La vieja amistad de Joe Biden y Benjamin Netanyahu va a contramano de la política doméstica en sus países y la tensión entre ellos es indisimulable. Después de que el presidente de Estados Unidos decidiera sancionar a cuatro colonos israelíes, un hombre clave del gobierno de Israel fue el encargado de devolverle gentilezas. Itamar Ben-Gvir, el ministro de seguridad nacional de Israel, criticó sin eufemismos a Biden y dijo que a su gobierno le conviene el regreso de Donald Trump. Eso, afirmó, le devolvería a Netanyahu mayores grados de libertad para avanzar en la guerra contra Hamás.

En una entrevista con The Wall Street Journal, Ben-Gvir apuntó contra Biden y dijo que está obstaculizando el esfuerzo bélico de Israel. "En lugar de darnos todo su respaldo, Biden está ocupado dando ayuda humanitaria y combustible (a Gaza), que va a Hamás. Si Trump estuviera en el poder, la conducta de Estados Unidos sería completamente diferente", dijo. Se trata de la primera entrevista que Ben-Gvir le concede a un medio de noticias occidental desde su elección como miembro del gabinete de Netanyahu, en diciembre de 2022,

Tal como contó LPO, desde el 7 de octubre pasado, la administración Biden intenta un equilibrio incómodo en su relación con el gobierno de Netanyahu, que parece haber llegado a su fin. Los demócratas no sometieron al Congreso de Estados Unidos la decisión de enviar armas a Israel y tampoco presionaron para que el gobierno de derecha acate los llamados internacionales a un alto el fuego en los cuatro meses transcurridos desde el ataque de Hamas. Esa actitud de connivencia con la ofensiva militar israelí le trae cada vez más costos a Biden, quien ve peligrar su reelección por el creciente descontento de los jóvenes pro Palestina en estados claves como Michigan. Hasta ahora, la Casa Blanca viene instando sin éxito a Israel a tomar mayores medidas para evitar dañar a los civiles y permitir más ayuda a la sitiada Gaza.

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Los comentarios del ministro de Seguridad israelí cayeron como un misil en la Casa Blanca, justo cuando el secretario de Estado Antony Blinken se prepara para hacer una nueva visita a la región esta semana. Además, provocaron indignación en el ala moderada del gobierno israelí.

El general retirado y miembro del Gabinete de Guerra de tres hombres de Netanyahu, Benny Gantz, advirtió que Ben-Gvir estaba "causando un daño tremendo" a las relaciones entre Estados Unidos e Israel. El líder de la oposición, Yair Lapid, fue todavía más allá y dijo que Ben-Gvir "no entiende las relaciones exteriores".

En lugar de darnos todo su respaldo, Biden está ocupado dando ayuda humanitaria y combustible (a Gaza), que va a Hamás. Si Trump estuviera en el poder, la conducta de Estados Unidos sería completamente diferente.

El Ministerio de Asuntos Exteriores palestino condenó los comentarios de Ben-Gvir como "racistas" y pidió sanciones internacionales contra él, diciendo que amenaza la estabilidad de la región.

El voltaje de las declaraciones del ministro de Seguridad fue tan elevado que hasta el propio Netanyahu se vio obligado a hacer algún tipo de alusión al tema durante una reunión semanal del Gabinete. "No necesito ninguna ayuda para gestionar nuestras relaciones con Estados Unidos y la comunidad internacional", dijo. De todas maneras, evitó mencionar a su todavía ministro de seguridad.

El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir. 

LPO

Ben-Gvir, junto con otras figuras de extrema derecha, reclaman una emigración masiva "voluntaria" de palestinos de Gaza y el regreso de los asentamientos judíos, que Israel desmanteló cuando retiró las tropas del territorio en 2005. Pero la administración Biden se opone a cualquier medida de ese tipo.

La tensión es manifiesta. Ben-Gvir y otros miembros clave de la coalición gobernante de Netanyahu llegan incluso a amenazar con derrocar al gobierno si creen que es demasiado blando con Hamás. Netanyahu dijo que el ejército estaba llevando a cabo "incursiones muy agresivas" en el norte y centro de Gaza mientras se ocupaba de los batallones restantes de Hamas alrededor de la ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza.

Las declaraciones del ministro de Seguridad complican el vinculo de Biden con el premier israelí. Según confirmó Politico, Biden -que conoce bien a Netanyahu- sospecha profundamente de él y en privado llegó a definirlo como un "maldito tipo". Pese a las desmentidas oficiales, los asesores de la Casa Blanca ven a Netanyahu ansioso por arrastrar a Estados Unidos a una guerra más amplia en el Medio Oriente, algo que le serviría al israrelí en el plano local pero complicaría mucho a Biden en medio de su campaña de reelección. 

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La guerra en Gaza ha arrasado vastas zonas del pequeño enclave, ha desplazado al 85% de su población y ha empujado a una cuarta parte de los residentes a la hambruna. El Ministerio de Salud de Gaza dijo que 127 cadáveres habían sido llevados a hospitales en las últimas 24 horas, lo que eleva el número total de muertos a 27.365. El ministerio no distingue entre civiles y combatientes, pero dice que la mayoría de los muertos son mujeres y niños.

Los comentarios del ministro de Seguridad israelí cayeron como un misil en la Casa Blanca, justo cuando el secretario de Estado Antony Blinken se prepara para hacer una nueva visita a la región esta semana. 

Más ayuda humanitaria a Gaza será una "máxima prioridad" cuando Blinken visite la región, dijo a CBS el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan. Blinken comenzará el lunes en Arabia Saudita y se detendrá en Egipto, Qatar, Israel y Cisjordania.

Otro foco de atención son las tensas negociaciones de Israel mediadas por Estados Unidos, Qatar y Egipto destinadas a liberar a más de 100 cautivos restantes tomados en el ataque del 7 de octubre a cambio de un alto el fuego y la liberación de los palestinos encarcelados en Israel. "Depende de Hamás dar un paso al frente y responder a lo que es una propuesta seria", dijo Sullivan a NBC, añadiendo que no hay una idea clara de cuántos rehenes siguen con vida.

Hamás ha dicho que no liberará más rehenes hasta que Israel ponga fin a su ofensiva. También exige la liberación de miles de prisioneros palestinos. Netanyahu ha descartado públicamente ambas demandas. Se espera que Hamás responda a la última oferta de alto el fuego en los próximos días.