiempo.
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