Después de su tormentosa salida del Banco Central y de su inesperada llegada a las revistas del corazón, Martín Redrado desembarcará mañana en aguas no menos turbulentas: la interna del peronismo bonaerense., según informa el Cronista Comercial.

Un rato después del partido entre Argentina y Alemania, Redrado se mostrará en el elegante edificio del Museo de Arte Tigre. Invitado por Sergio Massa, el movedizo intendente de ese partido, el economista anunciará ante empresarios y sindicalistas que dirigirá un equipo del municipio para promover las exportaciones de las compañías radicadas en ese distrito del norte del Conurbano.

Redrado se reconoce amigo personal de Massa –su único acercamiento a las campañas políticas de los últimos años fue su participación en un acto por la candidatura en 2007 del ex Jefe de Gabinete a intendente de Tigre– pero ese movimiento va en contra de su cercanía con Eduardo Duhalde: el peronista con quien más conversa desde que dejó la administración pública. Massa integra un grupo de seis intendentes bonaerenses –Pablo Bruera, de La Plata; Luis Acuña, de Hurlingham; José Eseverri, de Olavarría; Cristian Breitenstein, de Bahía Blanca y Gilberto Alegre, de General Villegas– que tratan de mostrarse lejos del kirchnerismo pero que nunca se deciden a romper con el PJ, el espacio que maneja Néstor Kirchner. No será el único hombre de números que transitará esos espacios: también trabaja con ellos Santiago Montoya –ex recaudador del gobierno bonaerense– contratado para asesorar al grupo y dedicado por estos días a formar una escuela de capacitación para aportar sangre nueva a ese espacio.

Allí también buscan integrar a Rubén Hallú, rector de la Universidad de Buenos Aires, que intenta instalarse como candidato a intendente de Vicente López por alguna rama del peronismo. Como prueba piloto, Hallú se mostrará el lunes con Massa en la inauguración de una sede de la UBA en Tigre.

¿Qué hará el peronismo bonaerense para intentar revertir la derrota que le propinó Francisco De Narváez hace justo un año? Esos planes quedarán en suspenso hasta finales de 2010. “Hasta que pase el Mundial, Kirchner no hará nada, y después nos vamos a dar plazo hasta fin de año para tratar de que la mayor cantidad de dirigentes juegen adentro del PJ negociando las reglas de las internas abiertas”, aseguró un ladero del patagónico a El Cronista. El funcionario, que habla todos los días por teléfono con su jefe y lo visita seguido en su búnker de la Quinta de Olivos, explicó que el ex presidente dedica “el 90 por ciento de su tiempo a tratar de convencer gente para que no se vaya del partido y que sumen a su candidatura para 2010”. Uno de los peronistas que volvió al kirchnerismo y que llega a Olivos semanalmente es Juan José Álvarez, encargado de seducir a descontentos del PJ disidente. Hasta hoy, no tuvo éxito distinguible en esa empresa, admiten en la Casa Rosada.

Por lo pronto, Kirchner decidió mostrarse tolerante con los cuestionamientos del peronismo y ensaya la construcción de candidaturas que lo apoyen en todos los distritos que pueda. La semana pasada, en plena ceremonia de asunción de Jorge Timerman como Canciller, el ex presidente cruzó el Salón Blanco de la Casa Rosada para abordar al senador Daniel Filmus. Le dio un papelito doblado, con una encuesta anotada a mano, en donde figuraba aparecía como el peronista mejor posicionado para candidatearse a Jefe de Gobierno porteño, un distrito en donde el kirchnerismo no tiene ninguna posibilidad de ganar. Habrá que ver si el ex ministro de Educación cede al sacrificio que busca imponerle su jefe.