La tensión interna de Juntos se volverá a materializar el lunes cuando los gobernadores radicales firmen con Alberto Fernández el pacto fiscal que ya fue rechazado públicamente por Horacio Rodríguez Larreta.

Según confirmaron a LPO en el entorno de uno de los gobernadores de la UCR, los tres firmaran el convenio, pese a las críticas que había filtrado el mandatario mendocino, Rodolfo Suárez, que dice que no quiere subir impuestos. Por eso e lunes firmarán además de Suárez el correntino Gustavo Valdés y el jujeño Gerardo Morales, que enfrenta a Larreta en la pelea por el liderazgo del frente opositor.

Con esta movida Larreta busca a hacer un guiño al Círculo Rojo, al quedar como el único gobernador opositor que rechaza la suba de impuestos, si bien durante la pandemia subió el 1,2% para los compras con tarjetas de crédito y aumentó Ingresos Brutos para las entidades financieras. Su estrategia responde a que desde hace tiempo inició un acercamiento con grandes empresarios para sanear un vínculo que había quedado maltrecho por culpa de dos figuras de su entorno.

Una es la de Guillermo Dietrich, que se puso a los empresarios de sombrero cuando motorizó causas judiciales a través del ministerio de Transporte y Vialidad Nacional. La otra es la del ex HSBC Gabriel Martino, que fracasó rotundamente como nexo de Larreta con empresarios.

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El convenio fiscal se viene replicando todos los diciembres desde que se firmó en 2017. En ese año el espíritu del convenio era el compromiso de los gobernadores para comenzar a bajar impuestos.

Ni bien asumió en diciembre de 2019, Alberto Fernández congeló esas bajas y ahora el nuevo convenio habilita a los gobernadores a subir las alícuotas, si bien en los hechos no necesitan la autorización de la Rosada para subir o bajar impuestos. Este convenio, en efecto, habilita la aplicación de un impuesto a la herencia que gobernadores oficialistas como el entrerriano Gustavo Bordet había derogado en sus provincias.

El ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano.

El caso de Juan Schiaretti es una incógnita. El cordobés no fue invitado a la reunión que los gobernadores oficialistas tuvieron el martes con Alberto en Olivos, en donde se sondeó el tema. Schiaretti se enteró de la reunión del próximo lunes por boca de Omar Perotti y de Bordet, durante el velorio de Jorge Busti.

A contramano de este nuevo convenio, Schiaretti dce que su povincia inició un proceso de reducción tributaria y por eso está sorprendido por la posibilidad de implementar un tributo provincial a la herencia. El ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano, durante la presentación del Presupuesto 2022, había elogiado la política de baja de Ingresos Brutos, que representa el 70 por ciento de los ingresos propios provinciales.

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De acuerdo con los datos de Giordano, 2017 las empresas cordobesas pagaban el 3,42 por ciento y tras la firma del Consenso Fiscal se inició una baja que actualmente supone alícuotas promedio de 2,6 por ciento. En lo político, y sin detalles de los términos del nuevo pacto fiscal, fuentes del Gobierno provincial consultadas por LPO analizaron que "el Gringo no va a pegarse al Gobierno nacional, menos en medidas que afectan directamente a su electorado", la ancha avenida cordobesisa que voto al peronismo en las elecciones provinciales y a Juntos en las nacionales.

En medio de una situación incierta por el presupuesto caído que lleva a los gobernadores a plegarse a la suba de impuesto, Schiaretti tiene motivos para no subir ingresos brutos ni crear el impuesto a la herencia: la inminente aprobación del juego online, prevista para el miércoles 29, vendría a reforzar las arcas provinciales en los próximos meses.