Mientras que el mundo sigue absorbiendo la baterÃa de sanciones que lanzó la administración Biden contra Rusia, el presidente tuvo tiempo para bajar al llano un tema tan global como la invasión a Ucrania a la población estadounidense y su mayor preocupación según todas las encuestas de opinión: el impacto del potencial aumento del combustible y cómo eso erosiona el bolsillo del votante.
"Mientras respondemos, mi administración está utilizando las herramientas, todas las herramientas a nuestra disposición para proteger a las familias y empresas estadounidenses del aumento de los precios en las gasolineras. Ya sabes, estamos tomando medidas activas para reducir los costos. Y las compañÃas estadounidenses de petróleo y gas no deberÃan aprovechar este momento para aumentar sus precios y aumentar sus ganancias", dijo Biden en su único mensaje directo al ciudadano de a pie.
No es casual que dentro del paquete de sanciones, especÃficamente se permita continúen los pagos de energÃa. "Estamos monitoreando de cerca los suministros de energÃa para detectar cualquier interrupción. Hemos estado coordinando con los principales paÃses productores y consumidores de petróleo hacia nuestro interés común de asegurar el suministro mundial de energÃa", advirtió Biden.
Recordó que Estados Unidos está trabajando con paÃses de todo el mundo para elevar una liberación colectiva de las Reservas Estratégicas de Petróleo de los principales paÃses consumidores de energÃa.
"Sé que esto es difÃcil y que los estadounidenses ya están sufriendo. Haré todo lo que esté a mi alcance para limitar el dolor que siente el pueblo estadounidense en el surtidor de gasolina. Esto es crÃtico para mÃ", repitió el demócrata.
La cuestión es clave ya que gran parte del malestar social y polÃtico que hay con el gobierno actual tiene que ver con su manejo de la inflación. El dato de enero marcó un aumento del 7,5% versus un año atrás y podrÃa ser peor si empieza a aumentar el precio de los combustibles a nivel mundial.
Una reciente investigación de la consultora RSM dice que el impacto que tendrÃa un "choque energético" en la economÃa de EE.UU. reducirÃa el 1% del producto interno bruto durante el próximo año y aumentarÃa la inflación en 2,8 puntos porcentuales, lo que darÃa como resultado una tasa de inflación del 10% año tras año. SerÃa el mayor registro desde 1981.
"Con una economÃa sólida y un aumento de los ingresos fiscales, los formuladores de polÃticas pueden buscar medidas para mitigar un mayor estrés en esos hogares causado por el aumento de los precios de los alimentos, el combustible y los bienes", dice la consultora.
Y agrega que tan costosa como serÃa otra guerra europea en términos humanos y económicos, su carga económica en los Estados Unidos recaerÃa más sobre las clases media y trabajadora.
Otro dilema que deberá enfrentar Biden es qué mensaje le enviará a Jerome Powell. Antes de la invasión ruso, tenÃa todo listo para subir las tasas calibrando con el crecimiento económico. Pero ahora está en duda. Atlantic Council, un reconocido think tank de Washington, dice que los picos posteriores a la invasión en los precios de la energÃa podrÃan conducir a una nueva revisión a la baja de las estimaciones de crecimiento al tiempo que aumentan las expectativas de inflación.
"Las altas tasas de inflación persistentes agregarán presión sobre la Reserva Federal, que ya se percibe como atrasada en la adopción de medidas oportunas en respuesta al aumento de los precios, para endurecer las polÃticas monetarias pronto", indican.
El problema hacia adelante para Biden es fenomenal. Revertir lo que muestran las encuestas será difÃcil. La última de CBS/YouGov mostró que el 58% de los estadounidenses dijo que Biden no se estaba enfocando lo suficiente en la economÃa y aún más, el 65%, dijo esto sobre la inflación. Solo el 33% dice que Biden y los demócratas se están enfocando en los temas que más les preocupan. Y según CNN, 7 de cada 10 estadounidenses piensan que el gobierno no está haciendo lo suficiente para reducir la inflación y aliviar las interrupciones en la cadena de suministro. En este contexto, solo el 38% apruebe el manejo de la economÃa por parte del presidente y menos aún, el 30%, su manejo de la inflación.
"Desde el New Deal, los estadounidenses han llegado a creer que los presidentes ejercen un control considerable sobre la economÃa y esperan que el presidente Biden haga algo con respecto a la inflación. Y todos los presidentes enfrentan disrupciones inesperadas en sus planes. Para Biden, la inflación lo es. La forma en que maneje este desafÃo a la estabilidad económica y los ingresos familiares determinará las perspectivas de su partido en 2022 y en las próximas elecciones presidenciales", sentenció Bill Glaston, de Brookings.
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