
Una operación sin precedentes y no exenta de riesgos. En el momento más inoportuno, cuando Joe Biden disfrutaba por primera vez en mucho tiempo una temporada de alivio polÃtico y creÃa estar ante un cambio de aire, el allanamiento del FBI volvió a poner a Donald Trump en el lugar de vÃctima perseguida por el establishment norteamericano.
El impacto de la operación en Mar-a-Lago generó dos reacciones inmediatas, que son hijas de la polarización en la polÃtica. Por un lado, la ofensiva de los republicanos que se solidarizaron con el ex presidente y presentaron la investigación como parte de un plan orquestado por Biden. Por el otro, el silencio de la Casa Blanca, el titular del Departamento de Justicia Merrick Garland y las autoridades del propio FBI encabezadas por Christopher Wray.
Ultra MAGA, la nueva agenda de un Trump que se sueña todopoderoso
Según los informes que difundieron The Hill y PolÃtico, el FBI y las oficinas del fiscal federal en Washington y el Distrito Sur de Florida también se negaron a comentar o eligieron no responder a las solicitudes de comentarios. Ante semejante hermetismo, nadie en el bando de los demócratas se aventuró a lanzar una opinión. Durante una aparición en MSNBC, el lÃder de la mayorÃa del Senado, Charles Schumer se negó a hablar del tema en las dos oportunidades en las que fue consultado.
El estupor se impone y todavÃa no es posible entender qué es lo que hay detrás del allanamiento que se basa en información secreta. ¿Trump queda comprometido o le tiran con balas de fogueo? ¿Por qué se decidió avanzar con la operación en el momento en que el ex presidente anuncia el lanzamiento de su candidatura y busca presentarse como vÃctima de las audiencias en el Congreso? Son pocos los que saben cuándo llegarán las respuestas.
Hasta el momento, solo se conoce que el FBI iba en busca de 15 cajas con documentos que el expresidente habrÃa retirado de la Casa Blanca tras el ataque al Capitolio. La Casa Blanca informó en la tarde del lunes que su personal no recibió aviso sobre la medida del FBI y hasta se enteró de la búsqueda a través de las redes sociales. Sin embargo, el Departamento de Justicia deberÃa haber estado al tanto.
Aun los defensores del procedimiento contra Trump y los que lo señalan como el culpable de una insurrección contra la democracia, reconocen que la irrupción del FBI en Mar-a-Lago constituye un movimiento sin antecedentes, incluso más dramático que cualquiera que haya ocurrido durante el escándalo del Watergate que terminó con la presidencia de Richard Nixon. SerÃa el primero en su tipo contra un expresidente y aún no está claro si viene acompañado por cargos penales, lo que abrirÃa otro escenario sin precedentes en la historia de Estados Unidos.
En The New York Times, Charlie Savage apuntó con una pregunta al centro de la cuestión: "Si Trump violara una ley sobre la eliminación de registros oficiales, ¿se le prohibirÃa ocupar un cargo en el futuro?". Al ex presidente, un multimillonario que conserva un grupo elevado de seguidores y oscila muchas veces entre lo peligroso y lo patético, son muchos los que lo quieren sacar de la cancha. Hasta hoy, no saben cómo.
El historiador presidencial Michael Beschloss afirmó en las últimas horas que la Ley de Registros Presidenciales de 1978 se aprobó en respuesta al esfuerzo de Nixon de llevar sus cintas y documentos presidenciales a California, donde estaban en peligro de ser destruidos. Ese serÃa, según se deduce, uno de los cargos que complicarÃa a Trump.
La movida del FBI llega cuando el Departamento de Justicia intensifica su propia investigación sobre el intento de Trump por permanecer en el poder con denuncias de fraude antes del ataque del 6 de enero. Por las audiencias del Congreso, que llegan a tener un rating de más de 15 millones de personas, pasaron importantes funcionarios de la administración republicana como exjefe de gabinete del exvicepresidente Mike Pence, el exconsejero de la Casa Blanca Pat Cipollone y, este martes, el mismÃsimo Mike Pompeo.
Por el momento, antes que debilitarlo o acorralarlo, la operación Mar-a-Lago parece haber fortalecido a Trump. El ex presidente venÃa anunciando hace tiempo que pensaba lanzar su candidatura hacia 2024 antes de las elecciones de medio término como forma de contrarrestar el impacto de las audiencias del Congreso. Esa serÃa, según sus colaboradores, la forma de inscribir los testimonios en su contra en el marco de la campaña demócrata contra Trump.
Horas después del allanamiento en su mansión, Trump lanzó un mensaje a través de su propia red social, que no hace más que confirmar su voluntad de competir para volver a ocupar el despacho principal de la Casa Blanca.
Para el consultor polÃtico latino Carlos Escalante, Trump no entiende que en Estados Unidos existe la división de poderes. "Esto es una orden judicial y no tiene nada que ver con el gobierno. Alguno de todos los procesos que tiene abiertos está dando algún tipo de información que ameritó la orden judicial de un juez federal para que el FBI avanzara con el allanamiento".
El lÃder republicano tiene en su contra no solo al gobierno de Biden sino a gran parte del establishment republicano y a ex funcionarios suyos como Pence, Pompeo y Nikki Halye. Sin embargo, la primera reacción de los republicanos fue alinearse detrás de Trump y salir a defenderlo. Pence, que habÃa desafiado a Trump en Georgia y en Arizona, no dudó en expresar su preocupación por lo que consideró una redada sin precedentes.
Asà lo hizo por ejemplo, el gobernador de La Florida, Ron DeSantis, que aparecÃa hasta ayer como uno de sus principales retadores. Capaz de encarnar el trumpismo sin Trump de acuerdo a la caracterización de algunos de sus promotores, De Santis no dudó en respaldar a Trump. "La redada en Mar-a-Lago es otra escalada en el uso de armas de las agencias federales contra los opositores polÃticos del régimen, mientras que personas como Hunter Biden son tratadas con guantes de seda", escribió en sus redes sociales.
Autor del libro "Gana quien menos se equivoca", Escalante vive en Miami y sostiene que el respaldo a Trump se debe a la polarización que el mismo incentivó desde el poder. "Los republicanos deberÃan entender que Trump no es un santo por su única condición de ser republicano".
El FBI acaba de concretar un operativo de altÃsimo impacto polÃtico. Para algunos, un movimiento que significa haber cruzado el Rubicón. Pronto se sabrá si es la forma de jubilar a Trump o de confirmarlo como el principal lÃder de la oposición ante un presidente que tiene una de los Ãndices más bajos de popularidad.
Please do not cut or paste our notes on the web, you have the possibility to redistribute them using our tools.
El unico camino que tienen, despues de haber criticado airadamente el gobierno de Trump (diciendo que fue el peor de la historia), y ya que no pueden mostrar ningún resultado de su propia gestión, es tratar de denostar, y si fuera posible, meter preso a Trump.
Ya lo quiso hacer la sra. D'alessandro con un "impeachment" , que es un juicio para sacar a un presidente en ejercicio, cuando ya Trump no era presidente. El Congreso le dijo que no.
Ahora lo han acusado (la Justicia es la que actua, pero los acusadores fueron ellos ) de llevarse papeles que debian permanecer en el Estado. Su unica esperanza es que se encuentre algo que les de la razón para justificar esa ensañada persecución y que la gente se olvide de su propio gobierno. la sra. Nancy , la mas mayor de los 3 parece (mas bien es), la mas ensañada con esa persecución. será la sangre que la lleva a eso