Diputados volvería a tratar este año una nueva ley de entidades financieras, aunque esta vez no vendría desde la oposición: Cristina Kirchner es ahora quien está interesada en una férrea regulación de los Bancos, que impida una nueva corrida del dólar como la que sufrió luego de obtener la reelección.

Y el único texto conocido es el proyecto que presentó en abril de 2010 Carlos Heller, que ahora está en el despacho de los principales miembros del bloque oficialista.

Aquella vez el proyecto se discutió junto a otros de la oposición y quedó cajoneado por orden de Néstor Kirchner, quien, según repiten en Diputados, lo desechó con una frase tajante, testimonio de su pragmatismo: “Es absurdo pelearse con los Bancos por 500 millones”, repetía. La oposición tampoco llegó a un acuerdo y el tema quedó en el olvido.

En diciembre, los referentes del bloque K advirtieron a sus pares de la oposición que Cristina Kirchner estaba interesada en sumar el proyecto a las extraordinarias, pero finalmente no ocurrió.

La postergación, según pudo saber LPO, se debe a que lo incluiría en un paquete de proyectos económicos troncales para 2012. Uno sería la eliminación definitiva del impuesto a las ganancias para los salarios, decisión que le restaría un argumento a Hugo Moyano para enfrentarse al Gobierno.

El proyecto de Heller, ahora en revisión, era rechazado por todos los banqueros y definido por el Pro como una “chavización del sistema financiero”, en referencia a Hugo Chávez.

Es porque define a la actividad financiera como “un servicio público orientado a satisfacer las necesidades transaccionales, de ahorro y crédito de todos los habitantes de la Nación, y contribuir a su desarrollo económico y social”.

Con la denominación de servicio público, el Gobierno se encontraría en condiciones de redefinir los objetivos de los Bancos a gusto.

Además, el poryecto habilita al Banco Central a sancionar a las entidades que no cumplan con esos preceptos y hasta crea un área de defensa del usuario del sistema financiero, compuesta por miembros designados por su directorio y asesoramiento de las universidades.

El texto alarmó a los bancos extranjeros, cuya llegada al país quedaría restringida, pero tampoco fue del agrado de la Asociación de Bancos Argentinos, liderada por Jorge Brito, del Macro, en ese entonces todavía un aliado incondicional del Gobierno.

Brito y sus colegas recibieron en ese entonces al diputado del Gen, Gerardo Milman, quien presentó un proyecto para una nueva ley de entidades financieras en el que definió la actividad como un servicio “de interés público”.

La oposición, en ese entonces con una mayoría que actuaba en conjunto, no logró unirse por este tema y así ningún proyecto tuvo un dictamen. El Pro presentó el suyo con aliados del peronismo federal, que promovía una mayor protección a la banca extranjero y medidas para aumentar el porcentaje de bancarización.

Esto último fue un reclamo de Brito, quien recordó que en Argentina sólo pasa por los Bancos el 16% de la población, muy por debajo que en los países de la región.

Pero los reclamos del titular del Banco Macro esta vez serán poco considerados: en el Gobierno lo responsabilizan de la última corrida bancaria y ya no lo consideran aliado.

Según pudo saber LPO, Cristina se abocaría a otros asuntos, como obligar a los Bancos a aumentar la cartera de créditos hipotecarios, con muchos requisitos y altas tasas. También buscaría agregar restricciones a la venta de moneda extranjera, objetivo que se plasmó tras la corrida de noviembre.

Se especula con una nueva sesión maratónica como las últimas del año, en la que se aprueben otras medidas como el final del impuesto a las ganancias para los salarios, una bandera de Hugo Moyano en su pelea con el Gobierno.

Este dato influiría en la fecha de la sesión: en mayo el camionero peleará para seguir al frente de la CGT y enfrentará seguramente a un candidato patrocinado por el Gobierno, como Gerardo Martínez (Uocra) y Ricardo Pignarelli (Smata).