Sus rastas bailan al son del énfasis que le pone a su misión: convencer nuevos votantes. Faltan horas para que empiece el Súper Martes, cuando más de un tercio de los delegados disponibles en las primarias presidenciales, tanto republicanos como demócratas, serán formalmente adjudicados. Con un clima de campaña ya instaladÃsimo en el paÃs, las minorÃas intensas de cada partido votarán en 16 estados.
El resultado en Carolina del Norte será clave. Se trata de un swing state determinante, con diversidad polÃtica, racial y económica. Si bien arrastra una tradición rural conservadora con una fuerte impronta religiosa, escenificada en las iglesias que salpican sus pueblitos, la polÃtica de exenciones impositivas convirtió al estado en una base para empresas tecnológicas. Al punto de que Apple está concretando su mudanza a Raleigh, la capital de CdN.
En noviembre de 2020, acá ganó Donald Trump por apenas 75 mil votos. Fue la victoria, o derrota, vista desde el War Room de Joe Biden, más ajustada de la elección presidencial. Pero la gente a la vez optó por un gobernador demócrata. En 2016 pasó lo mismo. Carolina del Norte es asÃ. Por eso, en las últimas horas por aquà desfilaron las principales figuras nacionales: Trump, Nikki Haley y Kamala Harris. El Súper Martes encierra un atractivo extra en este estado. Debajo de la pelea presidencial, habrá competencia al interior de los partidos para definir el candidato a gobernador, vice, tesorero y procurador.
A diferencia de estados con desenlace prescrito de antemano, ya sea para el bando azul o el rojo, en CdN los votos se cuentan de uno. Y cada voluntad sumada es oro en polvo. La abogada Satana Deberry, de rastas canosas y pantalón rosa chicle, lo sabe a la perfección. Por eso dedica tiempo, paciencia y a veces enojo para seducir a los habitantes de Durham.
La tradición afroamericana es muy potente en esta ciudad. Como candidata a Procuradora General del Estado, Deberry juega esa ficha. La experimentada abogada demócrata suele armar actividades de campaña en un restaurante muy popular entre la comunidad negra. Se llama Dame's Chicken & Waffles. El comedero exuda su identidad en fotos y cuadros dedicados a Mohamed AlÃ, Nina Simone y el héroe local: John Coltrane, el célebre saxofonista nacido en Carolina del Norte. En las últimas dos décadas, sin embargo, la población de Durham empezó gradualmente a "blanquearse". La industria clásica del tabaco fue reemplazada por las start ups y las techs. De ahÃ, el cambio socioeconómico y racial.
En noviembre, Carolina del Norte podrÃa finalmente tener un gobernador afroestadounidense. Para eso, deberÃa imponerse el pastor Mark Robinson en las primarias republicanas de este martes. Robinson recibió el apoyo de Trump, quien incluso lo equiparó al mÃtico Martin Luther King. "Sos dos veces Luther King", lo elogió en un acto realizado en Raleigh. La comparación pasó por alto el detalle de que Robinson es un predicador ultra-conservador. "Robinson no representa a los negros", sentencia Deberry. Y recuerda los comentarios anti LGBTQ y la promesa del pastor trumpista respecto a la prohibición total del derecho al aborto.
La candidata demócrata ahora salta hacia la gastronomÃa y recomienda especialmente los wafles de batata. Y al instante se vuelca de lleno en la batalla polÃtica. "Quiero que la gente vaya a la cárcel por cometer un asesinato y no por fumar marihuana. La desigualdad racial está muy presente en el sistema de justica", afirma la candidata a procuradora. Lo dice parada en el centro del salón de Dame's Chicken & Waffles.
La abogada de rastas milita en el ala izquierda del partido demócrata. A la pasada plantea que el poder en los Estados Unidos está en manos de una gerontocracia. Y ante una consulta de LPO sobre si Kamala Harris decepcionó a sus votantes, Deberry apenas disimula su fastidio. "No sé a qué desilusión te referÃs. Yo soy fan de Kamala Harris", contraataca.
Deberry apunta a ganar el creciente voto latino. La comunidad hispana es la que aumentó más velozmente en las últimas dos décadas dentro de Carolina del Norte. En este swing state viven 1,2 millones de hispanos, casi el 12% de la población. "Muchos migrantes de América Latina vienen a trabajar en agricultura o construcción. Algunos empezaron a asentarse acá y ya no volvieron a sus paÃses, México, Guatemala y Honduras, entre otros. TodavÃa no representan un bloque de votantes tan importante, pero ya son el de mayor aumento poblacional. En los próximos años veremos a los latinos en el poder", predice.
En 2020, el 40% de los latinos del estado optó por Trump. Se trata de un porcentaje mayor el de los hispanos en el resto de Estados Unidos. Una conclusión muy verosÃmil es que los inmigrantes latinoamericanos más recientes se inclinan por las ideas conservadores, a diferencia de las oleadas previas.
Este Súper Martes, el demócrata Gabriel Esparza buscará hacer historia y convertirse en el primer candidato latino electo de Carolina del Norte. "Son 1.2 millones de voces que no tienen nada de representación. No es justo", se quejó dÃas atrás el aspirante a Tesorero en diálogo con LPO.
El estado de la costa este además modificó recientemente sus reglas de votación. En noviembre, se pondrá a prueba un nuevo sistema. Por primera vez, las personas registradas (7,5 millones) tendrán que presentar una identificación con foto al momento de elegir un candidato. La legislación fue impulsada por la mayorÃa republicana del Congreso local, a raÃz del fantasma del fraude alimentado por Trump. Y las primarias del martes funcionarán como una suerte de prueba piloto.
La Junta Electoral del Estado lanzó una campaña publicitaria para familiarizar a los votantes con la necesidad de presentar una identificación. La directora ejecutiva de la Agencia, Karen Brinson Bell, se lo explica a LPO y otros medios. "Intentamos asegurar las elecciones sin desincentivar la participación", comenta Brinson Bell. Lo dice en una oficina de la Junta Electoral ubicada en Raleigh, la capital de Carolina del Norte.
Raleigh está a 40 kilómetros de distancia de Durham. La sede color cemento de la Junta Electoral muestra un paisaje opuesto al clima y el perfume que emana el Dame's Chicken & Waffles. Brinson Bell es la funcionaria encargada de administrar el sistema de votación. Un sistema que ella no elige, pero que está obligada a ejecutar. Si el dÃa de la elección ella es protagonista de las noticias, significa que algo salió mal. O, al menos, que las denuncias de fraude empezaron a circular en redes, medios y tal vez candidatos.
Tras el ataque al Capitolio de 2021, el mismÃsimo valor de la democracia se volvió un tema opinable y de debate en los Estados Unidos. Ante un pelotón de fusilamiento de periodistas, Brinson Bell hace equilibrio para no evidenciar su malestar con el Trump style. La funcionaria asegura que la posibilidad de fraude es mÃnima en el paÃs y anticipa que la votación volverá a ser muy pareja en Carolina del Norte. Con look oficinesco, Brinson Bell reflexiona que "como oficiales de elección, no queremos estar bajo los reflectores. Las denuncias de fraude por parte de un candidato tan importante generaron un cambio. Fue desafiante. Tenemos una pasión por lo que hacemos, nos preparamos para lidiar con una participación del 100%. Ese es nuestro trabajo. Cómo van a comportarse los candidatos no depende de nosotros".
En la previa al Súper Martes, LPO hace una última parada en uno de los hitos y motivos de orgullo de este swing state: la Universidad Duke. Se trata de una de las más prestigiosas de los Estados Unidos. Tiene dos siglos de antigüedad.
En una sala vidriada y con vista al bosque del campus, tres estudiantes de polÃticas públicas cantan loas a la necesidad de involucrarse. Ellos son Noah, Annaleise y Pilar. Tienen 24, 23 y 22 años. "En este paÃs no cambia nada si no aparecen pibes de 20 años enojados", se jacta Pilar. Los tres tienen matices y hasta exhiben diferencias en sus opiniones. Pero a la vez coinciden en que existe una agenda generacional que los moviliza especialmente.
Su pliego de condiciones juvenil se resume en exigir el alto al fuego inmediato de Israel en Gaza, abordar sin dilaciones el cambio climático, garantizar la continuidad del fallo Roe vs Wade y aplicar un control mucho más estricto a la tenencia de armas en el paÃs. "La situación en Gaza es un tema del que hablamos con los compañeros. Vemos las imágenes en medios y redes sociales y va a afectar nuestro voto", anticipan estos tres sub-25, en un mensaje problemático para Biden. Otro más.
Tras la charla con los estudiantes, LPO dialoga con un grupo de profesores de ciencias polÃticas de Drake. Los académicos Judith Kelley, Deondra Rose, Phil Napoli, Sunshine Hillygus y Asher Hildebrand reflexionaron sobre la crisis de confianza que perciben en la democracia. La tendencia representa una novedad histórica para los Estados Unidos. Sobre el escenario de las internas partidarias, Nápoli considera que Trump encara las primarias en una condición de debilidad respecto 2020. Lo paradójico, según el profesor de la universidad Duke, es que el presidente demócrata también se muestra en baja en comparación con la versión del Biden 2020.
Para Hillygus, investigadora de campañas y comportamiento electoral, el escepticismo social favorece el crecimiento de los extremos ideológicos. "La voz de la mayorÃa de los americanos moderados será cada vez menos escuchada", anticipa la profesora de Carolina del Norte. El Súper Martes pondrá a prueba esa hipótesis. Y seguramente la corroborará.
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