En su paso por Carolina del Norte, Joe Biden lo hizo de nuevo. El presidente encabezó este jueves un anuncio de inversiones para conectar todas las casas y empresas del estado a un servicio de internet accesible y de alta velocidad. Durante el discurso de gestión (y de campaña al mismo tiempo), hizo una referencia jocosa a sus 81 años.
"Sé que no lo parezco, pero llevo mucho tiempo haciendo polÃtica", afirmó. La frase generó risas en la audiencia demócrata. La edad del presidente ya es un tópico de campaña indisimulable. Los voceros de la Casa Blanca empezaron a atajar preguntas incómodas al respecto, y la condición de octogenario de Biden se volvió una consulta obligada en las encuestas de opinión, tanto en las encargadas tanto por el gobierno como por la oposición. Los republicanos usan la edad del presidente como argumento para cuestionar las aptitudes de Biden y desgastar su figura. En caso de ser reelecto, terminarÃa su segundo mandato con 86 años.
"No es un tema de la edad con Biden. Es un tema de la agudeza mental. Es sobre su mente y su capacidad. No es un problema de la edad. Cuando ves a Biden tratando de dar un discurso y no encuentra las palabras, balbucea y duda, cuando está tratando de subir a un avión y se cae, son imágenes que se fijan en la cabeza de los votantes. Lo van a tener en mente cuando vayan a votar", opinó ante LPO semanas atrás el vocero de campaña de Donald Trump, el consultor Steven Cheung. Trump tiene a su vez 77 años.
La jefa de la campaña de Biden, Julie Chávez RodrÃguez, relativizó el asunto en una entrevista con Univisión. "Nos apoyamos realmente en su experiencia. Sabemos que es importante que la gente entienda y confÃe en quien está dirigiendo el paÃs", afirmó en septiembre año pasado.
La respuesta de Chávez RodrÃguez fue algo elusiva y estuvo en lÃnea con la estrategia que desplegó Biden en la campaña de 2020. ¿Cuál? Negar que la edad fuera un problema y hasta ofuscarse ante las consultas sobre esa suerte de tabú.
Pero en el último tiempo, el propio presidente empezó a hacer referencias directas a ese elefante en la sala. Y lo hace en clave humorÃstica. Los chistes incluso se repiten, evidenciando premeditación.
"Creo en la Primera Enmienda, no solo porque mi buen amigo Jimmy Madison la escribió", bromeó en la cena anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. También afirmó que fue amigo de los Padres Fundadores de los Estados Unidos y, ante una pregunta en conferencia de prensa, dijo que tenÃa un poco menos de 198 años.
En otra ronda con periodistas, una persona presente en la sala se cayó. El golpe generó un ruido notorio. Ahà Biden improvisó un chiste sobre su vejez fÃsica. "Por favor les pido a los periodistas que dejen registro de que no fui yo el de la caÃda", aclaró. El recurso de reÃrse de sà mismo se convirtió en una estrategia.
Según la Oficina del Censo, la edad promedio en Estados Unidos es de 38,9 años. Pero en la Cámara de Representantes y del Senado se de 58 y 64 años. La actual clase polÃtica estadounidense es una de las más avejentadas de la historia moderna. Algunos analistas definieron con malicia a la dirigencia del paÃs como una gerontocracia. El incómodo episodio del veterano senador Mitch McConnell tildado en público avivó un debate al respecto. Asà como existen pisos de edad para ocupar cargos polÃticos (para ser presidente de EE.UU. se requiere un mÃnimo de 35 años), ¿no deberÃa instaurarse un tope máximo?
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