Cuando la campaña presidencial aparece dominada por dos candidatos cargados de historia y los sondeos muestran cansancio por la falta de novedades, una ex ejecutiva de Google y Facebook cree haber encontrado una oportunidad.
Lexi Reese es una inversionista tecnológica del área de la Bahía de San Francisco y se prepara para lanzarse como candidata a disputar en California una banca estratégica para los demócratas en el Senado.
Ex alumna de Google y Facebook, Reese tiene una trayectoria que la distingue de otros ejecutivos. Comenzó como documentalista en Nicaragua, dio el salto al universo tech y fundó después su propia empresa, la plataforma de recursos humanos Gusto.
Ahora, se prepara para asumir un nuevo desafío: competir por la banca que finalmente dejará vacante Dianne Feinstein, la senadora demócrata que la semana próxima cumplirá 90 años y recibe infinidad de cuestionamientos de su propio partido. A Feinstein la critican no solo por su edad: también por ausentarse de manera regular de las sesiones importantes.
El contraste con Reese no podía ser más explícito. Se trata de una mujer joven que viene del mundo empresario y calza de manera perfecta en el imaginario de la innovación. Su objetivo, dice, es traducir su experiencia empresarial en el Congreso con ayuda de un equipo político de alto perfil.
La inversionista está trabajando con el equipo de GPS Impact que ayudó al flamante gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro y a la nueva alcaldesa de Filadelfia, Cherelle Parker. Pero además tiene como guía a Rebecca Pearcey, la directora política y asesora principal de la campaña presidencial de Elizabeth Warren en 2020.
El anuncio de que la ex ejecutiva de Google y Facebook se lanzará a la política en un estado que tiene a Silicon Valley como emblema del poder de las grandes compañías tecnológicas es bastante más que un rumor. "Quiero poner esa experiencia a trabajar en nombre de los californianos que trabajan para facilitar la vida de todos en nuestro estado", le dijo Reese a Político. Solo quedaría por definir si cuenta con el apoyo de su familia, algo que suele ser lo primero antes de dar un salto como el que planea la empresaria.
Si se confirma, el lanzamiento de Reese se convertiría en la mayor novedad en un campo saturado de demócratas con larga trayectoria. Los representantes de California Adam Schiff y Katie Porter son dos demócratas reconocidos a nivel nacional y ya anunciaron que irán en busca de la banca en el Senado. Compiten además con la representante progresista de East Bay, Barbara Lee. Todos tienen su propio súper PAC y han recaudado millones de dólares en sus campañas.
De acuerdo a la rendición de gastos que presentaron, Schiff reunió casi $25 millones al cierre del último trimestre, Porter recaudó $9,5 millones y Lee, hasta ahora la única demócrata del Área de la Bahía de San Francisco, cosechó en $1.2.
Conscientes del desafío que implica para una recién llegada instalar su nombre en el estado que gobierna Gavin Newsom, los colaboradores de Reese anticiparon que está dispuesta a hacer una inversión "significativa" con sus propios fondos y espera también buscar contribuciones del sector privado.
En un comunicado, Reese señaló una economía que "no está funcionando", describió a los californianos como exhaustos y al límite y lamentó los costos más altos de aparentemente todo. "Tenemos más personas trabajando que nunca en nuestras vidas, sin embargo, la gente está luchando con una fragilidad financiera más generalizada y una desigualdad de ingresos que pone el Sueño Americano fuera del alcance, especialmente para las mujeres y las personas de color", dijo Reese.
"Como madre trabajadora, he pasado mi carrera en organizaciones sin fines de lucro y en empresas de tecnología y servicios financieros, trabajando para ayudar a crear oportunidades económicas para mujeres y pequeñas empresas", agregó. Desde Gusto, Reese ayudó a conectar pequeñas empresas con préstamos federales durante la pandemia. Según Político, se presentará como una cara nueva y un "tipo diferente de líder" en un momento en que muchos californianos han perdido la fe en la clase política en el Congreso.
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Un perfil de Forbes de Reese detalló su particular historia, de la realización de documentales en Nicaragua -donde filmó una película sobre las niñas que son obligadas a prostituirse para mantener a sus familias- a trabajar como asistente legal en la unidad de delitos sexuales de la oficina del fiscal de distrito de Manhattan para estudiar emprendimiento social en la Escuela de Negocios de la Universidad Universidad de Harvard.
Reese se mudó a Capitol Hill, donde trabajó para Acción Internacional en préstamos de microfinanzas para ayudar al grupo de personas por las que había estado defendiendo a salir de la pobreza. Allí le aconsejaron que fuera a la escuela de negocios si quería tener un impacto real con su trabajo. Por lo que se ve, ahora se propone un objetivo bastante más ambicioso.
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