Los jueces de la Corte Suprema se apuraron esta tarde en respaldar a Ricardo Lorenzetti al aclarar que todos adhirieron a la carta que el presidente de la Corte Suprema envió a Cristina Kirchner para reclamarle que no le quite al máximo tribunal el manejo del multimillonario presupuesto de la justicia, que asciende a unos 7.000 millones.

La misiva en rigor se envió al presidente d ela Cámara de Diputados, Julián Domínguez, con la intención que sea él quien la gire a la Presidenta.

En el comunicado de esta tarde los jueces reconocieron que al girar la carta decidieron "editar" la parte que reclamaba que se mantenga el actual requisito en el Consejo de la Magistratura de alcanzar una mayoría de dos tercios para remover y nombrar jueces.

“Fue decisión unánime de esta Corte que en la comunicación enviada a la Cámara baja se manifestara que esta Corte tiene la obligación constitucional de abstenerse de opinar en temas que están tratamiento en el Congreso de la Nación o que pueda ser materia justiciable”, fue la justificación que dieron para explicar la ausencia de ese reclamo.

Para concretar esa maniobra, los jueces de la Corte decidieron enviar una carta del 18 de abril del camarista kirchnerista Gustavo Hornos, que preside la Junta de Presidentes de Cámaras Federales, en lugar de la misiva enviada a la Corte tres días antes por un grupo grande de cararistas y jueces federales.

“La Corte Suprema de Justicia informa que fue decisión unánime de este cuerpo colegiado que su presidente y su vicepresidente remitieran a la Cámara de Diputados de la Nación la nota firmada por el presidente de la Junta de Cámaras Nacionales y Federales en la que nos hacía saber que, de sancionarse algunas normas de los proyectos de Reforma judicial, puede producirse una verdadera paralización del Poder Judicial”, dice el primer párrafo del comunicado.

El truco de la Corte estuvo en que la carta de Hornos no contenía el reclamó de mantener la exigencia de los dos tercios para tomar decisiones graves en el Consejo de la Magistratura. 

Y es precisamente ese el pacto que denunció carrió. Como se sabe, el corazón de la reforma es el proyecto que limita a simple mayoría el requisito para remover y nombras jueces, que articulado con la eleccion directa en las presidenciales de los consejeros, convierte al Consejo en un apéndice del Poder Ejecutivo y barre así con la división de poderes que estable la Constitución nacional.

Es decir, que en su comunicado de hoy los magistrados de la Corte Suprema reconocieron lo denunciado por Carrió, escudándose en un argumento pueril. Ya que hipotéticamente toda la reforma puede terminar en sus despachos para que fallen, incluída la parte del presupuesto, que no tuvieron pruritos en reclamar.

Esta maniobra de la Corte, conocida hoy en toda su extensión, ya generó un profundo malestra entre camaristas y jueces d etodo el país que pensaban que el máximo tribunal había trasladado al Poder Ejecutivo todas sus inquietudes.