Una curiosa estatización. Así podría definirse la ley que la semana pasada votaron los diputados porteños, y a través de la cual, el Ejecutivo de la Ciudad propondrá a la Justicia hacerse cargo de la deuda del quebrado club Comunicaciones, estimada en aproximadamente once millones de pesos.

Es que esta “apropiación” incluye una polémica cláusula que establece que 6 hectáreas de club serán licitadas para un micro-estadio, un emprendimiento por el que pelea desde hace tiempo el empresario de medios Daniel Hadad. Al frente de esta “movida de estatización” estuvo el diputado del PRO, Bruno Screnci.

Por otro lado, está el líder de la CGT Hugo Moyano, quien también presentó ante la Justicia una oferta para hacerse cargo de la deuda del club, con el objetivo de luego incorporarlo a la Mutual de Camioneros. Intentando que no prosperen -como finalmente terminó sucendiendo- las negociaciones de Screnci, estuvo el diputado (ahora aliado a Telerman) Diego Kravetz.

Con 15 ausencias, se aprobó el jueves pasado, la norma de estatización que favorece a Hadad. Entre los legisladores que no se sentaron a su banca, estuvo el sindicalista Claudio Palmeyro, quien viajó a Uruguay para el día de la sesión.  Es que dentro del Bloque Peronista, que preside Kravetz, el tema fue eje de discusiones y las voluntades estuvieron divididas: por caso, la diputada Silvina Pedreira firmó el dictamen conjunto de estatización.

Fuentes parlamentarias contaron una escena posterior a la sesión en la que el diputado del Bloque Peronista encaró a Screnci a los gritos: “Vos qué te crees, no sos (Diego) Santilli, vos sos un cuatro de copas”, le dijo visiblemente enojado.  Voceros de Screnci, negaron que haya existido la pelea.

Tras la sesión, el diputado Kravetz dispuso a sus asesores a observar, uno a uno, todos los proyectos presentados por Screnci, aún incluyendo las más inofensivas declaraciones. Por ejemplo, en la iniciativa de una campaña de promoción de las adopciones de grupos de hermanos mayores de tres años y de niños que padecen algún tipo de enfermedad; Kravetz presentó una observación que dice “no entendemos la necesidad de que un Diputado que integra el Bloque oficialista solicite esto mediante un proyecto y no mediante una gestión informal, en lo que termina siendo un dispendio de tiempo e insumos”.

En el caso de una norma por la que Screnci solicita la regulación de sistemas de captación solar en las luminarias del alumbrado público, Kravetz observa “el presente proyecto no es más que un decálogo de buenas intenciones que fomenta el consumo de energía solar, pero desde su objeto no hace más que acumular sucesiones de imprecisiones”.

Más allá de la catarata de observaciones, por lo bajo, son varios los diputados porteños disgustados por la sanción final de la norma sobre el club Comunicaciones; aunque sin embargo admiten que “nadie se iba a animar a ponerse en contra a Hadad”. Final de una pelea entre dos pesos pesados, por la que en la Legislatura, Kravetz quedó batallando solo.