Donald Trump voló hacia Georgia en su jet privado. Lo hizo al filo de la fecha impuesta por el juez para su entrega. De ahí fue en auto a la cárcel del condado de Fulton, donde le tomaron las huellas dactilares y le sacaron la típica foto policial de reo. El ex presidente fue registrado como el recluso número P01135809.

Pero el líder republicano le imprimió su estilo a la imagen. Vestía su habitual traje azul marino y corbata roja. Y posó para la cámara ligeramente desde abajo, con el ceño fruncido y su mirada de zoolander, a mitad de camino entre la amenaza y la autoparodia. Después pagó una fianza de 200.000 dólares (monto negociado previamente) y se retiró.

Ese encadenado de acciones generó un hecho conmocionante y sin antecedentes. Convirtió a Trump en el primer expresidente de los Estados Unidos al que le sacan una foto policial. El republicano está acusado, en este caso, de anular el resultado de las elecciones presidenciales de 2020.

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La imagen entrará de lleno en la historia de los EEUU y, por lo tanto, de la historia mundial. Si bien Trump acumula cuatro cargos, la postal de Georgia funcionará como una síntesis de las otras acusaciones en su contra. Porque esta fotografía del republicano, tomada en la Oficina del Sheriff del condado de Fulton, es la única hasta la fecha.

Pero el análisis en perspectiva del arresto de un ex presidente estadounidense no se condice con el pulso de la política actual, cargado de escepticismo, resentimiento y polarización ideológica, con un mapa cada vez más fragmentado en estados profundamente azules o rojos. Tal vez la historia no absuelva a Trump. Quizás tampoco lo hagan los jueces que investigan los cargos en su contra. Al candidato de 77 años, sin embargo, le alcanza con el apoyo intransigente del núcleo duro de votantes republicanos. Con eso sólo se mantiene en carrera. Se trata de un respaldo que, lejos de ser vivido con pudor o culpa, se exhibe con orgullo e indiferencia ante las investigaciones. Y Trump se alimenta de ese sentimiento.

Joe Biden cuenta con la posibilidad de que esa conexión no le resulte suficiente a Trump para ganar la elección en un mano a mano contra él. Los otros postulantes republicanos, desde el anti-trumpista Chris Christie hasta el zigzagueante Ron DeSantis, machacan con esa misma idea. El presidente demócrata, Christie y DeSantis pueden tener razón. Pero a MAGA no le queda otra estrategia que huir hacia adelante, a caballo de ese respaldo.  

"Queremos que le tomen una foto policial. Queremos ponerla en una camiseta. Se difundirá por todo el mundo. Será una imagen más popular que la Mona Lisa", se entusiasmó desde Georgia Laura Loomer, una excandidata republicana al Congreso. 

Las cuatro imputaciones de este año a su vez le resultaron beneficiosas. Lo hicieron crecer en las encuestas a la base republicana y fueron positivas para su recaudación de fondos. También reforzaron su papel de víctima que tiene sobrados motivos para buscar revancha.

AP

"Queremos que le tomen una foto policial. Queremos ponerla en una camiseta. Se difundirá por todo el mundo. Será una imagen más popular que la Mona Lisa", se entusiasmó Laura Loomer, una excandidata republicana al Congreso. Lo dijo rodeada de otros partidarios de Trump, afuera de la cárcel en la que el expresidente se entregó.

Ahora, la campaña presidencial empezó de forma definitiva. El arresto en Georgia además eclipsó el primer debate republicano. La coincidencia temporal refuerza la narrativa de que Trump monopoliza el partido rojo, dejando sin chances ni sentido las otras postulaciones opositoras para la Casa Blanca.

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La detención en Georgia tuvo otra derivación importante. Trump volvió a Twitter, la red social rebautizada como X de la mano de Elon Musk. Fue su reingreso tras haber sido prohibido a raíz de la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021. El candidato tuiteó su propia imagen en la comisaría con el mensaje "INTERFERENCIA ELECTORAL" y "NUNCA RENDIRSE". La jugada consolida su alianza táctica con Elon Musk, quien se empieza a consolidar como un rival de Fox News. Musk retuiteó la publicación de Trump con un elogio. Dijo que el expresidente estaba en el "siguiente nivel".

Fue a través de X que Tucker Carlson entrevistó a Trump el miércoles pasado. La charla se emitió en paralelo al debate republicano televisado por Fox News. Ahí Trump se jactó de la enorme diferencia que les saca a los demás precandidatos republicanos y criticó por traicionera a la línea editorial de Fox. "Quizás con esta forma consigas más audiencia que ellos", especuló Trump ante su amigo Carlson. Tenía razón. El debate reunió casi 14 millones de televidentes, mientras la entrevista al empresario y político republicano registró más de 200 millones de vistas.