La decisión generó un terremoto polÃtico (y racial) en Miami. El juez federal K. Michael Moore les acaba de dar la razón a un grupo de demandantes, y la ciudad adoptará un nuevo mapa electoral para la votación de noviembre. "Hoy es una gran victoria para la justicia racial y la democracia en Miami", celebró la Unión Americana de Libertades Civiles. Se trata de la organización de perfil liberal que impulsó la demanda en contra de la ciudad.
La administración de la ciudad de Miami se divide en cinco distritos, con representantes elegidos de forma directa. Los cinco delegados forman una suerte de cuerpo legislativo que por momentos tiene más poder -aunque menos visibilidad- que el propio alcalde Francis Suárez. La votación es no partidaria. Es decir, los candidatos no están forzados a blanquear si son demócratas o republicanos. Las boletas tampoco lo explicitan. El servicio público municipal prioriza la gestión a la ideologÃa, si bien el alineamiento partidario de cada postulante resulta un dato conocido para el que tenga interés. Actualmente en Miami hay 3 republicanos y 2 demócratas.
En junio pasado, tras una larga batalla polÃtica y judicial, los comisionados se habÃan puesto de acuerdo. Obligados a actualizar la distribución por el mero crecimiento poblacional, un aumento registrado en el último censo nacional, consensuaron un nuevo mapa distrital. Lo hicieron guiados por un criterio geográfico y étnico. En las reuniones del City Hall, los legisladores resolvieron mantener los distritos 1, 3 y 4 en zonas mayormente hispanas. El distrito 5, para los barrios de predominancia negra; y la zona 2 como el asiento anglo. Con ese esquema se iba a votar en noviembre próximo.
Hasta que en las últimas horas un juez federal rechazó de golpe el mapa acordado. La ciudad apeló de inmediato, y el resultado de esta pulseada se mantiene abierto.
En diciembre pasado, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) junto a otros grupos de vecinos habÃan acusado a la comisión de agrupar en ciertos distritos a los votantes negros e hispanos. La demanda por segregación fue presentada en el Tribunal federal del sur de Florida.
En su fallo reciente, el juez coincidió con el planteo. Y tomó el mapa propuesto por la ACLU. Moore rediagramó los distritos "de manera que el mapa preserve las comunidades de interés, sin dividir los vecindarios entre lÃneas raciales".
Paradojalmente, esa segregación en "guetos" garantizaba que cada grupo tuviera una voz en la legislatura de Miami. Y no se trataba de un criterio oculto por los comisionados. Al contrario, lo exponÃan en base a la estadÃstica de que el 70% de la población de Miami es latina. Se trata, eso sÃ, de una categorÃa por momentos laxa y que encierra un largo debate en los Estados Unidos.
La representación afro-estadounidense, ahora en manos de Christine King, también podrÃa verse afectada. Porque el mapa del juez incorpora en el distrito 5 a otros barrios de mayorÃa blanca y de altos ingresos, como Midtown y Winwood. Esos dos sectores de Miami crecieron al calor del boom inmobiliario y la migración pandémica. Ante esa nueva composición étnica y socioeconómica, se podrÃa diluir el "voto negro".
"Me encantarÃa ver a todos los latinos haciendo polÃtica en Miami"
Polémica identitaria y sociológica al margen, el mapa impuesto por Michael Moore hace que los cinco distritos sean más compactos en términos urbanÃsticos. O al menos eso argumenta el juez. El diseño electoral vuelve a unir a todo el vecindario de Coconut Grove en el Distrito 2. Esa zona se habÃa dividido en tres distritos separados el año pasado, lo que provocó el reclamo de los residentes polÃticamente más activos. En las audiencias del City Hall, ubicado precisamente en Coconut Grove, se formaron largas filas de vecinos enojados con aquella distribución.
Moore ordenó a la ciudad entregar el mapa de los demandantes al Departamento de Elecciones de Miami-Dade e implementarlo para las elecciones municipales de noviembre próximo.
La derivación más insólita de la resolución es que, en el nuevo mapa, la casa del comisionado cubano Joe Carollo queda fuera de su distrito. La vivienda de Carollo, ex alcalde de Miami, se ubica en Coconut Grove. Y en adelante entrarÃa en el área de influencia de la comisionada colombiana Sabina Covo.
La ley de la ciudad obliga a que los comisionados vivan dentro del distrito que representan. AsÃ, Carollo deberÃa mudarse de inmediato. Cerca del comisionado, sin embargo, sugieren que existe una jurisprudencia que lo favorecerÃa en una hipotética batalla judicial.
Otro afectado es el cubano-americano Manolo Reyes, quien va por la reelección en noviembre. Reyes se quejó ante LPO: "Pierdo el 50% de mi población actual a sólo tres meses para ir a elecciones". Reyes deberá salir a convencer a votantes nuevos.
La demócrata Sabina Covo, en cambio, fue la única comisionada que celebró la decisión del juez. "Expresé la importancia de mantener unidas a las comunidades y seguir el espÃritu de los distritos justos como se describe en nuestra constitución de Florida. El fallo de Moore afirma que, si bien Morningside ya no formará parte de nuestro distrito, espero poder representar a toda la comunidad de Coconut Grove. Hoy fue una victoria para la democracia", le dijo a LPO.
Tanto Covo como el comisionado del Distrito 1, Alex DÃaz de la Portilla, se beneficiaron indirectamente por la resolución judicial. ¿Por qué? Ambos van por la reelección. Y el rediseño de Moore deja a sus dos únicos adversarios electorales fuera de sus respectivos distritos.
En el City Hall algunos dirigentes le atribuÃan al juez una intencionalidad partidaria. En especial, de simpatÃa demócrata. Una afinidad que empalmarÃa con la lÃnea ideológica de la Unión Americana de Libertades Civiles. Si bien todavÃa es temprano para entender los efectos que tendrá la noticia, el fallo judicial representa un verdadero terremoto polÃtico en Miami.
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