Dos semanas después del allanamiento en la residencia de Mar-A-Lago, los efectos de la ofensiva del FBI contra Donald Trump comienza a arrojar resultados concretos. Lo que en un primer momento fue la reacción inmediata de los republicanos que salieron a respaldarlo ante un operativo sin precedentes, parece tener su correlato a nivel social, de acuerdo a lo que marcan una serie de sondeos que se vienen difundiendo en los últimos días.

Cuando Trump enfrentaba las audiencias por el ataque al Capitolio y comenzaba a ser desafiado por rivales internos del Partido Republicano, llegó el allanamiento y lo que se desató fue una especie de bumerán que benefició al ex presidente y radicalizó aún más a los votantes.

Así lo indica por ejemplo un trabajo reciente de NBC News difundido en las últimas horas que preguntó a los votantes republicanos si son más partidarios de Trump o del Partido Republicano. Después de la operación Mar-A-Lago, el apoyo a Trump se incrementó de manera notable: el 41% de los consultados declaró que apoya más a Trump que al partido republicano, lo que marca un ascenso de 7 puntos más en lo que va del verano. En mayo pasado, el 58 % de los republicanos decía que se identificaba más con el partido y solo el 34 % elegía a Trump.

 Después de la operación Mar-A-Lago, el apoyo a Trump se incrementó de manera notable: puestos a elegir, el 41% de los consultados declaró que apoya más a Trump que al partido republicano, lo que marca un ascenso de 7 puntos más en lo que va del verano. 

Una vez más, la polarización prolonga el reinado de Trump entre los votantes que rechazan a la administración Biden. Cuanto más se lo cuestiona, más se fortalece. Al menos, eso es lo que registran los sondeos.

AP

La competencia más dura que Trump venía enfrentando en los últimos meses era la del gobernador de Ron DeSantis. El gobernador de La Florida venía arrebatandole sponsors a Trump y creciendo en las encuestas de opinión como una alternativa potable. En junio, una encuesta de la Universidad de New Hampshire fue la primera de una serie en dar cuenta de ese fenómeno: mostró a DeSantis con un fuerte impulso para recortar la ventaja histórica a favor de Trump y los ubicó por primera vez en el umbral del empate técnico.

Sin embargo, la jugada que impulsó el secretario de Justicia Merrick Garland no hizo más que agigantar la centralidad de Trump y beneficiarlo con nuevos apoyos. Así lo indica una encuesta publicada la semana pasada por Saint Anselm College en New Hampshire: allí Trump aparece una vez más con una ventaja amplia sobre DeSantis y lo supera por 20 puntos de diferencia: 50% vs 29%.

En paralelo, desde el trumpismo dan cuenta de un ascenso formidable en el financiamiento de la campaña del ex presidente. Son fondos que Trump le debe agradecer al FBI.

En el momento más inoportuno, el FBI complica a Biden y permite a Trump victimizarse

Tal como anticipó LPO apenas conocida la noticia, el allanamiento en Mar-A-Lago llegó en el momento más inoportuno - justo cuando Joe Biden había logrado encadenar por primera vez en muchísimo tiempo cuatro buenas noticias- y le permitió al ex presidente de inmediato victimizarse. A sus denuncias de fraude, le sumó un dato actual para refrendar sus teorías: una prueba concreta de que la burocracia del Estado -que él se propone desterrar en una hipotético segundo mandato- lo persigue de manera encarnizada.

Ya la semana pasada un sondeo de Morning Consult daba cuenta del crecimiento de Trump entre los votantes republicanos. El trabajo, realizado apenas unos días después del allanamiento, mostraba que el apoyo al ex presidente de cara a una eventual primaria había pasado del 54 al 58% entre los votantes republicanos.

El cuadro es de lo más ambiguo: Trump refuerza su primacía entre los votantes del partido republicano al mismo tiempo que la ofensiva del FBI podría significar un gran peligro legal que lo deje fuera de competencia.

"Trump es un cartucho quemado y si Reagan estuviera vivo, el Partido Republicano lo vería como un liberal de izquierda"

No es el único efecto paradójico. También los candidatos de la ultraderecha que se alinean con Trump vienen ganando las contiendas internas como parte de un proceso que puede terminar perjudicando a los republicanos. Los estrategas de la oposición advierten que los mismos postulantes que pueden ser eficaces para ganar la disputa interna contra los moderados del partido pueden convertirse en seguros perdedores en las generales de noviembre. En esa hipotesis, el reinado de Trump dentro del partido conduciría a los republicanos a la derrota ante un gobierno que exhibe los más bajos indices de popularidad pero cree estar renaciendo gracias a la baja de la inflacion, el entusiasmo de votantes que salen a defender el derecho al aborto en plebiscitos como el de Kansas y la aprobacion de leyes en el Congreso.