El Ibex cerró la sesión en 7.464,50 puntos, un 3,21% a la baja, rondando los mínimos de la sesión, pese a que abría fuertemente al alza, remontando tras la sesión catastrófica del lunes. Pero finalmente las acciones españolas y las italianas han ido cediendo terreno. Conforme se iban conociendo nuevos casos de coronavirus, con políticos contagiados incluidos, y se anunciaban nuevas medidas, los avances se iban dando la vuelta.

Fue tocar el Ibex la cota de los 8.000 puntos y comenzar un camino de vuelta que le deja unos 500 puntos más abajo, lo que da buena cuenta de la volatilidad del día. Pese a que los futuros de Wall Street anunciaban sin mayores problemas una apertura alcista, las ventas volvieron a presionar.

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No hay mucha más novedad, salvo las importantes peticiones de liquidez concedidas en EE UU por parte de la Reserva Federal, de 225.000 millones de dólares, que muestran que al otro lado del Atlántico, por lo menos, se hace lo imposible por evitar colapsos de los mercados. Cosa imposible de vaticinar, por otro lado, en un escenario de pánico incontrolado global.

El FTSE Mib italiano se hundió otro 3,28%. El Cac 40 parisino retrocedió un 1,51% mientras el Ftse 100 londinense, que evolucionó todo el día al alza, finalmente cedía un 0,093%.

En EE UU, el Dow Jones y el SP 500 superaban el medio punto al alza.

Por valores, ocho compañías se salvaron de la quema, con avances superiores al 1% para MasMovil, Mapfre, Repsol y Mediaset. En el lado contrario, la sangría volvió a ser fuerte, con Sabadell dejándose más del 7%, mientras Enagas, Colonial o Iberdrola superaban el 5% a la baja.