A menos de un año para ponerse a prueba electoralmente, Joe Biden quiso evitarse otra crisis. ¿Cuál? La que subyace en la relación tensa entre Estados Unidos y China. Mientras los conflictos y las guerras se acumulan en Oriente Medio y Europa, el presidente demócrata buscó demostrarle a los estadounidenses y a Xi Jinping que una mejor relación entre Washington y Beijing es beneficiosa para todos.
"Creo que es primordial que usted y yo nos entendamos claramente, de lÃder a lÃder, sin conceptos erróneos ni faltas de comunicación", le dijo Biden a Xi cuando comenzaron sus conversaciones en una finca aislada al sur de San Francisco. Después, Xi ofreció su propia visión del momento complejo en las relaciones entre Estados Unidos y China. "El planeta Tierra es lo suficientemente grande para que los dos paÃses tengan éxito", afirmó.
Biden dio una cálida bienvenida a su homólogo chino frente a una mansión de estilo renacentista georgiano. La óptica de la cumbre fue negociada cuidadosamente entre las dos partes y la bienvenida formal a la finca estuvo altamente coreografiada.
Como anfitrión de la reunión, Biden salió primero del edificio para dar la bienvenida a Xi. Se habÃa extendido una alfombra roja, con guardias de la Marina y banderas de ambos paÃses. El sedán negro de Xi se detuvo y se detuvo al final de la alfombra. El lÃder chino salió con una sonrisa y los dos hombres se dieron la mano, cada uno agarrando las muñecas del otro.
Al comenzar la reunión, Biden le dijo a Xi que es esencial que los dos hombres se entiendan francamente. El demócrata afirmó que los lÃderes tenÃan la responsabilidad ante sus poblaciones de trabajar juntos, incluso en cuestiones de cambio climático, lucha contra el narcotráfico y acercamiento a la inteligencia artificial. Añadió que la competencia entre Estados Unidos y China no puede inclinarse hacia el conflicto.
"Como siempre, no hay sustituto para las discusiones cara a cara. Siempre he encontrado nuestras discusiones sencillas y francas", dijo Biden. Hablando después de Biden, Xi ofreció una visión más cruda de las relaciones entre Estados Unidos y China.
"La relación China-Estados Unidos nunca ha sido fácil en los últimos 50 años y más, y siempre enfrenta problemas de un tipo u otro. Sin embargo, ha seguido avanzando en medio de giros y vueltas", dijo a través de un traductor.
"Para dos paÃses grandes como China y Estados Unidos, darse la espalda no es una opción", prosiguió. "No es realista que una parte remodele a la otra y el conflicto y la confrontación tienen consecuencias insoportables para ambas partes".
Pareciendo rechazar la visión de Biden sobre la "competencia" entre Estados Unidos y China, Xi dijo que "todavÃa opina que la competencia entre los principales paÃses no es la tendencia predominante en los tiempos actuales y no puede resolver los problemas que enfrentan China y Estados Unidos o el mundo en general".
Desde la oposición, los republicanos ya criticaron la supuesta debilidad de Biden ante el presidente Chino. "Xi es una tirano porque es una dictadura la de China comunista. Donde no se respetan los derechos humanos, no hay un estado de derecho, ni respeto a los derechos humanos y por eso es un régimen peligroso. Lo está demostrando diariamente y el Presidente Biden demuestra una vez más debilidad y falta de liderazgo frente al dictador", opinó ante LPO el congresista de Florida Mario-DÃaz Balart.
Poco antes de la cita, por su parte, Joelle Gamble, Directora Adjunta del Consejo Económico Nacional y Asistente Adjunta del Presidente, se refirió ante este medio a la competencia comercial con China. "Estamos dedicando mucho tiempo y energÃa a fortalecer nuestra relación con México, un socio comercial importante. Y como vimos durante la pandemia, las cadenas de suministro globales pueden interrumpirse fácilmente. Por lo tanto, tener socios comerciales que estén muy cerca de casa ofrece muchos beneficios importantes y las empresas lo están reconociendo", explicó.
Es que Biden pretende fortalecer los lazos comerciales con paÃses aliados y limar la influencia de China en América Latina. La apuesta va en lÃnea con la polÃtica de Biden sobre el nearshoring: la mudanza de una parte de la producción a paÃses cercanos y afines. El objetivo indirecto es contrarrestar la influencia de China sobre la fabricación global y cortar los lazos de dependencia de Taiwán. La isla es proveedora de insumos clave para EEUU, como los microchips para las computadoras.
"Si China invade Taiwán y ambos paÃses dejan sin provisión de esos chips de computadora a Estados Unidos, ¿no serÃa bueno tener una especie de oferta geográficamente diversificada, incluida una con una relación más segura?", se preguntó retóricamente semanas atrás el senador republicano Bill Cassidy, de Luisiana, en una charla de la que participó LPO.
Respecto a la relación de rivalidad entre EEUU y China, el profesor Leland Lazarus le dijo a LPO en una entrevista que "cuando Xi Jinping llegó al poder, la ambición de esa potencia cambió. Y cambió radicalmente. Ahora hay muchos enfrentamientos entre los dos paÃses. Los lÃderes estadounidenses están tratando de crear las condiciones para que puedan cooperar y a la vez competir, pero sin llegar a conflictos. Por eso estamos viendo cada vez más visitas de funcionarios y presidentes".
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