La segunda ronda de la subasta petrolera del Presal de este jueves fue un nuevo fracaso y al igual que en la jornada anterior, no contó con la participación de ninguna empresa del ámbito privado.

De los cinco bloques que se ofrecían, hubo cuatro que permanecieron vacantes y el único ofertado fue gracias a la presencia de la estatal Petrobras que en alianza con la también estatal china CNOOC se quedaron con el área de Aram.

Como explicó LPO, el miércoles esta misma alianza se quedó con dos de los cuatro bloques y terminó pagando un 30% menos de la recaudación prevista.

El desinterés de las principales jugadoras internacionales sorprendió al mercado y causó un fuerte impacto tanto en la bolsa paulista, como en el tipo de cambio del país vecino. Pero el mayor golpe se lo llevó la propia Petrobras que cayó un 2,5% al demostrar sus serios problemas de caja para poder ofertar en mayores áreas.

Bolsonaro tuvo que recurrir a la estatal Petrobras para evitar el fracaso de la subasta del Presal

Los analistas aseguraban que los resultados mejorarían rotundamente este jueves al subastar una región muy promisoria que requería el pago de un bono mucho menor. Sin embargo, las expectativas volvieron a defraudar.

En consecuencia, el director general de la ANP (Agencia Nacional del Petróleo), Decio Oddone, afirmó que la era de los bonus billonarios para las áreas del Presal "está llegando a su fin".

Es que el alto precio que se obligaba a abonar a las petroleras solamente para poder adquirir el derecho de explorar las áreas, terminó operando como una fuerte barrera en un mundo que hoy en día ofrece una gran variedad de opciones a un menor costo que le compiten al Presal.

"Ante la baja de costos de los no convencionales el Presal puede estar resultando un poco caro", aseguró a este medio el ingeniero industrial y consultor energético Cristian Alonso.