El recorrido de Donald Trump hacia la victoria parece más corto que nunca. Tal como se esperaba, las primarias de Iowa consagraron al ex presidente y le dieron un envión para una competencia interna que, aunque recién empieza, ya parece haber terminado.
La sensación generalizada responde en parte a la estrategia exitosa de Trump que, en su discurso de victoria, presentó la carrera republicana como casi terminada. En un discurso que marca un giro con respecto a su historia de confrontación, se mostró como un lÃder que trasciende las divisiones internas, elogió a sus rivales después de humillarlos en las urnas y convocó a la nación a unirse detrás de su candidatura.
De acuerdo a las proyecciones iniciales, Trump se alzó con el 51,1% de los votos y superó por 30 puntos a Ron DeSantis (21,2%) y Nikki Haley (19.1%). "Me siento genial", dijo entusiasmado el expresidente Trump el lunes por la noche en Fox News Digital. Asà logró imponerse en un Estado donde estaban en juego 40 delegados para la Convención Republicana. Iowa marcó también el final de juego para Vivek Ramaswamy, quien expresó su respaldo al vencedor y -tal como informó LPO- es mencionado como eventual vice de Trump.
Sin cisnes negros a la vista, Trump se prepara para iniciar su marcha triunfal en el caucus de Iowa
Debido al frÃo polar y las malas condiciones climáticas, la participación fue más baja que en otras ocasiones y solo 110 mil republicanos se expresaron en las urnas. Aunque Trump tuvo en esta campaña una presencia mucho menor en Iowa y prefirió hacerse ver en las cortes donde se lo juzga por un sinnúmero de expedientes, su fortaleza es indudable y su liderazgo está fuera de discusión. Nadie le hace sombra a la hora de expresar el rechazo más visceral al gobierno de Joe Biden.
Alrededor de 9 de cada 10 votantes dijeron que quieren agitación o un cambio sustancial en la forma en que opera el gobierno, según AP VoteCast, una encuesta de más de 1.500 votantes que dijeron que planeaban participar en las asambleas electorales.
Aproximadamente 4 de cada 10 republicanos que asistieron al caucus dijeron que la inmigración era su tema principal, en comparación con 1 de cada 3 que eligió la economÃa. Otras prioridades como la polÃtica exterior, la energÃa y el aborto ocuparon un lugar aún más bajo.
Los analistas que prefieren la cautela se amparan en que históricamente Iowa nunca jugó el papel de hacedor de reyes en las internas republicanas y remarcan que New Hampshire, la próxima parada electoral, suele expresar una lógica distinta, donde el voto moderado cobra otra relevancia. A eso se refirió Haley, cuando afirmó que New Hampshire "corrige" a Iowa. Se trata de la última oportunidad del establishment partidario que rechaza a Trump desde hace ocho años y no encuentra forma de desplazarlo del centro.
Los antecedentes que resuenan entre los republicanos son más bien lejanos. George W. Bush sintió el dolor de New Hampshire en 2000, cuando el senador John McCain lo derrotó. Lo mismo hizo el ex vicepresidente Walter Mondale cuando el senador Gary Hart de Colorado obtuvo una sorpresa en la carrera demócrata en 1984.
La primacÃa de Trump entre los republicanos es tan abrumadora que solo la justicia podrÃa impedirle ser el candidato del GOP en las elecciones generales. Asà los tribunales tienen más chances de dañarlo que Haley o DeSantis. El 8 de febrero la Corte Suprema de Estados Unidos escuchará los argumentos en el caso que se juzga si Trump está apto para competir: sus detractores se amparan en la cláusula constitucional que prohÃbe a quienes "participaron en la insurrección" ocupar cargos públicos. El tribunal superior también puede opinar sobre si la inmunidad presidencial protege a Trump de cargos federales por intentar revertir su derrota electoral de 2020.
DeSantis es el gran derrotado porque invirtió más de 100 millones de dólares en efectivo y fue el primero en lanzarse a pelear contra Trump, poco después de obtener su reelección en Florida, en noviembre de 2002.
Según The New York Times, Haley se ganó a los asistentes al caucus con tÃtulos universitarios, a los que se identifican como moderados y a un tercio de los votantes que rechazan la tesis conspirativa de Trump y creen que Biden ganó las elecciones de 2020. DeSantis se impuso entre quienes se definieron a último momento y consideran al aborto como tema prioritario.
Iowa parece haber confirmado lo que las encuestas habÃan marcado: que la brecha educativa también está dividiendo al Partido Republicano. Eso insinúa una posible debilidad de Trump en noviembre, en caso de ser el candidato. Una mayor proporción del público votante tiene al menos una licenciatura ahora que en 2016, y esa proporción aumenta cada año a medida que las carreras se vuelven más populares.
Otro indicio de vulnerabilidad para Trump se produjo en los suburbios, que tienden a tener los niveles más altos de educación. Sólo alrededor de 4 de cada 10 asistentes al caucus lo apoyaron. El dato es especialmente relevante de cara a las elecciones generales porque los suburbios fueron fundamentales en la victoria de Biden sobre Trump en 2020.
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La democracia en occidente esta terminada.