A menos de un mes para el caucus de Iowa, Donald Trump aceleró su retórica antiinmigrante. Lo hizo en estados con votación anticipada. En actos de campaña durante el fin de semana, el favorito republicano dijo que los inmigrantes están "envenenando la sangre" de los Estados Unidos y citó al presidente ruso Vladimir Putin sobre la "podredumbre" de la democracia estadounidense.
En Nevada, que ocupa el tercer lugar en el calendario de nominaciones del Partido Republicano y también tiene una gran población latina, afirmó el sábado que los inmigrantes estaban "invadiendo" EE.UU. desde prisiones e "instituciones mentales" en otros paÃses. MAGA además repitió lo que ya habÃa prometido en Miami, ante una audiencia copada por cubanos-americanos. ¿Qué dijo? Reiteró su juramento de realizar la "mayor operación de deportación en la historia" del paÃs.
Los demócratas denunciaron la campaña del ex presidente. "Trump nuevamente está arrojando lenguaje xenófobo sobre los inmigrantes. Es asqueroso. Perpetúa estereotipos dañinos y divide a nuestra nación", opinó el congresista de Nueva York Gregory Meeks.
La directora de medios hispanos de la campaña Biden-Harris, Maca Casado, planteó que "Trump es una gran amenaza para nuestra democracia y para las libertades individuales de todos los estadounidenses".
"Trump está expandiendo su base electoral entre los latinos. No paramos de crecer desde el 2020"
Para muchos republicanos y una mayorÃa de votantes, sin embargo y tal como sugieren las encuestas, la frontera sur se volvió un problema urgente. Durante la gestión de Joe Biden, el número de personas detenidas en la frontera se multiplicó por más de cuatro en comparación con el nivel promedio de la década de 2010. Los datos sugieren que miles de personas ingresan ilegalmente al paÃs cada dÃa. Este aumento generó un caos en partes del sur de Texas y Arizona, pero también en Chicago, Denver y Nueva York. Biden contraataca con un discurso humanitario que tiene un ojo puesto en un voto clave: el de los millones de latinos que votarán en el 2024.
En Texas, las autoridades estatales y locales acaban de ser autorizadas por ley para arrestar a los inmigrantes que ingresan desde México. El gobernador republicano Greg Abbott firmó la legislación que él mismo habÃa impulsado. El nuevo texto tiene un destino previsible: chocar con el gobierno federal sobre la potestad de dictar polÃticas migratorias. El proyecto fue aprobado en una sesión especial de la Legislatura estatal dominada por los republicanos, a pesar de las fuertes objeciones de los demócratas, los grupos de derechos de los inmigrantes y las organizaciones hispanas. Las nuevas normas entrarÃan en vigor en marzo próximo.
En paralelo, las posibilidades del Senado de alcanzar un acuerdo bipartidista sobre la ayuda a Ucrania y la frontera para antes Navidad se redujeron al mÃnimo en las últimas horas. Los negociadores continuaron reunidos hasta el domingo, pero sin resultados a la vista. Quince legisladores republicanos hicieron circular una carta criticando las conversaciones "apresuradas y secretas". Las chances de alcanzar un acuerdo este año ya son escasas.
"Somos una comunidad binacional y dependemos de las personas que vienen de México"
"Sentimos que nos están atascando. No estamos ni cerca de llegar a un acuerdo", dijo el senador Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, en la NBC.
La administración de Biden busca aprobar un paquete de ayuda por 106.000 millones de dólares a Ucrania, Israel y Taiwán. Pero los republicanos se resisten. A cambio del auxilio militar, reclaman una polÃtica más estricta para los inmigrantes y mayores controles la frontera sur. La dinámica de la discusión se volvió incómoda para el sector más pro-inmigrantes de los congresistas demócratas. También, para las organizaciones que defienden los derechos de los sin papeles. El senador latino Alex Padilla, presidente del Subcomité Judicial del Senado sobre Inmigración, CiudadanÃa y Seguridad Fronteriza, lidera al grupo que blanqueó su preocupación por el rumbo de la negociación parlamentaria.
El principal foco del debate es una herramienta que se volvió una marca registrada de la Casa Blanca bajo la gestión de Biden. Se trata de la figura del "parole humanitario", usada en situaciones urgentes para admitir a refugiados de diversos paÃses. Biden utilizó la flexibilidad ejecutiva del programa para admitir migrantes que van desde Venezuela y Cuba, hasta Afganistán y Ucrania. AsÃ, el gobierno permitió que migrantes de paÃses designados vivan y trabajen temporalmente en EE.UU. Los republicanos argumentan que el gobierno está aplicando esa autoridad de manera demasiado amplia y discrecional.
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