El gobierno de Estados Unidos lanzó una sorpresiva campaña contra el cártel de Beltrán Leyva, una organización en crecimiento que opera en la frontera con Texas. La ofensiva incluye ocho encauzamientos judiciales simultáneos contra 60 integrantes de ese cartel en tribunales federales de San Diego, Los Ángeles, Chicago y Washington.
De acuerdo con fuentes judiciales y documentos de la Corte en San Diego, donde se presentaron tres encauzamientos simultáneos, todos los acusados enfrentan por lo menos tres cargos federales por conspiración relacionada con las drogas, lo que conllevaría penas máximas individuales de cadena perpetua.
La andanada contra la organización Beltrán Leyva se basa en averiguaciones y cargos de los Departamentos del Tesoro, de Justicia y de Estado.
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La campaña se divulgó en Estados Unidos enseguida que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, anunció desde la Ciudad de México sanciones contra 15 de los 60 integrados en las demandas en tribunales estadounidenses. La fiscal general adjunta, Lisa Mónaco, confirmó en San Diego que todos los acusados en las demandas simultáneas son de nacionalidad mexicana.
En los documentos de las demandas, las autoridades identificaron a los acusados por su nombre, pero también por los alias o apodos con los que se les identifica en la organización. Los documentos se refieren a El Músico, El Salgado, El Huevo, El Chino, El Kiwas, El Prada, El Tío, El Lencho, El Barbas y El Gallo, entre decenas más.
A uno de los acusados, Óscar Manuel Gastélum Uribe, conocido como "El Salgado", lo menciona el Departamento del Tesoro como el principal de 15 miembros del cartel a quienes las autoridades congelaron sus activos como sanción por su involucramiento con la conspiración para el narcotráfico.
Gastélun enfrenta cargos en San Diego, Chicago y Washington. El Departamento de Estado apunta que Gastélum y Pedro Inzúnza Noriega forman actualmente el directorio del cartel Beltrán Leyva.
Hasta ahora, la Administración para el Control de Drogas (DEA) es la única institución que ha guardado silencio con relación a la nueva cruzada contra Beltrán Leyva. Su prioridad siguen siendo los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa, a los que atribuye la mayoría del tráfico de fentanilo a Estados Unidos.
En cambio, otras dependecias de la administración Biden le da igual importancia al cártel de Beltrán Leyva. Para el Departamento de Estado, se trata de una poderosa organización narcotraficante que transporta a Estados Unidos y distribuye drogas ilícitas, incluidos fentanilo y cocaína.
Los cargos que enfrentan los acusados son por conspiración internacional para distribuir cocaína, poseer cocaína con intención de distribuir a bordo de una embarcación e importar sustancias controladas.
Convencionalmente, un cargo por conspiración tendría una sentencia de unos 20 años de prisión, pero al repetirse, con cada cargo se vuelve agravante. De acuerdo con las cuatro fiscalías federales relacionadas, los acusados enfrentan potencialmente la cadena perpetua más una multa individual de $10 millones de dólares cada uno.
"Las ocho acusaciones contra 60 acusados son las más recientes acciones en la incesante persecución por parte del Departamento de Justicia de las organizaciones narcotraficantes que contrabandean narcóticos ilícitos a los Estados Unidos", dijo la fiscal general adjunta Lisa Mónaco.
Mónaco anticipó cuál será la tarea de la fiscalía general. "Junto con nuestras contrapartes en todo el gobierno de Estados Unidos y en todo el mundo, utilizaremos todas las herramientas a nuestra disposición y apuntaremos a cada eslabón de la cadena de suministro para desmantelar las organizaciones que inundan nuestras comunidades con narcóticos mortales", dijo.
Por su parte, el director regional de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) en San Diego, Chad Plantz, consideró que el anuncio de ocho encauzamientos simultáneos y sanciones financieras a 15 individuos envía un mensaje claro de que las agencias del orden utilizarán todas las medidas disponibles para investigar y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales responsables del contrabando, transporte y distribución de narcóticos y ganancias ilícitas, "dondequiera que intenten operar".
Arturo Beltrán Leyva nació en el mismo pueblo donde nació Joquín "El Chapo" Guzmán, en Badiraguato en la sierra del estado de Sinaloa. Era el hermano mayor en su familia y desde la década de los años setenta se alineó con una federación de carteles que encabezó un ex policía, Miguel Ángel Félix Gallardo.
Beltrán Leyva reclutó a varios de sus hermanos y trabajó en la frontera con Texas como parte del Cartel de Ciudad Juárez, que encabezó Amado Carrillo Fuentes, apodado "El Señor de los Cielos", por su insistencia en usar aeronaves para traficar drogas a través de la frontera.
Arturo operó con ese cartel por décadas, pero entre 1980 y el inicio del siglo varios de los dirigentes de las drogas en México cayeron presos. En 2008, Leyva se declaró "el jefe de jefes", separó su propio cartel y entró en una sangrienta guerra por territorios contra "El Chapo", quien hasta entonces había sido su amigo y su aliado. El "Señor de los Cielos" murió masacrado en 2009, pero sus seguidores continuaron operando como el cartel de los hermanos Beltrán Leyva.
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