La mayor parte de la población en Paraguay no tiene acceso a oportunidades y a los recursos para su desarrollo, por lo que el crecimiento económico, que fue de entre 4 a 5% del PIB en 2023, no alcanza para "estar mejor", según sostiene el economista Fernando Masi en su informe publicado por el Centro de Análisis y Difusión de la EconomÃa Paraguya (CADEP).
El paÃs mantuvo un equilibrio en sus indicadores macroecómicos, pero eso no implica una mejora en la calidad de vida de las personas. El gobierno de Santiago Peña reconoce esta premisa, si bien las medidas tomadas y anunciadas no apuntan a cambiar la situación. De hecho, el gobierno pregona una polÃtica de austeridad y gasto mÃnimo desde su entrada en funciones.
"El hecho que un crecimiento anual de un 4 o 5% del PIB en el Paraguay no sea suficiente para mejorar los ingresos de la mayorÃa de la población habla a las claras de las desigualdades de oportunidades y de la propiedad de los recursos. En un paÃs de ingresos medios - como se lo califica al Paraguay en los organismos internacionales - con mayor equidad en la distribución de recursos e ingresos, este nivel de crecimiento del PIB tiene efectos significativos", apuntó Masi.
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Estos efectos no se dan en Paraguay, donde se necesita un margen mayor de crecimiento para lograr un "efecto derrame" que tenga un impacto real sobre los niveles de pobreza y ayude a reducir la informalidad. Para que haya mayor crecimiento económico, de acuerdo a Masi, se necesitan inversiones privadas tanto nacionales como extranjeras, muy grandes y que impliquen más empleo de calidad. Pero, al contrario, en 2022, fueron en descenso.
Un error que remarca el economista en lo que constantemente señala el sector polÃtico es considerar suficientes los bajos impuestos para el capital extranjero. También se necesita mano de obra calificada, seguridad jurÃdica e infraestructura fÃsica y energética. "A la seguridad jurÃdica se ha agregado, en los últimos años, la seguridad fÃsica de personas y empresas, desde el momento en que el Paraguay se ha convertido en un hub de comercialización de productos ilÃcitos en la región", consideró.
Para lograr estos requisitos es necesaria la inversión pública, aunque en los últimos años, para el crecimiento en infraestructura, el Estado recurrió al endeudamiento. "La inversión para el aprovechamiento hidroeléctrico no ha sido suficiente. Si bien ha aumentado el nivel de inversión pública en educación y salud, la misma sigue siendo limitada para la mejora de la calidad de estos servicios", recalcó Masi.
Las trabas para la mejora en inversión pública están en la resistencia a una reforma tributaria para elevar los ingresos. La disponibilidad de ingresos tributarios es solo de 30% porque primero se debe pagar la deuda pública y el déficit de las cajas fiscales. Seguir utilizando el endeudamiento público como única salida a la inversión pública ya no es sostenible por los altos niveles de evasión tributaria.
Masi señaló además dos medidas tomadas por el gobierno de Peña que son un impedimento para elevar los ingresos tributarios: la reducción de gastos superfluos y la creación de una dirección de tributaciones.
"Si ‘vamos a estar mejor', se necesita reducir las amplias brechas de oportunidades, recursos e ingresos que caracteriza a nuestra matriz productiva. Pero también se deberá reducir el costo paÃs determinado por la escasa calificación de la mano de obra, las limitaciones de inversión en infraestructura y el creciente nivel de actividades delictivas, para atraer más inversión. Con un Estado mÃnimo ello no es posible", sentencia el informe.
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