La auditoría elaborada por técnicos del Metro de Barcelona sobre la red de subterráneos de Buenos Aires, además de preocupación sobre cuestiones de seguridad en los trenes puso de manifiesto otra de las falencias del sistema: la falta de instalaciones adecuadas en los talleres para el mantenimiento de los vagones.

De hecho, la auditoría señala que prácticamente sólo dos están en condiciones de funcionar, con el consabido peligro que significa no contar con sectores para chequear la seguridad de los trenes.

Según el informe presentado por el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, el día que anunció que se hacía cargo del subte, tanto los talleres de la líneas C, D y E “no se pueden describir como talleres puesto que desde su origen siempre ha sido un estacionamiento para una intervención correctiva en la línea”.

“Su falta de espacio no permite desarrollar un taller ferroviario que cumpla con los estándares actuales”, señala la auditoría. De todos modos, si bien no lo considera taller, el informe dice en el taller Tucumán, de la línea D “no existe una instalación adecuada que permita acceder de forma segura al techo de tren para el mantenimiento de pantógrafos, lo que es valorado como una cuestión crítica para la seguridad de los trabajadores”.

Sin embargo, a los dos únicos talleres considerados como tales, también les caben críticas. Sobre el taller “Polvorín”, de la línea A, el informe dice que “algunos elementos de la infraestructura no son adecuados desde el punto de vista de los riesgos laborales”. “La iluminación presenta graves deficiencias y las instalaciones de baja, media y alta tensión son las originales de principios de siglo XX”, señalan los técnicos barceloneses.

Sobre el taller “Rancagua”, de la línea B, si bien “se consideran dimensionalmente adecuados para realizar los mantenimientos”, se deben “renovar sus instalaciones”. “Se ha detectado riesgo crítico para los trabajadores”, indica el informe.

Según pudo saber La Política Online, en el gobierno de Macri ya tomaron nota de esas fallas y la renovación de talleres, hecho que es considerado como fundamental para prestar un servicio adecuado a los usuarios. En el gobierno porteño ya tienen una cifra estimada: serían unos 800 millones de pesos para poner en condiciones a los talleres existentes y construir nuevos. Sin embargo, por el momento no hay plazos sobre esas obras.

Para los metrodelegados, “los talleres funcionan”

Sin embargo, los metros delegados dan otra versión de la historia. Según le dijo Roberto Pianelli, secretario general de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP) señaló que “es verdad” que las condiciones de los talleres no son las mejores aunque echó las culpas en la concesionaria Roggio.

“Lo que pasa es que la empresa se ha caracterizado por tercerizar el mantenimiento y con eso hacen fraude. Sacan los coches a otros talleres, hacen fraude al Estado porque esos trabajos los cobran al mismo grupo y así vacían a los propios talleres”, señaló Pianelli.

No obstante, Pianelli señaló que no hacen falta nuevos talleres. “No hace falta inversión, los talleres están. Lo que tienen que hacer es darle trabajo a los talleres, no como pasa ahora”.