Benjamin Gedan estudia al detalle la política de Latinoamérica y la relación de los Estados Unidos con lo que, a veces despectivamente, se suele llamar su patio trasero. Gedan es el director del Programa para América Latina del Wilson Center, un think tank muy influyente en Washington DC. Y desde ese centro de estudios condujo una serie de charlas titulada "Argentina Elige". El analista conversó y se interiorizó en las propuestas de los principales asesores en economía de los candidatos presidenciales. Gedan escuchó a los consejeros del ganador Javier Milei, de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, quien quedó en el camino de las recientes primarias argentinas. En diálogo con LPO, el director del Wilson Center además reflexionó sobre la escasa presencia de América Latina en la agenda de campaña presidencial de los Estados Unidos.

Hasta el resultado de las PASO, Argentina mostraba una particularidad: estabilidad del sistema político, en contextos de crisis económica. ¿Piensa que ese esquema se empieza a modificar?

El caso argentino fue interesante en los últimos años por eso. Una economía caótica con crisis recurrentes, pero una política más ordenada y previsible, con competencia entre dos fuerzas que se llevaban casi todos los votos. En el exterior todos anticiparon una competencia entre el peronismo y la centro derecha tradicional. Había algún conocimiento del fenómeno de Javier Milei, pero nadie tenía la idea de que podía llegar a ser presidente de la segunda economía sudamericana. Sobre todo por esas dos fuerzas grandes y potentes. Ahora el contexto pasa a ser muy distinto. En el exterior hay incertidumbre, se piensa que la Argentina se dirige hacia un futuro incierto.

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Javier Milei no tiene contactos fluidos con el establishment de EEUU. ¿Cómo se lo percibe desde el poder estadounidense?

Lo incómodo para el gobierno de Estados Unidos es la falta de conocimiento y relación con la fuerza política de Milei. Para cualquier gobierno es prioritario tener relaciones con todas fuerzas democráticas del país por si las dudas. Ahora hay una fuerza nueva que desconocemos. No tenemos experiencia ni contactos. Genera una sensación de misterio y no entendemos la plataforma de su equipo.

¿Qué cree que piensa el Fondo Monetario Internacional sobre el triunfo de Milei en las primarias?

Es claro que muchas de las políticas de Milei están alineadas con Estados Unidos y el FMI. Argentina tiene que minimizar la deuda, su déficit, minimizar el gasto público y aceptar las reformas estructurales que la mayoría de los economistas en exterior y el FMI piensan que son necesarias.

El peronismo salió tercero en las PASO. ¿Eso puede alterar el principio de acuerdo alcanzado por Massa y el FMI?

No creo que los resultados de las PASO afecten el proceso de aprobación reciente. Siempre es incómodo para el FMI negociar durante el periodo electoral. El FMI no habla sobre el futuro. Pero a la vez Argentina vive en emergencia permanente y esta vez se tiene que anticipar. Pero no creo que se altere el acuerdo.

Lo incómodo para el gobierno de Estados Unidos es la falta de conocimiento y relación con la fuerza política de Milei. No tenemos experiencia ni contactos. Genera una sensación de misterio y no entendemos la plataforma de su equipo.

Milei tiene un discurso muy pro-estadounidense. ¿Por qué sin embargo genera suspicacias e incomodidad?

En su política exterior, Milei es mucho más pro Estados Unidos que China. Nos lo dijo muy claramente Diana Mondino, la asesora económica de Milei. Eso es amigable para los intereses de Estados Unidos, pero lo más importante para Estados Unidos es la calidad de la democracia y la posibilidad de garantizar la gobernanza, la paz social y la estabilidad de las instituciones democráticas. Por eso en Wall Street y en el Gobierno no hay tanto entusiasmo con Milei. Hay temor a un tipo que no podría garantizar la paz social, generaría protestas disruptivas y no podría aplicar reformas sostenibles en el Congreso. Un tipo que podría desafiar a las instituciones democracias. Pero eso genera esa sensación mixta.

Milei es un outsider. ¿Qué comparaciones a nivel mundial le despierta su figura?

Hay un montón de ejemplos de figuras que vienen de afuera del sistema político tradicional. Lo hacen con una crítica básica pero contundente: no existen partidos confiables, los políticos son todos corruptos, incapaces de enfrentar los desafíos que pide el pueblo. Y que solo un outsider puede llevar respuestas a esos retos. Es una retórica común a Donald Trump y Jair Bolsonaro, aunque ahora se escucha por todos lados, a raíz de que hay pueblos frustrados y decepcionados. Eso genera una tierra muy fértil para un fenómeno que no es tan original, el del discurso en contra de las elites.

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¿El candidato a presidente favorito de la administración de Joe Biden es Sergio Massa?

No creo. Hay una relación estrecha y profesional entre la administración de Biden y Sergio Massa. Él es la contraparte más importante en la relación del FMI con el gobierno argentino. Pero la administración Biden podría mantener una relación muy amable y correcta con Patricia Bullrich, basada en un vínculo normal y en una agenda compartida de reformas estructurales. Acá hay personas que creen que sólo un peronista podría avanzar con esas reformas estructurales, porque otro no podría gestionar los diálogos necesarios para alcanzar esas reformas. Pero la Casa Blanca puede relacionarse con otros más allá de Massa.

Massa construyó una relación de confianza con Juan González, el asesor principal de Biden para América Latina. ¿Eso no genera cierta preferencia?

Juan González quiere mantener una buena relación con la Argentina. Y Massa es el peronista más confiable para el gobierno de Estados Unidos por su capacidad para entender lo que en Washington quieren escuchar. Con Milei puede ser distinto porque es una persona con poca experiencia en política internacional. Pero con la oposición tradicional de Bullrich podría tener relación magnifica como la tuvo el gobierno de los Estados Unidos con Mauricio Macri.

Massa es el peronista más confiable para el gobierno de Estados Unidos por su capacidad para entender lo que en Washington quieren escuchar 

Durante el gobierno de Macri, Bullrich se mostró cerca de las agencias de seguridad de Estados Unidos. ¿Eso la puede favorecer?

En su época de ministra de Seguridad de Macri Bullrich tenía una relación muy pragmática con Estados Unidos. Eso hace que se la vea con buenos ojos. Ella entiende la importancia de la relación, es una persona pro mercado. Hay expectativas positivas respecto a una potencial administración de Bullrich y ningún temor. Es una persona conocida y con experiencia que jugó un rol con Macri, manteniendo una agenda propositiva. Tanto ella como Horacio Rodríguez Larreta, que ahora perdió, son políticos conocidos en Washington.

¿América Latina figura en la agenda de campaña de Estados Unidos?

La política exterior de los Estados Unidos no es tema de campaña. Pasa lo mismo en casi todos los países. Los candidatos no se van a enfocar en la política exterior, salvo China y Rusia, por la rivalidad comercial y la invasión de Putin a Ucrania. Esos son temas que tienen importancia política. Latino América no la tiene, a excepción de algunas zonas como Florida, por la cercanía con Cuba y la inmigración de Venezuela, Colombia y otros países.

¿La inmigración sí será tema de campaña?

La inmigración sí será, pero más centrada en la política hacia Centro América. Ahí Sudamérica no juega un rol central. Sí existe mayor interés que antes porque Estados Unidos está buscando que sus manufacturas importadas no estén concentradas en Asia. Entonces busca países amigables para fortalecer las cadenas de suministros. Los recursos estratégicos, como las baterías de litio y los recursos hidroeléctricos también despiertan un poco más de interés.

Estados Unidos no está acostumbrado a tener gobierno de izquierda en Colombia, un presidente ambientalista, con poco interés por la industria del petróleo y críticas a la política de combate al narco de EEUU. 

¿Cómo analiza los recientes tironeos del gobierno de Biden con el de Andrés Manuel López Obrador en México a raíz de la producción del fentanilo?

La relación con México es la más estratégica que tiene Estados Unidos. Cuando hablo de la falta de atención hacia Latino América no incluyo a México, porque ahí el vínculo es comercial, de inmigración, de combate al narcotráfico. Hay muchas industrias complementarias y fusionadas, como la automotriz y la farmacéutica. La relación no es fácil ahora, sin embargo, porque AMLO tiene otra mirada sobre la producción de energía, el fentanilo y porque puso en cuestión el cumplimiento de acuerdos de libre comercio con EEUU y Canadá. Eso los aleja, pero la relación es tan importante que no se puede ignorar. Vamos a tener siempre que balancear intereses.

¿Cómo cambió la relación con la Colombia desde que gobierna un presidente de izquierda como Gustavo Petro?

Colombia es un ejemplo de país con el que Estados Unidos ha tenido una relación estratégica. Los logros del Plan Colombia son ejemplos de una política exterior exitosa, pese a los desafíos que todavía enfrenta Colombia en materia seguridad. Pero logró rescatar a un país quebrado. Ahora vivimos una época distinta: Estados Unidos no está acostumbrado a tener gobierno de izquierda en Colombia, un presidente ambientalista, con poco interés por la industria del petróleo y críticas a la política de combate al narco de EEUU. Estamos en una transición, pero ambos países están buscando formas de relacionarse, por ejemplo, en base a la energía verde, el Amazonas, mediar para lograr un diálogo democrático en Venezuela. Es un momento interesante y desafiante, pero Colombia y EE UU muestran sus ganas.