El gobierno nacional analiza otorgar un bono de fin de año para los trabajadores registrados del sector privado, una idea impulsada por Cristina Kirchner y Sergio Massa y resistida por la CGT y el propio Alberto Fernández.

Hace apenas dos días el Presidente se había mostrado en contra de otorgar una suma fija, pero ahora la ministra de Trabajo, Raquel "Kelly" Olmos, admitió que están evaluando otorgarla.

"El bono de fin de año está en la mesa de negociación y es uno de los instrumentos que tenemos que mirar como alternativa" contra la inflación, afirmó la funcionaria.

Olmos explicó que "lo que más me preocupa es que ese bono pueda favorecer también a los trabajadores informales, donde es difícil llegar". Además, recordó que, en el sector público, ya se determinó el pago de un bono de $30.000.  

Los dichos de Olmos están en línea con lo que planteó el jueves el ministro del Interior, Wado de Pedro, quien aseguró que Cristina Kirchner y Sergio Massa "están pensando en una suma fija para que aquellos que perdieron con la inflación puedan recuperar su nivel de consumo".

Lejos de eso, el miércoles el propio Alberto había descartado una medida de ese tipo. "Dar un aumento de suma fija es romper la lógica de las paritaria", argumentó el Presidente, en línea con la postura de la cúpula de la CGT.

Alberto agregó que la suma fija implica "romper todas las escalas salariales de la actividad. Los gremios nos dicen: 'dejame que esto lo arregle yo, no te metas vos'".