Denise Gilman es una voz autorizada como pocas para hablar de la cuestión migratoria. Reconocida investigadora que estudia desde más de 15 años los flujos migratorios entre Estados Unidos y México, la directora de la ClÃnica de Inmigración de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas en Austin habló con LPO tras el fin del TÃtulo 42, la polÃtica de Donald Trump impuso en el inicio de la pandemia y Joe Biden sostuvo durante casi 2 años y medio de mandato. Gilman explica por qué bajaron los cruces con la nueva normativa de Biden, remarca las similitudes con la polÃtica de la era Trump y dice que el presidente está atrapado en la lógica de control de fronteras que impone el discurso de los republicanos. Además, explica por qué los cárteles de la drogas obtienen grandes ganancias cada vez que las medidas del gobierno frenan la llegada de migrantes.
¿Cómo evalúa el fin del TÃtulo 42 después de tanto tiempo?
Era ya momento para que se termine el TÃtulo 42. El programa no tenÃa buena justificación, era supuestamente un instrumento para evitar la epidemia y desde el principio los que trabajan en salud pública en Estados Unidos dijeron que no era necesario ni era bueno. Pero suponiendo que en algún momento servÃa para algo, ya a estas alturas, cuando todos los otros instrumentos para el control de la pandemia se habÃan ya terminado, estaba completamente fuera de lo legal y lo justificable seguir expulsando automáticamente a la gente por razones del COVID. De lo contrario, hay que seguir las lÃneas normales de la legislación sobre asilo, que no permiten la expulsión automática de una persona. Entonces ya era hora.
¿Qué significa este cambio?
Lo que hemos visto es que, más que nada por razones polÃticas, lo que ha hecho la administración Biden es sustituir el TÃtulo 42 con nuevos mecanismos que también son de exclusión muy fuerte para las personas que están solicitando asilo. Lo que estamos viendo en estos primeros dÃas es que las entrevistas que se tienen que hacer bajo el régimen normal en la frontera se están haciendo en 24 horas, incluyendo un domingo a la mañana, sin interpretación, sin acceso a abogados, dentro de las mismas instalaciones fronterizas y, si no apruebas esa entrevista, estás de vuelta. Aunque técnicamente esto es un poco más exhaustivo, realmente es bastante parecido al TÃtulo 42. Hay otros mecanismos también que para los que logran de alguna manera pasar esa primera parte y no ser devueltos automáticamente. Muchos van a ser impedidos de buscar asilo por esa nueva regla que dice que si no aplicaste para el asilo en alguno de los paÃses que cruzaste no calificas.
Los crÃticos dicen que, con otros modos y otra gestualidad, Biden continúa las lÃneas directrices de la polÃtica de Trump en materia migratoria. ¿Cuál es su visión?
Desafortunadamente estoy totalmente de acuerdo en que las polÃticas de Biden en relación con asilo y frontera son muy parecidas a las que tenÃa Trump en su momento. El TÃtulo 42 era un instrumento que implementa Trump y recién se está sacando en el tercer año de la administración de Biden. Entonces, no es que son parecidos, son exactamente los mismos instrumentos hasta este momento. Ahora estamos viendo un poco de cambio, pero muy poco y muy tarde. Por ejemplo, la nueva regla que dice que tienes que haber pedido asilo en otro paÃs durante el tránsito hacia Estados Unidos para poder calificar en Estados Unidos es la misma regla que tenÃa Trump. Entonces en cosas muy muy concretas las polÃticas son muy parecidas. Y yo dirÃa que, casi peor, la filosofÃa más general sobre la frontera no ha cambiado tampoco.
¿Cuál es esa filosofÃa?
Es un acercamiento que es todo sobre control de frontera, dar a conocer la idea de que en la frontera hay mucho fraude, hay mucha amenaza para la seguridad de Estados Unidos y, por lo tanto, hay que impedir que las personas busquen asilo, cuando sabemos que los paÃses desde los cuales están llegando la mayorÃa de los que están en la frontera son paÃses que tienen graves problemas de derechos humanos. Es un flujo de personas que están solicitando asilo, refugio, que encuadran en eso. No es una cuestión de crisis, de amenaza para la seguridad.
"Biden busca restaurar la polÃtica migratoria de los dÃas más oscuros de Trump"
¿Por qué piensa que Biden decidió ahora dar de baja el TÃtulo 42?
No hay ninguna otra medida que tiene que ver con el COVID. Más que nada, lo hizo porque no habÃa manera de justificarlo más. En cuanto a los temas electorales, Biden querÃa que pasaran las elecciones del Congreso. Si hubiera sacado el TÃtulo 42 apenas entró como presidente, habrÃa sido un poquito más fácil. Pero como no lo hizo porque no hubo suficiente presión polÃtica, se tardó en tratar el tema y ya llegaban muy pronto las elecciones del Congreso. Ya era tarde para hacerlo rápido y bien, limpio, entonces lo hizo a medias y las Cortes dijeron que no, entonces era todo una mezcla. Y para hacerlo con más fuerza, quiso esperar a que pasaran las elecciones de medio término.
Mayorkas dijo que los cruces se redujeron a menos de la mitad y la Casa Blanca dice que el cambio de polÃtica está teniendo buenos resultados. ¿Es asà o es prematuro todavÃa para decirlo?
Es temprano para decirle definitivamente pero hay varias cosas que hay que tomar en cuenta. El TÃtulo 42 era ilegal, cruel, violaba los derechos humanos, pero tampoco era efectivo como medida de control de fronteras. La gente cruzaba 100 veces, entonces los números eran muy altos, un poco falsamente altos porque era muchas veces la misma gente que estaba cruzando. Ver bajar los números en parte tiene que ver con eso. Y aunque sea 24 horas que tardan para hacer la entrevista y rechazar a una persona, eso quiere decir que por lo menos no son 2 horas y bajas un poco el número.
¿Es la única razón que explica la baja de los números?
La otra cosa que está pasando es que hay menos gente que está teniendo la oportunidad de ser procesada bajo el nuevo sistema, están forzando a las personas que quieran solicitar asilo a usar la App y la App limita el número de personas que puedan presentarse. Entonces la gente está peleando con esa App, tratando de presentarse bien para que los dejen entrar porque eso es lo que dijo el gobierno que hay que hacer. Eso no está funcionando bien y es un cupo limitado, entonces los números están bajando. No es que haya menos gente que necesita ser procesada para distintos casos de asilo sino que hay nuevos impedimentos. Hay miles de problemas, no sorprende. Es un poco como cuando recién hubo vacunas para el Covid. Es un sistema de lÃmites, de impedir que las personas se acerquen a pedir el asilo.
Los republicanos acusan a Biden todo el tiempo de tener una peligrosa polÃtica de fronteras abiertas. ¿En qué medida ese discurso complica a Biden y en qué medida lo beneficia?
No lo beneficia. Lo deja sin poder hacer nada. Con los republicanos, es imposible. Si él adopta medidas que son de control de fronteras, no lo reconocen nunca. Y si no lo hace, también lo critican. Pero para los que no son republicanos, eso implica que Biden sigue tratando de mostrarse fuerte en la frontera para responder a la crÃtica de los republicanos y eso lo deja mal con los que sà queremos más recepción humanitaria. No es buena polÃtica porque no tiene el impacto de terminar con la llegada ni de procesar de manera eficiente a la gente.
¿Cuál deberÃa ser la salida del gobierno?
Biden podrÃa aceptar que los republicanos nunca van a reconocer lo que hace y que, por lo tanto, no tiene sentido jugar ese juego sino que habrÃa que adoptar otras polÃticas. Eso significa más que nada que va a haber llegada de personas solicitando asilo en un momento en que hay graves violaciones a los derechos humanos en varios paÃses del hemisferio, sin hablar de los más distantes. Hay que mandar recursos de salud pública, de trabajadores sociales para procesar los casos y asà cumplir con la ley.
"Los republicanos están aprovechando al fentanilo para avanzar en su agenda polÃtica"
Ante la crisis del fentanilo, los republicanos presionan para que Estados Unidos se involucre en el control del territorio mexicano. ¿Considera que hay fundamentos para esa prédica?
No hay evidencia de que lo que está pasando en la frontera tenga que ver con la crisis, que sà existe, del fentanilo en Estados Unidos. Es una manera de los republicanos para crear miedo y pedir apoyo, tratando de decir que el tema de fronteras interacciona con el tema del fentanilo y realmente no es asÃ. Ahora, en términos de los cárteles, del crimen organizado en el norte de México, sà está conectado con el tema del fentanilo. Estoy muy convencida de que se han fortalecido los grupos del crimen organizado como consecuencia de las polÃticas duras en la frontera.
Las expulsiones de personas hacia el norte de México crean una población en vulnerabilidad, atrapada en el norte de México, una población que en su mayorÃa -y los cárteles lo saben- tienen alguna conexión con Estados Unidos. Entonces, saben que pueden secuestrar a esas personas y exigir dinero de sus familiares, saben que pueden cobrarles mucho dinero para tratar de cruzar la frontera y que ellos estarán dispuestos a pagar más de lo que pagaban antes porque es mucho más difÃcil cruzar la frontera y entrar en Estados Unidos. Hay miles de casos documentados de graves daños causados a las personas que fueron expulsadas, básicamente dejando a la gente en manos de los carteles. Sà creo que hemos inventado un nuevo centro de ganancia para los cárteles y nuevas vulnerabilidades para los objetos de las acciones de los cárteles, lo que es realmente muy grave.
Dice que la polÃtica dura en la frontera es la que beneficia a los carteles.
Sin duda. Se está empezando a estudiar un poco más seriamente eso, el crecimiento y el fortalecimiento de los carteles en los últimos años, desde que hemos adoptado las polÃticas más fuertes de control de fronteras como el TÃtulo 42 y el Programa Quédate en México. Yo lo venÃa viendo honestamente hace por lo menos una década. Cada vez que hay una nueva polÃtica en la frontera que hace más difÃcil cruzar se benefician los cárteles.
Es todo lo contrario de lo que se dice, que la permisividad favorece a los cárteles.
Es que eso no tiene sentido. Los cárteles se benefician de que sea difÃcil cruzar la frontera y que la gente les tenga que pagar.
La discusión parece muy en la lógica de los republicanos, hace poco Biden mandó a decirle a los republicanos que los lÃmites en el gasto iban a agravar la crisis del fentanilo.
SÃ, es realmente impresionante ver discursos de Biden en la campaña y las palabras que salen de su boca ahora. Realmente es impactante la diferencia.
El gobernador de Texas Greg Abbott es uno de los más duros con el discurso sobre la frontera y saca un permanente beneficio electoral.
Para Abbott es una cuestión puramente polÃtica de saber que asà puede ganar elecciones. Las personas que son afectadas, migrantes, no votan, no tienen voz. Para él, hay muy poco para perder en tratar de mostrarse fuerte y también de crear ese miedo que hace que la gente vote por él, pensando que si no están en peligro, causando cuestiones de inseguridad para el Estado y para su familia. Yo no creo que Abbott lo crea mucho. Porque no es asÃ. Durante toda la historia de Texas ha habido migración irregular que ha beneficiado al Estado sin dudas. DACA para los niños que vinieron acá de chicos, hay estadÃsticas que demuestran que contribuyen con 6 billones de dólares al Estado de Texas cada año. La migración, para nada es un problema para Texas. No lo es.
¿Qué pasa con la población latina en torno a estos debates, a la cuestión de la frontera y de los lÃmites'
La población latina más afectada son los que viven en la frontera y hay obviamente mucha población latina en la frontera, ciudadanos y no ciudadanos, que ven un estado de guerra en la frontera. Voy bastante a la frontera, fuimos con un grupo de estudiantes en marzo a Laredo y es policÃa, Guardia Nacional, policÃa estatal, policÃa local, Border Patrol, cada tres autos es una patrulla, es casi un estado de sitio para la misma población que vive en la frontera. En la legislatura de Texas se están discutiendo ahora otros proyectos de ley que podrÃan llegar a impactar en todo el Estado para que la población latina se sienta muy marginada y muy amenazada. Por ejemplo, esa nueva patrulla fronteriza privada auspiciada por el Estado que se está aprobando como ley en este momento y otros proyectos también.
El debate se da también entre los demócratas con poder. El senador Bob Menendez le presentó a Biden un plan migratorio y se queja de no haber sido escuchado.
Pienso que no es cuestión de quiénes tienen poder dentro del Partido Demócrata en el Congreso porque el Congreso está perdido. Es imposible avanzar en el Congreso. La pregunta es más quiénes están en la administración Biden que puedan lograr que él les preste atención para una polÃtica más generosa para los inmigrantes. Varios de los que estuvieron al principio se han ido y no sé si hay muchos. Él se está quedando con los que son más mano dura dentro de la administración.
Estados Unidos tiene la tasa de fertilidad más baja de su historia y necesita más migrantes para que la economÃa vuelva a crecer. ¿No pesan los argumentos económicos en la discusión polÃtica?
Desafortunadamente, los actores que se benefician de la mano de obra migrante no están preocupados con la regularización de esa mano de obra, porque ahà serÃan más difÃciles de explotar. En general, en la economÃa, creo que sà nos beneficiamos bastante de regularizar y puede ser con polÃtica de asilo o puede ser crear nuevos caminos. Pero los interesados tienen intereses económicos, siempre llegan migrantes y hay posibilidades de hacerlos trabajar, pero en condiciones de vulnerabilidad, en las que se les pueda pagar menos.
Se discute el rol de Kamala Harris en el tema migratorio. Algunos dicen que ella no podÃa resolverlo sola y otros están decepcionados. ¿Cuál es su impresión?
Era un rol imposible, estoy totalmente de acuerdo. Inmigracion toca todos los departamentos de todas las agencias del gobierno, toca cuestiones polÃticas, toca realidades, de flujos, de migración y condiciones en paÃses, que no es posible que una sola persona se haga cargo. TendrÃa que tener todo el gobierno un equipo fuerte trabajando en ese tema con todo un comité que ella podrÃa haber liderado. Pero además, sÃ, hay mucha decepción. Ella perdió toda chance de tener un rol importante cuando, en los primeros meses de la administración, fue a Centroamérica y dijo "ojo, no vengan". Esa era su respuesta a unos desafÃos muy complicados. Quedó como que no entendÃa cuál era la realidad y por lo tanto no iba a poder ofrecer liderazgo y soluciones.
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