La reforma política se debate en Diputados desde las 15 horas y aunque al menos en esta Cámara hay consenso para incorporar el sistema de boleta electrónica, como adelantó LPO, desde temprano Cambiemos cuenta los votos para que no se caigan algunos artículos, como el que obliga a votar a una sola fuerza política en las primarias.
Hasta esta mañana sólo el oficialismo y el Frente Renovador lo apoyaban y entre ambas fuerzas no alcanzan la mayoría agravada de 129 votos necesarios para cualquier reforma electoral, sin importar la cantidad de bancas ocupadas.
El problema para Cambiemos es que sus habituales aliados son partidos provinciales interesados en mantener una buena relación con el Gobierno, pero que en este caso se veían perjudicados por la reforma, tales como el Frente Cívico de Santiago del Estero, con seis votos a disposición del Gobierno de turno.
Para ablandarlos, propondrán que los partidos provinciales aparezcan en el visor junto a los nacionales, o sea, no estén obligados a aliarse a una fuerza nacional en las presidenciales para ser votados, una restricción que los complicaría en las elecciones legislativas.
Ese retoque no conforma a los diputados del Bloque Justicialista, el mayor detractor de un cambio a las primarias por el rechazo del gobernador Juan Manual Urtubey.
“No puede ser que en una primaria que es optativa le obliguemos a los electores a votar por una sola fuerza política”, protestó Pablo Kosiner, ladero del mandatario salteño. Pero ya no apelan a ellos para alcanzar la mayoría.
Tonelli había anunciado "algunas modificaciones" al sistema de internas para sumar los votos que faltan, pero claramente no le hablaba a los salteños.
El diputado PRO aclaró también que no está de acuerdo con el dictamen de Juan Pedrini y José Luis Gioja, del FpV, que acepta la boleta única electrónica pero con conteo manual. El sistema, tal como se usó en Salta y la Ciudad de Buenos Aires, incluye un chip que transmite la boleta impresa a un software externo, que para el peronismo es "privatizar" el escrutinio.
"La idea es que el acta de escrutinio la imprima la máquina, porque suele pasar que es diferente a los certificados. Acá se termina ese problema", contestó Tonelli.
Diana Conti no lo entendió así. "El sistema electrónico está en retroceso en el mundo. Y es carísimo: van a gastar 300 millones de dólares cuando el año pasado se gastaron 26 en las tres vueltas. Es caro, inseguro y un robo a los ciudadanos".
Pedrini recordó que MCA Software, la empresa que le proveyó máquinas a Salta y la Ciudad de Buenos Aires, tiene patentado el sistema "boleta única electrónica" del proyecto y volvió a sospechar del escrutinio.
"¿Los jueces saben de software? No. Lo van a controlar los informáticos. No tiene sentido si vamos a hacer un conteo manual", insistió.
La paridad de género, otro aspecto innovador del proyecto, casi no formó parte de los debates. Sólo algunos diputados del FpV-PJ lo celebraron, aunque en la votación en general lo rechazarán y Carla Carrizo, que lo incluyó entre los motivos para festejar.
"Esta es una reforma política que innova y regula a los partidos, a los candidatos y la relación Nación - provincias. Apoyamos la paridad porque es necesario, y porque el cupo constituyó un techo", señaló.
El massismo no tuvo muchos oradores, aun cuando fue el único bloque que firmó el dictamen con el Gobierno. Antes consiguió muchos cambios como una auditoría de la cámara electoral y las justicia electoral provincial el mismo día de la elección, además de antes y después.
Por la madrugada, Massa y Monzó gestionaban otros cambios como ampliar el número de diputados, una idea que flotó durante el debate en comisión pero no se atrevieron a escribirla en el dictamen. En la madrugada tal vez se atrevan.
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