La posibilidad de que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) envíe 1.500 millones de dólares a la Argentina no es más que esa: una posibilidad. Pese a la reunión que mantuvo Cristina Kirchner con el titular de esa entidad, Luís Alberto Moreno, la cuestión depende de la recapitalización que Estados Unidos y los países centrales decidan hacer, como ya ocurrió con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Moreno reconoció que está negociando con Argentina el envío de esos fondos. "Estamos en eso. Vamos a hacer algo muy grande en materia social", dijo Moreno desde Puerto España, la ciudad de Trinidad y Tobago que fue sede de la V Cumbre de las Américas, horas después de la cumbre con la presidente.
Pero nada pasó de ahí por el BID, como ocurre con los organismos internacionales de crédito, necesita capitalizarse. Y la lleva de eso la tiene Barack Obama.
La decisión que tiene que encarar el hoy líder mundial es cómo administrar los fondos de los bancos mundiales para reordenar el alborotado mercado financiero del mundo, pero también verificar la posible explosión social que pueden darse en algunos países en vías de crecimiento –como Argentina- sino se ayuda con dólares.
En Washington, según dicen los funcionarios de la administración kirchnerista, habrá una discusión interna: si usar el dinero para recapitalizar el BID -como pidió la Presidenta y los líderes del cono sur- para aliviar a la región más pobre de la crisis, o si dirigirla a otros sectores, como industrias o bancos norteamericanos.
El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, ya se lo dijo a Obama en el cónclave americano: o se usa en estos países, o habrá anarquía, violencia y crisis de deuda, con consecuencias sobre la gobernabilidad.
Pero por ahora, la Argentina aparece lejos del mapa del mundo con el que trabaja el primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos. Mientras invita especialmente a Lula a la Casa Blanca, en quien parece haber encontrado su interlocutor con la región, sigue negando un encuentro bilateral con Cristina.
De hecho, ni bien concluyó la cumbre, Cancillería tuvo que hacer correr la versión de una “felicitación” de siete diputados de los Estados Unidos, por el discurso de la presidenta en la apertura de la cumbre. También agregaron que esos legisladores estadounidenses le preguntaron “cómo hacer para acercar a los Estados Unidos con América latina”, según confió ayer el canciller Jorge Taiana. Pero la realidad parece otra.
Según el responsable de la diplomacia de argentina, la cumbre fue positiva para la Argentina. "Hay un reconocimiento y un espíritu nuevo del gobierno de los Estados Unidos por el cambio en la relación con Cuba y con América latina", señaló.
Ahora, Obama se encuentra ante la posibilidad de llevar a los hechos ese “nuevo espíritu”. Esos hechos, son la financiación de países que de profundizarse la crisis pondrán en juego su gobernabilidad.
El titular del BID reconoció que Cristina le planteó firmemente la necesidad de refondear a la entidad para mantener la economía en la región. Por esto, si bien la negociación con el BID puede ser positiva, traslucir esas conversaciones en un engrosamiento de las arcas nacionales aparece hoy como algo muy lejano.