El último escollo albertista con cargo de poder acaba de dejarle su lugar a un pingüino de extrema confianza y fidelidad con el matrimonio Kirchner, casi con el brindis de fin de año mediando. Claudio Moroni renunció a la dirección de la AFIP, y en su lugar asumirá el titular del a Oncca, Ricardo Echegaray, quien hasta hoy era el nexo del gobierno con el sector más urticante: el campo.

Moroni había asumido en mayo de este año. Reemplazó a Alberto Abad, uno de los funcionarios más sólidos que tuvo el kirchnerismo y de trabajo más reconocido incluso en la oposición al frente del ente recaudador, quien justamente había vivido una cruda interna con Echegaray, cuando este controlaba la Aduana.

La presencia de Moroni era una grave anomalía dentro de la forma de administrar la política que tiene Néstor Kirchner. Era el último hombre del círculo íntimo de Alberto Fernández en el gobierno. Fueron compañeros de facultad y allí tejieron una gran amistad. Por eso, el ex jefe de Gabinete siempre se las rebuscó para conseguirle cargos importantes y de mucho manejo de fondos, como cuando ocupó la dirección de la Anses.

Según información a la que pudo acceder La Política Online, en el lugar de Echegaray quedará Emilio Eyras, quien hasta aquí era el segundo, ocupando el cargo de director Adjunto a la Presidencia con Firma Operativa Autorizada.

La aclaración de “con Firma Operativa Autorizada” que figura en la página web oficial de la Oncca no es casual. Es que fue denunciado por diputados de la oposición que lo acusaron de firmar resoluciones sin poder legal administrativo

Aunque aún no está firmado el decreto de nombramiento, fuentes internas confiaron a este medio que quien se comunicó con Echegaray para confirmarle su nuevo rol en el gabinete, fue nada menos que la misma presidenta Cristina Kirchner.

Pingüino de ley

Para dar cuenta de su fidelidad, Echegaray no dudó en alinearse a ala dura del kirchnerismo en el conflicto con el campo, sin medias tintas. Allí inventó los famosos ROE verdes y rojos para controlar las exportaciones de granos y carnes.

Debió dejar su cargo en la Aduana luego de una dura pelea con Abad, cuando este ocupaba la AFIP. Los Kirchner lo reciclaron en la Oncca, donde transformó en organismo menor en un ente que se metió hasta el fondo de los negocios agropecuarios, convirtiéndose –junto con Guillermo Moreno- en el más difícil escollo de la mesa de enlace. Entre otras cosas, le quitó a la Federación Agraria el control de las cartas de porte.

Desde el cargo que ocupaba hasta hoy, se manejó con una idea madre que solía exponer sin titubeos: “Seguridad Alimentaria”. ¿Qué significa? Primero garantizar el consumo interno y si queda algo, con esos remanentes, exportar. Así justifica las trabas a las exportaciones que tanto criticaron en el agro.

El ascenso y la caída

Echegaray tiene un diálogo fluido con Cristina y Néstor Kirchner, a quienes conoce de su paso por la Aduana de Santa Cruz. Es un hombre de carrera dentro del sector aduanero, y un abogado brillante reconocido hasta por sus propios adversarios.

Otro de los nombres que barajó la presidenta para reemplazar a Moroni en la AFIP fue el de Carlos Castagneto, pero finalmente se definió mantenerlo como viceministro de Desarrollo Social, donde realiza una tarea clave junto a la ministro Alicia Kirchner.

Echegaray, según detallaron a La Política Online, consideró su designación en un encuentro con el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zanini, ya que la presidenta se encontraba en viaje rumbo al Chaco y el jefe de Gabinete, Sergio Massa, en el partido bonaerense de Tigre.

Ahora, será el Senado quien deba ratificar el nombramiento por decreto de Cristina.

La contracara es Moroni, quien asumió en la AFIP por Abad. A éste se le venció el mandato el 10 de diciembre y Cristina, como avisando lo que hoy se confirmó, nunca firmó la renovación para sostener a Moroni en el cargo. Días después de esto, parece que Moroni entendió el mensaje y antes de descorchar la sidra de fin de año firmó la renuncia.