Ninguna ciudad en el mundo representa mejor la persecución de los sueños que Nueva York. Si lo logras aquÃ, lo logras en cualquier parte decÃa Frank Sinatra, aunque no contaba en la canción el precio que hay que pagar por ello. Lograr un apartamento o una simple habitación en Manhattan es una tarea complicada, incluso si se dispone de recursos económicos. Los apartamentos vuelan, las habitaciones se alquilan mientras decides si te interesa o no y todo ello en una media de 3 mil dólares al mes por un estudio.
Los bienes raÃces son uno de los motores de la ciudad y ningún tema es debatido más acaloradamente por los neoyorquinos que dónde viven y cuánto pagan. Esto se traslada a los pasillos del poder, donde el mundo inmobiliario domina las conversaciones, desde el Ayuntamiento hasta Albany, la capital del estado.
Los lobbies inmobiliarios siempre han colocado a sus candidatos en los puestos de poder y el sector de bienes raÃces y construcción -que necesita que los proyectos de rezonificación sean aprobados por el Concejo y el alcalde- ha representado el 34% de todo el gasto en cabilderos en el ejercicio pasado. Es mucho más de lo que mueve cualquier otra industria.
Los lazos del actual alcalde Eric Adams con la influyente industria de bienes raÃces de la ciudad de Nueva York se remontan a su paso en la presidencia del barrio de Brooklyn, donde forjó un entramado de contactos que vieron en el ex policÃa un candidato perfecto para aupar hacia la alcaldÃa.
Cuando Adams anunció que se postulaba para alcalde, su fundación One Brooklyn Fund ya habÃa recaudado cientos de miles de dólares. Entre 2015 y 2019, Adams obtuvo 322,750 dólares en donaciones de desarrolladores para One Brooklyn Fund o para sus campañas polÃticas, buscando favores para varios proyectos.
Los principales propietarios de la ciudad han colmado al alcalde con donaciones. Se ha reunido con frecuencia con lÃderes inmobiliarios y ha utilizado One Vanderbilt, uno de los rascacielos más nuevos de la ciudad, como telón de fondo para sesiones fotográficas y conferencias de prensa.
John Kaehny, director ejecutivo de Reinvent Albany, un grupo de vigilancia del gobierno, dijo que las acciones de Adams y su obstinación frente a las crÃticas están poniendo a prueba a las instituciones anticorrupción de la ciudad, en particular a la COIB (La Junta de Conflictos de Intereses). "Este es el momento que los guardianes de la ética siempre han temido, cuando tienes un alcalde que está en una colisión frontal con el COIB y también potencialmente con la [Oficina] de Cabildeo, dadas algunas de las actividades de sus nombramientos", dijo Kachny a LPO.
Cuando Adams se postuló para alcalde, sus oponentes, tanto en las elecciones primarias como en las generales, cuestionaron repetidamente su honestidad e integridad. Señalaron su participación en una investigación de corrupción estatal, su historial de desdibujar las lÃneas de la ley de financiamiento de campañas y algunas de sus relaciones polÃticas.
Una de las figuras más controvertidas relacionadas con el alcalde es Frank Carone, a quien Adams nombró como su jefe de gabinete. Carone fue asesor del Partido Demócrata de Brooklyn durante mucho tiempo y abogado de la influyente firma Abrams Fensterman, que también tiene una práctica de cabildeo con negocios importantes ante el gobierno de la ciudad.
De Carone se espera que presida la campaña de reelección de Adams y está ahora fortaleciendo los lazos de bienes raÃces con su cÃrculo Ãntimo. Desde que dejó su trabajo a fines de diciembre como mano derecha de Adams, ha estado ocupado construyendo un negocio de consultorÃa. Su clientela ahora incluye a dos de los propietarios más grandes de la ciudad y pronto podrÃa agregar una firma con sede en Arabia Saudita.
La Organización Durst, que controla varios de los edificios emblemáticos de la ciudad de Nueva York, incluidos One Bryant Park y VÃa 57 West, contrató a Carone "para ayudar con la estrategia comercial". Y otra empresa destacada de la Gran Manzana, SL Green Realty Corporation, que desarrolló One Vanderbilt y se describe a sà misma como la propietaria de oficinas más grande de la ciudad, lo contrató para ayudar en su oferta de construir un casino Caesars Palace en Times Square, un esfuerzo que probablemente requiera el apoyo de la ciudad.
La ley de la ciudad prohÃbe al ex jefe de gabinete presionar directamente a la oficina del alcalde durante un año, pero ambas compañÃas se beneficiarán de su conocimiento sobre el funcionamiento interno de la administración de Adams.
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Amigo del alcalde desde hace mucho tiempo, Carone dice que su nueva firma, Oaktree Solutions, se enfoca ampliamente en consultorÃa global y asuntos públicos. Según prometió en un comunicado, él y los empleados de su empresa no presionarÃan al Ayuntamiento durante un año, y darÃa el paso adicional, no requerido por la ley, de no presionar a ninguna agencia de la ciudad este año.
El predecesor de Adams en la alcaldÃa, Bill de Blasio, también tuvo problemas con su organización sin fines de lucro, Campaign for One New York, luego de que se determinara que habÃa violado las reglas de ética de la ciudad al solicitar donaciones de personas con asuntos pendientes ante el Ayuntamiento. La Junta de Conflictos de Intereses de Nueva York luego cambió las reglas para penalizar a los funcionarios que hacen eso.
En 2016, la Junta de Financiamiento de Campañas de la ciudad dictaminó que cualquier donación a una organización sin fines de lucro controlada por un funcionario se considera "relacionada con la campaña de un candidato", si llega dentro de un año de elecciones.
Paralelamente a los cuestionamientos éticos de las relaciones con el sector inmobiliario, Adams ha visto como la Junta de Conflictos de Intereses de la ciudad publicó formularios de divulgación financiera para los funcionarios electos que cubren el año 2021. Con los datos facilitados, se comprobó que el alcalde sigue siendo dueño de una propiedad inmobiliaria en Brooklyn que afirmó haber vendido.
Adams habÃa negado ser copropietario de una cooperativa de Brooklyn con un amigo cercano, alegando que le habÃa regalado sus acciones hace más de una década. Estas irregularidades muestran conflictos de intereses escondidos por parte de Adams que complican su imagen en un escrutinio cada vez más polémico en cuanto a la figura del demócrata.
A los 62 años, el alcalde es una figura polÃtica que ha visto en poco tiempo una gran proyección nacional y a su vez truncadas las opciones de tener un puesto destacado en el horizonte del presidente Joe Biden, lo que le cortó la chance de un salto a la polÃtica nacional. De momento, el futuro próximo del ex policÃa pasa por garantizar su reelección en la principal ciudad del paÃs.
El alcalde está lanzando una amplia red en la recolección de donaciones, con más de la mitad de su dinero proveniente de fuera de la ciudad de Nueva York. En California, además de organizar eventos para recaudar fondos en lugares de moda, logró importantes sumas que alcanzan los $750,000 en su cuenta de campaña, lo que lo deja con una gran ventaja de recaudación de fondos frente a cualquiera que quiera enfrentarse a él.
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