Con Cristina Kirchner de licencia y Amado Boudou ejerciendo la presidencia desde el Banco Nación, Guillermo Moreno le marcó la cancha a referentes de distintos sectores empresarios y alertó sobre la continuidad de controles sobre el mercado de cambios para evitar otra escalada sobre el dólar.
El dato que lo alerta, según reveló el diario Bae, es que durante la corrida bancaria de noviembre 19 empresas movieron más del 50% del mercado de divisas, que se disparó sobre fin de año y obligó a una fuerte intervención del Banco Central.
Una de las que está en la mira es Ledesma, de Carlos Blaquier. Pero el más apuntado fue Jorge Brito, titular del Banco Macro y uno de los exponentes del sector financiero de la primera era kirchnerista.
Con esa chapa lideró la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), que mostró su vínculo con el Gobierno cuando hace dos años salió en defensa del uso de reservas para pagar deuda, resistido por la oposición y una parte del sector financiero.
Brito fue hacedor de algunos dirigentes políticos que hicieron carrera en el kirchnerismo como el ahora vicepresidente Amado Boudou, quien, como ministro de Economía, fue el encargado de anunciar las medidas para combatir la presión cambiaria de noviembre.
Moreno ya hizo saber que esa decisión de la presidenta no fue casualidad. Y aclaró que también pondrá hincapié en continuar con el control de las importaciones, para recuperar el saldo favorable en la balanza comercial.
Desde el consejo ejecutivo de la UIA defienden al titular de Ledesma y admiten que en el Gobierno hay bronca con Brito. Dicen que Blaquier compró dólares para invertir en infraestructura y que, antes de buscar chivos expiatorios, “deberían preocuparse de tener un sistema financiero que le preste a la producción y no que siempre termine ganando”.