El abrumador triunfo de Donald Trump en la interna republicana en Iowa y la caída definitiva de Ron DeSantis sacude a los grandes CEO de Wall Street. Algo que se empezó a hablar recientemente entre la elite financiera del planeta que se reunió en Davos, tomará más color en las próximas semanas y meses: el cambio de discurso (público y no tanto) de los grandes bancos estadounidenses con la posibilidad cada vez mayor de que Trump vuelva a ser presidente. Dos de ellos, muy sintonizados con las causas demócratas, comenzarán ese movimiento precautorio: Jamie Dimon, de J.P. Morgan, y Larry Fink de BlackRock.

Según averiguó LPO de varias fuentes ligadas a estos dos gigantes financieros, estos CEO (y otros también) empezaron a ponderar seriamente cómo moverse ante el crecimiento del republicano favorito. "No es lo mismo llamar al diablo que verlo venir", resumió uno de ellos. 

El detrás de escena de cómo el banquero preferido por los demócratas amasó la mayor ganancia de la historia

Pero, no todos las casos son iguales. Dimon, el banquero más exitoso del mundo y comparado con John Rockefeller, ya empezó a abrir el paraguas. En una entrevista a CNBC desde Davos la semana pasada admitió que Trump tenía razón en algunos temas. "Tenía algo de razón sobre la OTAN y algo de razón sobre la inmigración. Hizo crecer la economía bastante bien. La reforma del impuesto al comercio funcionó. Tenía razón sobre algo de China", enumeró. Cuando le preguntaron qué candidato sería mejor para su negocio, Dimon ensayó una salida políticamente correcta: "Tengo que estar preparado para ambos. Estaré preparado para ambos. Nos ocuparemos de ambos. Y espero que quienquiera que sea sea respetuoso con los demás".

Internamente en el banco hay preocupación por su otrora exposición pública anti Trump y el hecho de haberse inmiscuido en la interna republicana. Recuerdan que el mismo CEO pidió públicamente que los financistas a las campañas demócratas también aportaran a Nikki Haley. Ese juego ahora tambalea desde que quedó claro que no hay rival posible para Trump. 

Los ejecutivos de Wall Street favorecieron a Biden en las últimas elecciones. Donaron un total de $80 millones en 2020. Ahora, no solo donan para la campaña demócrata sino que financian a rivales de Trump o los PAC anti Trump

Jamie Dimon, CEO de J.P. Morgan

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"Dimon se jugó porque tiene espalda. Eso no significa que no vaya, eventualmente, a sentarse con Trump o con quien le toque. Él es muy pragmático y ya pasó por ahí. Son (Dimon y Trump) dos hombres de negocios y entienden ese código no escrito. Si gana Trump, como todos suponemos, no va a pasar nada con el banco. Además es el más grande del país y todos necesitan de ellos. Distinta es la situación con Fink", explicó el director de un fondo de Nueva York a LPO.

La referencia a Fink viene por otras cuestiones. El CEO de BlackRock es, a diferencia de J.P. Morgan, una figura muy criticada por el ancho espectro de la política republicana, no solo Trump. DeSantis, que se bajó y apoya al ex presidente, ya en el 2022 retiró $2.000 millones que tenía su estado invertidos en BlackRock por las políticas de priorizar factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Y acusó a este fondo de inversión que maneja $9 billones de estar exacerbando el "wokismo". El excéntrico Vivek Ramaswamy, que ahora se postula para ser el vice de Trump, llamó a Fink "el rey del complejo industrial del wokismo". 

Según averiguó LPO de varias fuentes ligadas a estos dos gigantes financieros, estos CEO (y otros también) empezaron a ponderar seriamente cómo moverse ante el crecimiento del republicano favorito. 'No es lo mismo llamar al diablo que verlo venir', resumió uno de ellos

El mismo CEO de BlackRock tuvo que salir hace un mes a publicar una carta en LinkedIn desmarcándose de las críticas, que se escuchan hace rato. Por un lado, negó que BlackRock estuviera disuadiendo de alguna manera a las compañías energéticas estadounidenses de perforar en busca de petróleo. Y dijo que los clientes de BlackRock han invertido más de 170.000 millones de dólares en empresas energéticas estadounidenses. 

También refutó que la firma estuviera persiguiendo una agenda ideológica. "La única agenda que tenemos es cumplir con nuestros clientes. Se nos ha confiado la administración de más activos que cualquier otra compañía en nuestra industria porque tenemos un historial de más de treinta años de administración de ahorros para la jubilación, y lo hacemos para 35 millones de estadounidenses en la actualidad. Estamos orgullosos de ese récord", publicó Fink.

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Pero LPO supo que la firma está dando un giro luego de que Trump se instalara no sólo como el candidato número uno para los republicanos, sino que esté aventajando a Joe Biden en todas las encuestas que existen. BlackRock está buscando sacarse el saco de un paladín de las políticas ambientales y sociales, algo que los republicanos y especialmente Trump llaman "basura de izquierda radical".

"BlackRock va a empezar a ponderar en sus inversiones menos a esta clase de políticas. O al menos intentar mostrar que no están sesgados solo a eso. Necesitan cambiar el perfil para salir de la ola de críticas de los republicanos", sostuvo el gerente de un fondo de inversión de Nueva York a LPO. 

Y explicó cómo será: "Esto se hace contratando lobbistas y personas que en distintas esferas puedan transmitir esto. Es parte del equipo de comunicación externa que se mueve muy bien. Ellos suelen enfatizar en las cuestiones que la compañía necesita, además de empezar a entablar contactos con políticos ligados a Trump, congresistas, etc.".

Nikki Haley, candidata republicana financiada por BlackRock y J.P. Morgan

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El primer paso de dio en los últimos días: nombró a Leigh Farris como su directora global de comunicaciones corporativas, una ex Goldman Sachs. La primera misión es clara: tratar de frenar los ataques de los republicanos. 

BlackRock está buscando sacarse el saco de un paladín de las políticas ambientales y sociales, algo que los republicanos y especialmente Trump llaman 'basura de izquierda radical'

Lo cierto es que la reconversión de los grandes CEO de Wall Street con la figura de Trump, al menos para instalar que pueden -eventualmente- coexistir no queda en J.P. Morgan y BlackRock. Los ejecutivos de Wall Street favorecieron a Biden en las últimas elecciones. Donaron un total $80 millones en 2020. Ahora, no solo donan para la campaña demócrata sino que financian a rivales de Trump o los PAC anti Trump.

Según CNBC, de los más de 47 millones de dólares donados por quienes trabajan en la industria financiera a los republicanos en lo que va de este ciclo, casi un tercio de ese total provino de un solo ejecutivo que contribuyó a los comités de acción política que buscaban derrotar a Trump en las primarias. Se trata de Jeffrey Yass, cofundador de la firma Susquehanna International Group, que ha donado más de 15 millones de dólares a los PAC que se oponen a Trump, según datos de la organización no partidista OpenSecrets.