Néstor Kirchner está empezando a ubicarse en el peligroso lugar de la irracionalidad, para la mirada de muchos de sus aliados. En el oficialismo existe una honda preocupación por la estrategia de intentar demoler a Francisco de Narváez con una campaña sucia, que amenaza con perder toda efectividad, ante el grosero aval que le da el propio ex presidente.
“Lo único que estamos logrando es instalar cada vez más a De Narváez, que ahora sí que ya identifican en el Conurbano, con el agravante que lo estamos ubicando en el lugar de víctima”, reconoció a La Política Online un lúcido operador del kirchnerismo, que un tanto frustrado agregó: “Kirchner logró el milagro de sacar de la cancha a Margarita Stolbizer y los radicales, ahora todo es De Narváez-Kirchner, estamos perdiendo la oportunidad de dividir el voto opositor”.
Con el agravante que en una sociedad que expresa, de mínima, un rechazo del 60 por ciento al kirchnerismo, no hay que ser muy ágil con los números para anticipar a quien favorece una escenario de polarización entre Kirchner y el candidato de Unión-PRO.
Algo de esto pareció percibirse en el entorno de Daniel Scioli, que através de dos de sus hombres políticos más importantes salió a cruzar la persecución judicial contra De Narváez.
"No es un candidato de mi simpatía, pero hay un principio de prudencia, uno debe preservarle el derecho a transcurrir el proceso eleccionario sin ruidos de esta especie", aseguró el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, hoy incorporado plenamente a las filas del gobernador y uno de los principales impulsores de su candidatura presidencial para el 2011.
El ex jefe de gabinete kirchnerista cuestionó duramente la citación del juez federal de Zárate-Campana Federico Faggionato Márquez a De Narváez, por la causa de la efedrina, con un argumento de peso: "Quisiera que esta situación termine cuanto antes, porque esto enturbia un proceso eleccionario al que no le hace falta esto. No había necesidad de que esto pase. Por momentos me parece que es más útil a De Narváez que al mismo Gobierno a quien le atribuyen haber sido parte de esta operación. Es innecesario, inútil y una mala práctica".
En tanto que “Pepe” Scioli dio dos claros mensajes de su hermano, el gobernador bonaerense a Néstor Kirchner. Por un lado, no está de acuerdo con la campaña sucia que se lleva a cabo contra De Narváez. Y por el otro, no permitirán que, sin conocer los resultados de esta elección, ya se estén jugando los cargos de 2011, particularmente una supuesta candidatura a gobernador bonaerense de Kirchner.
En declaraciones a la prensa afirmó: “La campaña ya es de por sí rara. Hay un candidato que está preso, hay un Narváez que no es De Narváez, hay un candidato al que lo vinculan con la causa de la efedrina, a diez días de la elección. Por otra parte las acusaciones provienen de un juez que tiene 36 causas de juicio político. Recién Alberto Fernández en un reportaje dijo exactamente lo mismo. Desde lo personal me parece que la ciudadanía quiere escuchar propuestas y no estas cosas”, explicó Scioli, subrayando su coincidencia con el ex jefe de Gabinete.
Sobre este tema agregó: “El tema de la citación, sea del color político que sea a diez días de la elección no suma ni ayuda. No es útil hacerlo en este momento, no coincido con esto me parece que no le hace bien al proceso electoral”.
Por último el funcionario se refirió a las versiones que indican que Néstor Kirchner competiría por la gobernación en 2011 y Daniel Scioli haría lo propio por la presidencia. “Me enteré de estas versiones igual que ustedes por los diarios. Me parece que hablar de 2011 es hacer futurología. También dijo Moyano que quería ser presidente o gobernador. La gente hoy quiere otra cosa. Los problemas de la gente pasan por otro lado, la gripe porcina, los problemas de salud, el tema de seguridad”, concluyó.
La bronca de Alberto Fernández
El ex jefe de Gabinete sumó argumentos críticos a la campaña contra De Narváez. Si bien dijo que no conoce "en detalle" la imputación, pero que por lo que sale en los diarios, "honestamente es difícil de entender semejante decisión". Explicó: "Si lo que hay es una serie de llamados telefónicos ocurridos hace dos o tres años atrás, es difícil de entender la premura con la que el juez toma la decisión de controlar".
Agegó incluso que "el juez está más sospechado que el juzgado" y aseguró que "francamente no es entendible" su decisión. "Es muy dañino para la buena calidad de la Argentina", agregó.