El Gobierno avanzó varios casilleros con la designación de Joaquín Pedro “El Chango” da Rocha en la Procuración del Tesoro Nacional. El nombramiento es oportuno por varias razones. En primer lugar ubica nada menos que al frente de los abogados del Estado a un hombre de sólidos y extendidos contactos con la Justicia, justo cuando la Casa Rosada pasa por uno de sus peores momentos con ese poder.
Además, le da cierta pátina de prestigio académico y militancia peronista a un Gobierno que viene en franca decadencia con colaboradores cada vez más deslucidos y ajenos a la estructura del peronismo profundo. Es, de paso, un mensaje para las fuerzas políticas “nuevas”. Contar con el respaldo de un partido real, con historia y militantes, permite sacar estos conejos de la galera. Incluso, en las peores etapas de una gestión.
“El Chango” Da Rocha, es socio fundador del estudio Da Rocha-Gené-Munrabá, uno de los pesos pesados de la City en materia penal, con clientes destacados como el diario La Nación o los hermanos Terranova, dueños de publicidad Sarmiento, una de las adjudicatarias del mobiliario urbano porteño, que mantienen una feroz guerra judicial con Daniel Hadad y Augusto Ibero Spinazzola, dos competidores que aspiran a quedarse con ese atractivo negocio.
También circularon por el estudio de Da Rocha clientes menos glamorosos como el ex representante de fútblo Guillermo Coppola, quien según repite la fábula de los estudios penalistas le habría pagado un millón de dólares en efectivo para que lo sacaran de la prisión, cuando estuvo detenido.
Gustavo Gené, familiar del actor peronista Juan Carlos Gené, es la cara amable del estudio. “Es un tipazo”, sintetizan quienes lo frecuentan. Fue él quien acercó al ex canciller Rafael Bielsa al estudio, cuando el kirchnerismo terminó de usarlo y maltratarlo. Para la interna chiquita, cerca de Bielsa afirman que le quedó cierto gusto amargo en la boca, cuando se enteró que el elegido por el matrimonio presidencial era su socio y no él, que hace rato viene haciendo una esforzada defensa pública de los Kirchner, a pesar de la notoria indiferencia de éstos.
Gené es la rama “bordonista” del estudio Da Roca. Asesor de José Octavio Bordón ya desde sus épocas de senador, era su candidato a ministro de Justicia si “El Pilo” hubiera llegado a la Presidencia.
Y la mención no es ociosa. Si hay algo que describe a Da Rocha es que, a diferencia de muchos de sus compañeros de militancia –incluidos sus nuevos jefes los Kirchner-, nunca cedió a la debilidad del menemismo. Subsecretario de Justicia de la gobernación de Antonio Cafiero, fue coherente con ese confuso, pero al mismo tiempo muy real, ideario político.
Militante comprometido durante la dictadura –en la que organizaba congresos de hombres de la Justicia que auspiciaban un regreso de la democracia-, creó por aquellos años su juguete académico: la Fundación de Estudios para la Justicia (Fundejus).
Este instrumento, de línea claramente progresista, cuenta entre sus directivos nada menos que a dos jueces de la Corte Suprema, Carmen Argibay y Eugenio Raúl Zaffaroni y el integrante de la Corte Suprema bonaerense, Juan Carlos Hitters.
Abogado de Daniel Scioli, le rechazó el Ministerio de Justicia, pero ubicó en ese lugar al eficaz Ricardo Casal, otro de sus amigos de Fundejus, organización que también frecuentan Graciela Gianettasio, Carlos Campolongo y el ex dueño de Bunge & Born y funcionario de Juan Domingo Perón, Gustavo Caravallo.
Doctorado en Derecho penal en la UBA y durante algunos años número dos del prestigioso Departamento de Derecho Penal de esa universidad que dirige Zaffaroni, el flamante procurador es un histórico crítico de los famosos jueces de “la servilleta” del menemismo. Habrá que ver cómo hace ahora para conciliar esas convicciones con las necesidades imperiosas de los Kirchner, que no dudan en apelar a los servicios emblemáticos de esa figura como Norberto Oyarbide.
Llega al cargo de la mano de Aníbal Fernández, a quien conoció con mayor profundidad gracias a que su atractiva mujer, la fiscal Mónica Cuñarro, trabó una muy buena relación con el jefe de Gabinete trabajando juntos por la despenalización de la marihuana.
Paradojas de la política, de la mano del funcionario que está causando los agravios más profundos en la Justicia, ingresa al Gobierno el hombre que podría ser clave a la hora de atemperarlos.