05 de mayo, 2024
Los piquetes que bloquearon los accesos a la Ciudad se levantaron pasado el mediodía
Los cortes en los principales acceso a la Ciudad de Buenos Aires se levantaron una vez cumplido su objetivo de haber profundizado el impacto del paro nacional convocado por Hugo Moyano y Pablo Micheli. Luego del mediodía ya se pudo circular con normalidad por el Puente Pueyrredón y también por las autopistas Riccheri y la Buenos Aires-La Plata.
Los cortes que se ubicaron desde muy temprano en los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires se levantaron luego del discurso de Pablo Micheli, titular de la CTA disidente y organizador del paro junto al secretario general de la CGT Azopardo, Hugo Moyano.
Los cortes de tránsito en el puente Pueyrredón, que une Capital Federal con el partido bonaerense de Avellaneda, y en la autopista Riccheri, en el límite de los partidos de Lomas de Zamora y La Matanza, fueron levantados pasadas las 13 por los manifestantes que protestaban en el marco del paro nacional contra el Gobierno.
El piquete en la autopista Riccheri, que duró poco más de cuatro horas, fue encabezado por militantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Y pasado el mediodía, luego de una asamble, fue levantado.
En el Puente Pueyrredón se congregaron partidos de izquierda, organizaciones sociales y militantes de la CTA de Pablo Micheli. Estuvieron alló desde las 8 de la mañana y luego del mediodía se retiraron del lugar, liberando el tránsito vehicular.
También los trabajadores enrolados en ATE Provincia y militantes de movimientos sociales levantaron el corte en la bajada de la autopista Buenos Aires-La Plata, en el acceso a esta capital, tras más de cuatro horas de protesta. Lo mismo ocurrió en el corte que se realizó a la altura de la diagonal 74, y en el camino que comunica con la localidad de Punta Lara.
Los piquetes se constituyeron, sin duda, como el centro del debate entre los adherentes a la protesta y el Gobierno Nacional. Mientras que el sindicalismo opositor celebró el impacto "total" del paro, funcionarios kirchneristas aseguraron que, en realidad, los trabajadores no pudieron movilizarse por la "extorsión" de estos cortes en las calles.
En rigor, los cortes fueron pensados por la CTA para generar ese efecto: que a los adherentes también se le sumen aquellos que no puedan ir a trabajos. El propio Micheli lo admitió días antes, al justificar esa metodología: "La idea es que los que quieran ir a trabajar, no puedan hacerlo".
Desde el Gobierno, en cambio, atacaron a los piquetes. "Rayana con lo delictivo", dijo Aníbal Fernández. El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, dijo que será imposible medir el nivel de acatamiento justamente por los cortes, que "desnaturalizan" la protesta, y nunca se sabrá quiénes pararon y cuántos se vieron forzados a no trabajar.
Los cortes de tránsito en el puente Pueyrredón, que une Capital Federal con el partido bonaerense de Avellaneda, y en la autopista Riccheri, en el límite de los partidos de Lomas de Zamora y La Matanza, fueron levantados pasadas las 13 por los manifestantes que protestaban en el marco del paro nacional contra el Gobierno.
El piquete en la autopista Riccheri, que duró poco más de cuatro horas, fue encabezado por militantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Y pasado el mediodía, luego de una asamble, fue levantado.
En el Puente Pueyrredón se congregaron partidos de izquierda, organizaciones sociales y militantes de la CTA de Pablo Micheli. Estuvieron alló desde las 8 de la mañana y luego del mediodía se retiraron del lugar, liberando el tránsito vehicular.
También los trabajadores enrolados en ATE Provincia y militantes de movimientos sociales levantaron el corte en la bajada de la autopista Buenos Aires-La Plata, en el acceso a esta capital, tras más de cuatro horas de protesta. Lo mismo ocurrió en el corte que se realizó a la altura de la diagonal 74, y en el camino que comunica con la localidad de Punta Lara.
Los piquetes se constituyeron, sin duda, como el centro del debate entre los adherentes a la protesta y el Gobierno Nacional. Mientras que el sindicalismo opositor celebró el impacto "total" del paro, funcionarios kirchneristas aseguraron que, en realidad, los trabajadores no pudieron movilizarse por la "extorsión" de estos cortes en las calles.
En rigor, los cortes fueron pensados por la CTA para generar ese efecto: que a los adherentes también se le sumen aquellos que no puedan ir a trabajos. El propio Micheli lo admitió días antes, al justificar esa metodología: "La idea es que los que quieran ir a trabajar, no puedan hacerlo".
Desde el Gobierno, en cambio, atacaron a los piquetes. "Rayana con lo delictivo", dijo Aníbal Fernández. El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, dijo que será imposible medir el nivel de acatamiento justamente por los cortes, que "desnaturalizan" la protesta, y nunca se sabrá quiénes pararon y cuántos se vieron forzados a no trabajar.
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