La nueva jugada de la fiscal Letitia James pone de manifiesto cómo la crisis migratoria está sacudiendo todos los estamentos de poder en Nueva York. James tomó la inusual medida de negarse a representar al estado y a su gobernadora Kathy Hochul en un caso presentado para obligar a la ciudad de Nueva York a albergar a los necesitados, incluidas decenas de miles de inmigrantes.
"Tuvimos una diferencia filosófica", es todo lo que James dijo cuando se le preguntó sobre su determinación. La gran mayorÃa de los fiscales generales estatales se eligen por separado del gobernador, lo que significa que son libres de tomar sus propias decisiones sobre qué casos procesar.
Los gobernadores pueden tratar de influir en ellos de manera informal y, en la mayorÃa de los casos, sus intereses coinciden, pero no tienen poder formal sobre los los fiscales. James es un claro ejemplo de cómo la figura del principal asesor legal del estado puede volverse en contra al propio gobernador. Sin ir más lejos, Hochul ostenta el cargo gracias a James, quien hizo caer a Andrew Cuomo tras una cronologÃa de las acusaciones de acoso sexual.
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Durante más de un año, Nueva York ha sido noticia por verse desbordada con la llegada de solicitantes de asilo y la consecuente problemática de gestión para el alcalde Eric Adams, quien empezó a mandar inmigrantes fuera de la Gran Manzana. La gobernadora Hochul, que hasta ahora se mantuvo en segundo plano, advierte ahora que también se le ha complicado la situación.
Hochul cree que el requisito legal de brindar refugio a quienes lo necesitan solo se aplica a la ciudad de Nueva York y no a todo el estado, ya que recibe crÃticas de los demócratas de los suburbios que no quieren que los inmigrantes se instalen en sus ciudades. James no está de acuerdo y considera que la vivienda es un "derecho humano" que se aplica en todo el estado.
La decisión de James de negarse a representar a Hochul también es polÃticamente inteligente para una fiscal general que quiere posicionarse a la izquierda de la gobernadora demócrata más moderada.
La fiscal general y la gobernadora, dos de los demócratas más poderosas del estado, han insistido públicamente en que no se están peleando. Pero la lÃnea divisoria ahora está clara sobre el tema migrante, polÃticamente tenso. Tanto, que también ha dividido al presidente Joe Biden y al alcalde Adams.
La divergencia podrÃa complicar la capacidad de Nueva York para obtener más ayuda federal para los inmigrantes y alimentar una importante lÃnea de ataque para los republicanos a nivel nacional.
Después de que el equipo legal de la gobernadora escribiera una crÃtica mordaz sobre el manejo de la crisis migratoria que está afectando financieramente a la Gran Manzana, Adams pidió a Hochul que emita una orden ejecutiva que impida que los condados fuera de la ciudad de Nueva York prohÃban los refugios para migrantes.
"Creo que este es un problema nacional y estatal que se ha dejado caer injustamente en el regazo de los residentes de la ciudad de Nueva York. ¡Solo representamos 0,05 de la masa terrestre del estado de Nueva York!", afirmó Adams en Manhattan.
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El caso sobre la llamada ley del derecho a la vivienda se está desarrollando mientras la ciudad lucha por albergar a más de 58,000 solicitantes de asilo bajo su cuidado. Los migrantes que dormÃan en una acera del centro de Manhattan a principios de este mes dieron lugar a una audiencia de emergencia sobre si Adams estaba violando el derecho a la vivienda que tiene décadas de antigüedad.
Hochul también ha chocado con Adams por los migrantes. En presentaciones legales el martes por la noche, la gobernadora alegó una falta de cooperación de la ciudad en torno a los solicitantes de asilo.
Mientras tanto, LPO constata la voz de los inmigrantes en las calles de Nueva York. A las puertas del histórico Hotel Roosvelt, reconvertido en albergue y blindado a periodistas, decenas de jóvenes en su mayorÃa venezolanos pasan el tiempo pese a no tener una cama asignada. Alan Campo, de 23 años, afirmó a este medio: "No nos ayudan. Nos mandan a sitios llenos de gente y te acabas marchando. Si quieren ayudar, que nos traten como personas, no como animales. Yo conseguà un pequeño trabajo, pero al regresar al albergue, me dijeron que perdà mi plaza. Ahora no tengo donde dormir, estoy aquà para ver si consigo algo".
Ante este tipo de historias humanas, que se amontonan en la selva de asfalto neoyorquina, existen varias respuestas y ningún polÃtico demócrata puede mirar en otra dirección. Sin embargo, como le sucede a Adams y Hochul, cuando impacta su presupuesto, necesitan pedir ayuda a otros estamentos gubernamentales y repartir responsabilidades. Ante esta problemática, la fiscal James se posiciona al lado de los más frágiles, reafirma su visión progresista y apuntala su futuro polÃtico.
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James construyó su perfil nacional al demandar al expresidente Donald Trump por los tratos comerciales de su empresa y admitió hacerlo con finalidades polÃticas. Su batalla contra Trump, conlleva un rédito que podrá capitalizar junto a varias acciones muy visibles en causas especificas como la lucha feminista, o los derechos de la vivienda.
La fiscal utiliza su oficina para mandar mensajes que trascienden el ámbito estatal y que reconfiguran los equilibrios dentro del propio partido. En 2021, se postuló para gobernador contra la propia Hochul, pero finalmente se retiró de las primarias demócratas después de encontrar un apoyo limitado. Más tarde respaldó a Hochul y, en cambio, se presentó para la reelección como fiscal general.
La Oficina del Fiscal General del Estado de Nueva York trabaja para proteger a los neoyorquinos, combate el crimen, garantiza la seguridad pública, defiende los derechos civiles, lucha por los trabajadores. Desde esa plataforma, James ha logrado visibilizar su trabajo y lo hace de una forma contundente. Sus acciones son aplaudidas por los Comités de Acción PolÃtica progresistas que celebran que se enfrente a la gobernadora. Igual que Adams, Hochul es cuestionada por sus posicionamientos moderados en temas clave como la vivienda.
Ha habido momentos en la historia estatal reciente en los que los fiscales generales se han negado a defender al estado para el que fueron elegidos para representar, pero las recusaciones son raras.
James nuevamente hace historia y ejerce un papel de defensora de los más necesitados a la vez que dificulta la situación de la gobernadora. Es de esperar que Hochul y Adams ahora redoblen su llamado a Biden y eleven la presión sobre el único estamento que tienen por encima, la Casa Blanca.
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