Alberto Fernández sueña con encabezar un organismo internacional cuando deje la presidencia en diciembre y espera una ayuda de su amigo brasileño Lula Da Silva.

En el albertismo aseguraron a LPO que el destino del presidente variará lógicamente de acuerdo a quién gane las elecciones, pero ya tiene dos preferencias.

La primera, si Sergio Massa llega a la presidencia, es ser el secretario general de la Unasur, el cargo que inauguró Néstor Kirchner en mayo de 2010. Tras la muerte del ex presidente, el cargo quedó en manos de la ex cancilller colombiana María Emma Mejía. Luego pasó al venezolano Alí Rodríguez Araque, ex canciller de Hugo Chávez y ex ministro de Economía de Nicolás Maduro.

El último secretario general fue el ex presidente de Colombia, Ernesto Samper, que dejó el cargo en enero de 2017. Desde entonces la secretaría general quedó vacante, en consonancia con el giro a la centroderecha que tomó la región.

Alberto siempre quiso recuperar el organismo que impulsó Kirchner y este mismo año dijo delante de sus colegas del continente que Unasur "es un espacio de intereses comunes que debemos profundizar y desarrollar". Para llegar a la secretaría general, busca el apoyo clave de Lula.

Si gana Patricia Bullrich, en la Rosada creen que no habrá margen para revitalizar la Unasur y por eso Alberto piensa en su propia Puerta de Hierro. En el albertismo aseguran que si el peronismo no retiene el poder, el presidente planea mudarse a Madrid, preferentemente para recalar en la Secretaría General Iberoamericana (Segib).

Ese organismo, fundado en 2003, tiene sede en la capital española y lo integran 20 países de Latinoamérica, además de España y Portugal. En la actualidad, el secretario general del organismo iberoamericano es el chileno Andrés Allamand, ex canciller de Sebastián Piñera.

Si el ganador es Javier Milei, en el oficialismo aún no saben qué hará Alberto.