La renuncia del gabinete completo en la secretaría de Seguridad de Río Negro tras la fuga de 12 presos, asoma como parte de la batalla interna en esa provincia y un reacomodamiento de fuerzas entre Alberto Weretilneck, Miguel Angel Pichetto y los hijos del fallecido Carlos Soria.

En los últimos días y tras la buena elección del Frente para la Victoria, el gobernador comenzó a mirar hacia 2015 y en ese marco realizó concesiones con Pichetto, quien ostenta el verdadero poder en esa provincia.

En Río Negro, todo movimiento político debe leerse en el marco del delicado equilibro de poder que dejo la muerte de Carlos Soria, asesinado por su propia esposa en enero de 2012, a 21 días de asumir. En ese marco, Weretilneck sabe que su suerte para obtener la reelección esta atada a que Pichetto salte de la provincia como compañero de formula de algún presidenciable. Y en ese camino comenzó a entregarle parte de su gabinete al senador.

Sucede que Weretilneck no tiene votos propios. Su estrategia es pegarse a Pichetto y apuntar a que continúe su camino fuera de Río Negro y en ese camino lograr que la balanza se incline a su favor y no hacia los Soria.

Antes de las elecciones del octubre, hizo renunciar al secretario General de la Gobernación, Hugo Lastra, un histórico del peronismo en Río Negro con buenos lazos con el intendente de General Roca, Martín Soria, hijo del fallecido gobernador. En su lugar, Weretilneck designó al joven pichettista Matias Rulli.

Ahora, tras las renuncias en Seguridad, el gobernador decidió convertir esa secretaría (que dependía de Gobierno) en un ministerio propio. La nueva cartera será encabezada por el actual diputado nacional Oscar Albrieu, un ex juez que protagonizó este año un escándalo cuando se descubrió la doble percepción de sus haberes: Además de su jubilación, recibía la dieta parlamentaria completa.

Mientras tanto, el ministerio de Gobierno a cargo del sorista Luis Di Giacomo, médico psiquiatra que trato a Susana Freidoz luego de asesinar a su marido Carlos Soria, también pasaría a manos de Pichetto en los próximos días.

El armado de Soria en el gobierno termina por desmembrarse y Pichetto suma hombres de su entorno en el gabinete luego da la frustrada intervención a comienzos del 2012 cuando puso a su hijo Juan Manuel al frente de la cartera de Producción y fuera despedido a 20 días de asumir.

En tanto, los hijos Soria quedan debilitados. Ellos habían absorbido parte del poder que perteneció a su padre, pero la cercanía entre Pichetto y Weretilneck los perjudica.

Martín Soria es intendente de General Roca, la segunda ciudad en importancia en Río Negro y buscará pelar la gobernación. En tanto, Maria Emilia Soria fue electa diputada nacional.

En tanto, otro poder que emerge entre los tres primeros es el de María Eugenia Martini, quien recientemente logró ganar la intendencia de Bariloche, la ciudad más importante en esa provincia. “Bariloche es como La Matanza para Buenos Aires. Si mandás en esa ciudad quedás posicionado como candidato”, explicó a LPO una fuente cercana al poder en Río Negro.

La crisis en Seguridad

El jueves pasado, del Establecimiento de Ejecución Penal 2 de General Roca escaparon12 internos a través de un túnel, nueve de ellos fueron recapturados y otros tres permanecen prófugos.

Esa fuga implicó que los reacomodamientos comenzaran en el área de Seguridad. Marta Arriola, una especialista en seguridad ciudadana que fue funcionaria de Felipe Solá en Buenos Aires, durante la gestión de Leon Arslanian, fue la primera en salir eyectada.

De extracción kirchnerista, Arriola volvió a ocupar un lugar importante en la política bonaerense a comienzos del año pasado cuando Gabriel Mariotto la convocó para dirigir la Comisión Candela, una instancia dentro del Senado que trabajó sobre la investigación policial del asesinato de Candela Sol Rodríguez.

La comisión asomaba como un intento del ultrakirchnerismo de limar el poder de Ricardo Casal. Sin embargo, cuando el trabajo de Arriola llegó a su final, ya Mariotto había perdido una cuota importante de poder en el seno del gobierno nacional y el dictamen de los senadores fue más leve de lo esperado.

Tras ese trabajo, Arriola y su equipo desembarcaron en Río Negro para hacerse cargo de la secretaría de Seguridad, un área que hasta hace horas formaba parte del poderoso ministerio de Gobierno.

Sin embargo, las diferencias con Weretilneck no tardaron en ser evidentes y con la fuga de 12 internos todo voló por los aires.