Por lo menos 41 personas fallecieron y hay otros 27 hospitalizados debido a un incendio en un centro de detenciones en la frontera de México con Estados Unidos. El fuego cobró la vida de 39 personas que estaban recluidas en un centro de detención de migrantes en Ciudad Juárez y dos personas más perecieron en hospitales cercanos de esa localidad que limita con El Paso, en el sur de Texas.

El incendio se desató durante la noche del lunes al martes en ese centro, a solo unos metros del puente Lerdo-Stanton que une a México con Estados Unidos. Un comunicado que divulgó en la madrugada del martes el Instituto Nacional de Migración (INM) de México, responsable de ese centro, informó que otras 29 personas resultaron heridas o intoxicadas con humo y tuvieron que ser hospitalizadas en diversas instituciones. Al amanecer se supo que dos de ellos habían fallecido.

En la parte del centro de detenciones que se incendió había 68 migrantes detenidos, únicamente hombres, todos de Centro y Suramérica, pero la mayoría eran venezolanos, informó ese instituto. El fuego no alcanzó otra zona del mismo centro donde permanecían mujeres migrantes.

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El incendio habría iniciado poco después de las 10 de la noche, hora local de Ciudad Juárez, y al amanecer del martes todavía se desconocía cómo se originó. En redes sociales algunos periodistas divulgaron fotografías de miembros del INM y de la Guardia Nacional que rescataban y atendían a migrantes de ese centro, mientras miembros de la Cruz Roja Mexicana transportaban a heridos y sofocados a hospitales.

El fiscal general de México, Alejandro Gertz Manero, informó que su oficina inició una investigación y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México también despachó a sus investigadores.

En la parte del centro de detenciones que se incendió había 68 migrantes detenidos, únicamente hombres, todos de Centro y Suramérica, pero la mayoría eran venezolanos, informó ese Instituto Nacional de Migración.

Autoridades locales de Ciudad Juárez informaron que los migrantes estaban bajo llave en el centro de detenciones, algunos de ellos después de ser devueltos del estado de Texas bajo el programa de Título 42, una medida sanitaria que instauró Donald Trump durante la pandemia y todavía impide a los migrantes entregarse a autoridades federales para solicitar asilo.

Durante su conferencia de prensa matutina diaria, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que el incendio comenzó cuando los migrantes en el centro de detención se enteraron de que iban a ser deportados y prendieron fuego a los colchones en protesta.

Según versiones todavía sin confirmar, los migrantes habrían iniciado el incendio a manera de protesta para que los dejaran salir. El Diario de Juárez informó esta mañana que los "migrantes se atrincheraron y prendieron fuego al lugar".

Una inmigrante venezolana que esperaba la liberación de su esposo de ese centro, Vianey Infante, apuntó directamente contra las autoridades: "La culpa la tiene (el instituto de) migración, esto que está pasando es culpa de ellos por detener a los migrantes", dijo.

Infante contó a medios locales que el INM le informó que había comprobado que su esposo estaba detenido, pero que anoche lo dejaría libre para mantener la unidad familiar. La mujer llegó, según dijo, cerca de las 9:30 de la noche y poco después notó que del centro de detenciones salía humo. Según su relato, los oficiales que resguardaban el centro de detenciones dejaron encerrados a los migrantes durante el incendio.

Poco después de que habría ocurrido esa escena que narró Infante, los bomberos intentaban sofocar el fuego, mientras que elementos de la oficina de Protección Civil del estado de Chihuahua rescataban cuerpos y personas heridas y afectadas por los humos. Ambulancias de la Cruz Roja y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llevaron a 29 migrantes a cuatro hospitales. Dos de ellos murieron horas después.

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En lo que va de este año se han registrado protestas con incendios provocados en centros de detenciones del INM en Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, y en el estado de Baja California, en la frontera con California.

Algunos de los detenidos habían sido devueltos del estado de Texas bajo el programa de Título 42, la medida sanitaria que instauró Trump durante la pandemia y todavía impide a los migrantes entregarse a autoridades federales para solicitar asilo.

La comunidad migrante en Ciudad Juárez se ha mostrado impaciente porque consideran que es tardado cruzar la frontera bajo los términos que exige la administración del presidente Joe Biden. Hace 15 días, unos mil migrantes, casi todos venezolanos, intentaron cruzar masivamente el puente a la ciudad de El Paso, motivados por un rumor, pero la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos desplegó oficiales con equipo antimotines y colocó obstáculos con alambrado de púas para impedirles el paso.

Los migrantes que buscan asilo en la frontera del estado de Texas enfrentan también el obstáculo de la retórica de políticos republicanos en Texas.

Mientras la administración Biden concede que 30,000 solicitantes de asilo de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití ingresen a Estados Unidos a seguir sus procesos de asilo si tienen quién se haga cargo de sus gastos, algunos políticos texanos avanzan con propuestas sin precedentes contra la migración.

Esta semana un grupo de republicanos presentó en el congreso estatal una propuesta que, de aprobarse, autorizaría que cualquier residente de Texas esté autorizado para, además de portar armas, detener a migrantes, como medida para "proteger la frontera", informó The Intercept, un medio de periodismo de investigación.