Los “early voters” son el último argumento que debaten los equipos demócratas y republicanos. Reince Priebus y John Podesta, directores de campaña de Trump y Hillary, intentan utilizar los primeros resultados para instalar de manera anticipada que hay una tendencia que los favorece.

Pero, ¿qué es el early vote? La votación adelantada es un proceso que permite a ciertos ciudadanos emitir el sufragio días antes del proceso. Lo pueden hacer a distancia –por correo- o en persona, generalmente en las mesas electorales que son especialmente designadas.

El objetivo es aumentar la participación de los votantes y aliviar la congestión en las mesas electorales el día de las elecciones. ¿Quiénes pueden votar de esta forma? Entre otros, aquellos que estarán fuera de su jurisdicción, trabajadores electorales, voluntarios de campaña, personas con procedimientos médicos programados y quienes tengan compromisos religiosos.

El voto temprano es empujado por las estructuras de los partidos justamente por el impacto que tiene mostrar resultados en los días previos a la elección general. Sin embargo, muchos expertos minimizan su importancia real: son incontables los casos de resultados que cambian el día de la votación general.

A esta altura parece estar muy claro es que la participación de los hispanos será alta. Eso se desprende de los votos tempranos y es uno de los aspectos que Podesta agitó en los medios

Aún así, dejan indicios. Por ejemplo, a esta altura parece estar muy claro es que la participación de los hispanos será alta. Eso se desprende de los votos tempranos y es uno de los aspectos que Podesta agitó en todas las entrevistas que concedió a medios nacionales.

El caso de Florida es interesante. Allí votaron “temprano” 6.4 millones de personas. El resultado es apretado: apenas 100 mil votos de ventaja para los demócratas. Pero la participación hispana se calcula en más de 600 mil, el doble que en 2012.

En Nevada el voto latino dejó con una importante ventaja a la ex Primera Dama. De seguir esta presunta tendencia, sería una gran noticia para Hillary, que depende en gran medida del voto de las minorías: así definirá varios de los estados que todavía están en disputa.

Télam

El otro factor determinante será la participación de los afroamericanos. Y allí se encendieron focos de alarma para los Clinton, sobre todo en estados en donde no hay tantos latinos y dependerán del voto negro, como Ohio y Carolina del Norte

El otro factor determinante será la participación de los afroamericanos. Y allí se encendieron focos de alarma para los Clinton, sobre todo en estados en donde no hay tantos latinos y dependerán del voto negro: Ohio y Carolina del Norte, por ejemplo.

Otro foco de atención, como ya adelantó LPO, será Pensilvania en donde habría bajado la incidencia del voto afroamericano en comparación a 2012 y también 2008. Los analistas creen que en ese momento se tocó un techo por la alta expectativa de cambios que generó Obama.

Atentos a esos números desalentadores, se activó una campaña de último momento: Obama y su mujer Michelle salieron a pedir más movilización del voto negro. Hubo una reacción, es cierto, pero sigue siendo una incógnita si la tendencia podrá revertirse completamente el martes.

La apuesta de Hillary tiene una sencilla explicación aritmética: en Estados Unidos hay más de 25 millones de hispanos habilitados para votar. El crecimiento de este segmento fue enorme en los últimos años y ya representan casi el 12% del padrón, un número similar a la minoría negra.