El caso del espía Ciro James, quien estuvo atrás de la intervención del teléfono de Sergio Burstein (familiares de la AMIA), entre otros, promete no terminar de un día para el otro.

Hoy el juez Norberto Oyarbide ordenó nuevos allanamientos en el Ministerio de Seguridad luego de que ayer saliera a la luz descubriera que James se comunicó cerca de 150 veces con un celular perteneciente a la agencia de seguridad ARPA, que maneja el comisario retirado Jorge “Fino” Palacios y utilizando la antena más próxima a la Policía Metropolitana y al Ministerio de Justicia y Seguridad porteño.

Por ello, por estas horas la situación de Guillermo Montenegro se sigue complicando. Es que aunque reiteró en varias oportunidades que no tenía nada que ver con James, la vinculación con Osvaldo Chamorro, titular de la policía porteña, y la denuncia de legisladores opositores de que tenía una oficina en la cartera, podrían terminar de dinamitar la incipiente carrera política del ex juez.

Es que esta era la piedra angular de la causa. Hasta hace unos días quien estaba más complicado era el ministro de Educación, Mariano Narodowski, ya que en su área había estado contratado el espía. Sin embargo, como quedó muy difuso en la causa qué funciones tenía en la cartera educativa, de comprobarse que estaba en la Metropolitana, la causa podría virar en contra del ministro de Seguridad.

Por lo pronto Montenegro intenta cubrirse de los embates de la oposición. Por ejemplo el viernes pasado se dio a conocer que había pospuesto su presentación del Presupuesto 2010 para el área para el 29 de octubre. Se suponía que iba a concurrir ayer.

“No sé cuánto tiempo más le queda. Macri se está comiendo una página entera en Clarín por día, ya no es sólo un caso más”, razona ante LPO un importante legislador de la ciudad.

En este contexto una parte de la oposición comenzó a movilizar un pedido de interpelación a Montenegro para mañana a las 15 horas. Una de las voces cantante es el legislador Eduardo Epszteyn, quien además había denunciado en el juzgado de Oyarbide que le pincharon su propio teléfono.

A pesar de ello, las permanentes internas de la oposición terminarían en que se frustre el pedido de interpelación. Entre otras cuestiones, algunos legisladores cuestionan off the record que la Coalición Cívica pretenda dejar afuera de todo cuestionamiento a Narodowski e ir sólo por el ministro de Justicia.

“Nadie se va a subir a eso, si vamos a interpelar, vamos por todo”, contesta a LPO otro diputado que suele ser clave para armar mayorías parlamentarias.

Lo cierto es que para que la sesión especial arranque se necesitan 31 votos y sólo el PRO cuenta con 26 de los 60 que componen la Legislatura porteña. Pero además para lograr aprobar la interpelación deberían votar los dos tercios, es decir, 40 diputados.

Además, diputados de peso como Juan Manuel Olmos se negaron a firmar la interpelación, con lo cual las posibilidades de avanzar son muy bajas.

Claro que Montenegro se encuentra acorralado: una salida posible era que concurra a la comisión de Justicia que preside el macrista Martín Borrelli, idea que quedó en la nada y que sólo dejó más complicado al ministro.

Mientras tanto la cartera de Seguridad es allanada por la Justicia en busca de documentación que acredite si James trabajaba allí. O peor aún: si había una red de espionaje, tal como piensan en el bloque Diálogo por Buenos Aires.

En este marco, Oyarbide analiza por estas horas llamar a indagatoria al "Fino" para procesarlo e inclusive detenerlo en el marco de la causa.