Tras reunirse con Andrés Manuel López Obrador en México, el secretario de Estado Antony Blinken hizo una declaración genérica y de ocasión. "Dejamos en claro que estamos comprometidos a asociarnos con México para abordar nuestros desafÃos compartidos, incluida la gestión de una migración irregular sin precedentes en la región, la reapertura de puertos de entrada clave y la lucha contra el fentanilo ilÃcito y otras drogas sintéticas".
El Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, también dio una explicación demasiado amplia. "Tuvimos una reunión muy productiva", dijo Mayorkas, y agregó que "el desafÃo de la migración requiere soluciones regionales".
AMLO se llevó la promesa de revertir el cierre en cruces fronterizos clave. "Cada vez hay más movimiento en la frontera, en los puentes, y por eso tenemos que estar atentos para que no se cierren los pasos. Se llegó a ese acuerdo. Ya se están abriendo los pasos para el ferrocarril y los puentes fronterizos, normalizar la situación", detalló López Obrador durante su conferencia en Palacio Nacional.
Fue lo más parecido a un saldo concreto tras el encuentro bilateral. A cambio, según pudo conocer LPO, México se comprometió a potenciar el trabajo de seguridad y vigilancia en la frontera para contener el flujo migratorio.
Ganancia para AMLO y para los empresarios de ambos paÃses con intereses en el comercio transnacional. El resultado, sin embargo, no alivia a la administración de Joe Biden, acorralada ante una crisis migratoria que pone en jaque el abordaje "humanitario" del presidente demócrata. A pocos dÃas para que arranque formalmente el año electoral en EE.UU., el problema se hizo indisimulable para la Casa Blanca.
Casi un cuarto de millón de inmigrantes intentó cruzar la frontera sur en noviembre. Dentro del ciclo de Biden, es la cifra más alta para ese mes y el tercer registro mensual más alto de la administración demócrata. La Patrulla Fronteriza además arrestó en noviembre a 17 personas que figuraban en la lista de vigilancia terrorista del FBI. Con esas detenciones, el 2023 ya supera a los seis años previos sumados en ese rubro tan sensible.
Durante el fin de semana de Navidad, una caravana compuesta por familias y niños de Centroamérica, Venezuela y Cuba atravesó México en dirección a la frontera de Estados Unidos. Se trata de la manifestación más grande en un año y medio. Los videos e imágenes de la caravana evidencian que la polÃtica de disuasión de Biden no logra el resultado esperado.
Ante ese panorama, el 18 de diciembre el Gobierno tomó una decisión que sorprendió al empresariado. Cerró los cruces ferroviarios internacionales de Eagle Pass y El Paso en Texas, más otros en California. Buscó asà redirigir al personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en auxilio de una Patrulla Fronteriza desbordada. La administración demócrata además sumó revisiones que empresarios consideraron excesivas en esos puntos de paso. Pero lo cierto es que en los últimos dÃas esas medidas habÃan empezado a revertirse.
AsÃ, el acuerdo light con el gobierno de México no resuelve el inmenso problema que amenaza con complicar a Biden, tanto a nivel de gestión como en su discurso de campaña. La crisis también le complica el frente interno.
El alcalde de Nueva York Eric Adams impuso lÃmites por primera vez a la forma en que los migrantes llegan a su ciudad. En una orden ejecutiva, exigió a las compañÃas de autobuses chárter que avisaran con 32 horas de antelación sobre el arribo con migrantes a Nueva York. Además limitó las horas del dÃa en las que se pueden dejar a los recién llegados a EE.UU.
En fricción permanente con el gobierno republicano de Texas, Adams resolvió el cambio después de que en una sola noche llegaran 14 autobuses llenos de migrantes. Fue la cifra más alta desde hace casi dos años. Los colectivos venÃan desde Texas, donde el gobernador Greg Abbott acaba de promulgar una ley que penaliza la entrada irregular al estado y permite a las autoridades arrestar migrantes.
El contexto alienta a los republicanos y a Donald Trump en particular. Tanto a nivel retórico como en el Congreso, la oposición toma la delantera y reclama endurecer los controles migratorios. "Nuestra frontera está fuera de control como ninguna frontera en la historia de cualquier paÃs jamás lo estuvo", se quejó Trump tras la reunión entre Blinken y AMLO. El candidato republicano agregó que "estamos siendo extorsionados por México y otros paÃses, cuando deberÃa ser al revés".
La presión republicana agitó una fantasma: la posibilidad de restaurar el TÃtulo 42, una medida que Trump desempolvó durante la pandemia. "Un regreso a las polÃticas de la era Trump no es la solución. De hecho, empeorará el problema", opinó dÃas atrás el senador demócrata de California Alex Padilla.
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