A comienzos de la semana pasada la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall estuvo en la CDMX en una serie de reuniones para revisar el panorama de seguridad en América del Norte y las acciones contra el tráfico de fentanilo.

Fuentes diplomáticas que accedieron a esas reuniones señalaron a LPO que tanto la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, como la canciller, Alicia Bárcena, le dijeron a Sherwood-Randall que el Gobierno mexicano tomaría el liderazgo para que el proceso electoral fuera pacífico y sin altercados de violencia política, que es algo que preocupa en Washington.

Un empresario allegado a Adán Augusto y Nahle muere en accidente aéreo

Funcionarios del Departamento de Estado y de otras agencias creen que el narco juega un papel electoral en México y es un motivo de inquietud porque acerca a México a los escenarios que se proyectan en Washington sobre la Venezuela de Nicolás Maduro: una conjunción de gobierno militarizado, narcotráfico y atropello a las instituciones.

Funcionarios del Departamento de Estado creen que el narco juega un papel electoral en México y es un motivo de inquietud porque acerca al país a escenarios que se proyectan en Washington sobre la Venezuela de Nicolás Maduro: una conjunción de gobierno militarizado, narcotráfico y atropello a instituciones.

Lo cierto es que, a las pocas horas de los dichos de Bárcena y Rosa Icela, una operadora electoral de Adán Augusto López Hernández era asesinada en Veracruz, que es una entidad además muy complicada por el accionar del crimen organizado.

Luego, a los tres días se desplomó el avión privado de otro ladero electoral del ex titular de Segob, el empresario Daniel Flores Nava, quien era además contratista de Dos Bocas.

Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca en su reciente visita a México.

Cuartoscuro

Y finalmente, como tercer episodio, el asesinato en Guerrero del operador de Marcelo Ebrard, el también empresario, José Fuentes Brito.

En Estados Unidos preocupa la dimensión de lo ocurrido porque además tiene como subyacente la tesis -también acuñada en el Departamento de Estado y en el Capitolio- de que el Gobierno mexicano tiene algún tipo de entendimiento con los grandes cárteles de la droga, diálogo que a veces se descarrila en episodios de extrema violencia. 

Bajo esta óptica, estas tensiones adquieren la densidad de presuntas represalias o ajustes de cuentas desde el narco a la autoridad política.

La semana pasada la titular de la DEA, Anne Milgram, trazó en una audiencia un escenario muy crítico del panorama del narco y sus operaciones en México. Esto sucedió ni bien Sherwood-Randall regresó de su visita al país.