La gala de la reinauguración del Teatro Colón, en el Bicentenario, fue una reunión cultural, social, empresarial y política de fuerte contenido opositor. En ella, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, capitalizó los sostenidos aplausos del principio y del final y sus allegados conversaron con los amigos que había de Eduardo Duhalde sobre una futura alianza que los englobe con Francisco de Narváez para las elecciones presidenciales de 2011.

El vicepresidente Julio Cobos ganó el primer plano, en el palco, con su diálogo con el presidente de Uruguay, José Mujica, que dio una señal de diferenciamiento respecto de la personalidad más notoriamente ausente: la presidenta Cristina Kirchner, aliada ideológica del mandatario oriental.

En el final de la ópera La Bohème , Macri desplegó la bandera argentina en el palco. La foto histórica lo tomó junto a Mujica, Cobos, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner. La ovación que recibieron pareció también un mensaje a la Presidenta, revela una crónica del diario La Nación.

El faltazo de Cristina Kirchner fue monotema entre los 2700 invitados. La tensión perduró anoche: los macristas aseguraron que desde la Casa Rosada ordenaron levantar la custodia que soldados del Regimiento de Patricios hacían del Teatro Colón.

El ministro de Cultura y Turismo, Hernán Lombardi, comentaba a varios invitados que el Gobierno le pidió 982 entradas con acompañantes: o sea, 1964. Es decir, más de la mitad de la capacidad del teatro. Lombardi sólo garantizó 200 al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Finalmente, Macri ratificó anoche a La Nación: "Me pareció que había algo raro cuando nos pidieron la mitad de las entradas". Y no dijo más.

Sospecha que Cristina Kirchner quería asegurarse que no hubiera silbatinas. "Seis llamados le hice a la Presidenta y no devolvió ninguno", recordó ayer Macri.

Cobos señaló: "Es una lástima que no haya venido" la Presidenta. Hasta el ex jefe de gobierno porteño y antimacrista Aníbal Ibarra dijo que "hay que hacer una pausa en las diferencias". Y al igual que su sucesor Jorge Telerman calificó de "maravillosa" la función. Ambos comenzaron con las obras del Colón. Otro ex intendente, Carlos Grosso, dio el presente.

Mujica dijo que su padre venía seguido al Colón. Y sobre la pelea Macri-Cristina Kirchner fue sugestivo: "Los dimes y diretes arréglenlos como puedan, hermano". "Ustedes no multipliquen las divisiones", dijo a la prensa.
Sin pelos en la lengua

En el palco, el mandatario uruguayo le susurró a Lombardi: "La cultura permite cosas que la pelotudez de la política no permite". Y a Graciela Borges la sorprendió: "¿Te das cuenta qué torpe no venir?". Se refería a Cristina Kirchner. Otro gran ausente fue Daniel Scioli.

El operador macrista José Torello cuchicheó con su par duhaldista Eduardo Amadeo que "con paciencia" juntarán a Macri y a Duhalde en una alianza para 2011 que incluirá a De Narváez. ¿En qué lugar cada uno? Para eso hay mucho que hablar.

Amadeo aseguraba: "El gran golpe para los K es que vino Mujica: demuestra que se puede ser progresista y venir al Colón". El jefe de gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, señaló que la gala "no se va a opacar" por la ausencia de la Presidenta.

Un encumbrado macrista dijo que a De Narváez le dieron la penúltima fila en platea baja y no palco oficial "como castigo por molestar con su candidatura presidencial".

Hubo más personalidades: Roberto Lavagna, Mario Das Neves, Fabiana Ríos, Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Juan Carlos Romero, Carlos Reutemann, Ramón Puerta, Adrián Pérez, María Eugenia Estenssoro, Enrique Iglesias, Jorge Domínguez, Hugo Biolcatti, Mario Llambías, Carlos Garetto, Cristiano Rattazzi, Guillermo Marcó, Carlos Fayt, Elena Highton, Pinky Satragno, entre infinidad de políticos y empresarios.