El radicalismo está viviendo -en sus enrevesados términos- una pelea de fondo por el control del partido, que sintetizando brutalmente, podría definirse como la pugna entre los sectores que pugnan por una renovación encabezada por Ricardo Alfonsín, y el aparato tradicional que se nuclea en torno a Julio Cobos.

La paradoja de esta situación es que el aparato tradicional -que representan Coti Nosiglia y Jesús Rodríguez en Capital y Leopoldo Moreau y Federico Storani en la provincia- demostró hasta aquí gran capacidad para ganar las internas, pero una pésima performance en las generales. Pero obviamente se trata de radicales y las cosas no son lineales ni tan simples; y hay un poco y un poco en cada lado.

Como sea, hoy Ricardo Alfonsín formalizó su candidatura a delegado al comité nacional para las elecciones internas de la UCR bonaerense, que se realizarán el 6 de junio próximo. Se trata de un gesto de abierto desafío a Cobos, Moreau y Storani y demuestra en el hijo del ex presidente una voluntad de discutir el poder real, arriesgandose a una derrota interna, justo cuando las encuestas lo ubican al tope de las preferencias generales.

El anuncio lo hizo en un acto realizado en el comité radical de Avellaneda, donde proclamó a Miguel Bazze como candidato a presidente del comité bonaerense. El lugar elegido no fue casual. En esa misma plaza, días atrás Moreau y Storani hicieron un acto en el que no lograron juntar más de 300 personas.

Además, Alfonsín logró sumar a su sector a un histórico del radicalismo y hombre fuerte de la UCR de Avellaneda, el ex candidato a gobernador Juan Manuel Casella.

Alfonsín una vez más dio señales que pese a su buen performance en las necuestas nacionales, su prioridad es la gobernación. “La verdadera transformación de la provincia se puede hacer desde el gobierno, y hacia allí vamos: vamos a gobernar la provincia de Buenos Aires”, afirmó.