Quizá no fue el momento oportuno. Horas después de que el bloque de diputados bonaerenses de Unión Pro le asegurara al gobernador Daniel Scioli la mayoría de los representantes de ese cuerpo en el Consejo de la Magistratura, Francisco De Narváez, quien mantiene reuniones periódicas con esa bancada, salió a promover un acuerdo entre toda la oposición similar al que existe en el Congreso.

No tardó en recibir represalias. El jefe del bloque UCR, Ricardo Jano, le salió al cruce: “No se cual es el rol opositor que se adjudica el diputado nacional Francisco de Narváez, ya que son públicas las coincidencias entre su bloque y el del Frente para la Victoria en la Cámara de diputados, como quedo de manifiesto entre otras votaciones en la que recientemente se eligió un integrante del Consejo de la Magistratura, donde ambos votaron por el candidato del oficialismo”, citó.

En esa votación debía elegirse el reemplazante en ese organismo del oficialista Guido Lorenzino, reciente incorporación al Ministerio de Justicia y Seguridad. Jano propuso romper el acuerdo que le había permitido al oficialismo conservar dos de los tres representantes de esa Cámara, aun cuando tiene sólo 37 de los 92 diputados.

Lo hizo como protesta al impedimento que tuvo su par Juan José Cavallari de asumir en lugar de Lorenzino pese a ser su suplente natural, debido a una trampa reglamentaria que obliga renunciar a los consejeros alternativos ni bien lo hacen sus titulares.

Pero sólo el Gen acompañó su moción, mientras que Unión Pro y la Coalición Cívica prefirieron mantener el pacto con el Gobierno y dejarle esa segunda banca, pese a que, según el reglamento, los representantes deben guardar proporción con el reparto de fuerzas en el recinto.

Con esa ayuda, el oficialismo nombró como consejero a Patricio López Mancinelli, un diputado ligado al intendente de Olavarría José Eseverri, uno de los últimos radicales que no volvió al partido y que por estos días trabaja codo a codo con el intendente de Tigre, Sergio Massa. Un premio que justificará su permanencia en la bancada.

El bloque de Francisco De Narváez se llevó la mejor parte: tomó la consejería suplente que rechazó la UCR. Quedó para Gustavo Ferri, uno de los militantes denarvístas de la bancada, donde también conviven macristas, ruralistas y duhalidstas que poco simpatizan con el empresario. 

“Más que la búsqueda de un agenda común, lo que persigue es tratar de alinear a la oposición detrás de su candidatura, maniobra que desde ya no alcanzará sus objetivo” completó Jano, quien reúne un bloque de diez diputados, tercera minoría del recinto detrás del FpV-PJ y Unión Pro, que tiene 15 bancas ocupadas.

Ajeno a todo, De Narváez hizo saber que buscaría espacios de discusión junto al resto de los líderes de la oposición, como Ricardo Alfonsín, Margarita Stoblizer y Elisa Carrió. Estas dos últimas coordinan en Diputados bloques de 9 y 11 bancas respectivamente, mientras que en el Senado la bonaerense cuenta 7 propios y la chaqueña 5 y Unión Pro tiene 6.