Un grupo de eurobonistas apeló el fallo del juez Thomas Griesa por el cual se impide el pago de los servicios de sus bonos restructurados, al que se sumó el Citigroup, para que le habilite seguir haciendo desembolsos a sus clientes, y no por "única vez" como había resuelto el magistrado a fines de julio.
El grupo de tenedores de bonos en Euros hizo la presentación ante una corte de Manhattan y tanto su pedido como el recurso presentado por el Citigroup serán expuestos el próximo 18 de septiembre.
De esta manera, la justicia de los Estados Unidos hizo lugar a una revisión del fallo del juez Griesa que impedía al Bank New York Mellon hacer pagos a tenedores de bonos de la deuda restructurada si no se pagaba la sentencia a los holdouts.
Griesa había autorizado por única vez al Citigroup el pago de servicios e intereses de unos bonos porque no se podía determinar si estos correspondían a bonistas o eran aquellos destinados a la cancelación de la expropiación de Repsol.
En el caso de los eurobonistas, el magistrado mantiene el interdicto a pesar de que los abogados europeos sostienen que esos bonos se rigen por legislación europea y fuera de la competencia de Griesa.
En rigor, la apelación se remonta al fallo de la Cámara del 22 de agosto de 2013, que estipuló que el único atado a la jurisdicción de Griesa era la Argentina, quitando de en medio a los tenedores de bonos y los agentes de pago en tanto no ayudaran al país a evadir la sentencia del veterano juez que obliga a pagarle U$S1600 millones a los fondos buitre.
De ahí que en los argumentos deberán plantear que fueron afectados por la decisión del magistrado, pero dejar bien en claro que no están ayudando a la Argentina a continuar con el desacato, reflexionaba un abogado que sigue de cerca el caso.
Si la apelación es aceptada, la Cámara podría habilitar un nuevo camino legal para que el gobierno cumpla con los próximos vencimientos de deuda para los bonistas europeos y tenedores de bonos con legislación argentina, por lo que el porcentaje de deuda en default se vería reducido.
De ahí que la audiencia haya sido fijada muy cerca del 30 de septiembre, cuando la Argentina tiene que cumplir con el siguiente pago de intereses de deuda.
Así, los bonistas y entidades financieras salieron de la esfera de Griesa buscando cubrirse a sí mismos pero, al mismo tiempo, abriéndole una posibilidad al país para acotar el default a una porción cada vez menor de títulos públicos.
Eso sí, la decisión que surja de la Cámara difícilmente pueda extenderse al pago del 30 de junio que Griesa frizó en el Bank of New York.
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