Opinión
Jaque Pandémico: salud o economía la encrucijada
Por Raúl Paredes Peña
Ante la nueva normalidad, una nueva narrativa: con personas sanas, se puede aprender, producir, innovar. Pero cuando la gente está enferma, toda la sociedad sufre.

Apenas hubiéramos podido imaginar hace un par de años la llegada de una pandemia que nos obligó a usar mascarillas de tiempo completo -solo eran parte de una película de ficción-, a estar confinados -la llegada del home office y los miles de matrimonios que se separaron-, a desnudarnos como una sociedad tan frágil e impreparada; y la economía, impactada de una forma brutal afectando los bolsillos de millones de familias.

Las calles vacías emulaban la llegada del apocalipsis, el sonido ensordecedor del silencio se apoderaba de nuestro viejo mundo, ¿la causa? la falta de la actividad económica de los restaurantes, los mercados, los tianguis -echábamos de menos el llévele, llévele-, tiendas, centros comerciales, las oficinas -la nostalgia nuestros centros de trabajo y compañeros- y sin duda, la Fe, se desdibujaba por el cierre de los diferentes centros religiosos, llegó la "sana distancia", incluso, con nuestros seres más queridos; al no estar preparados para enfrentar al hoy COVID-19, muchas almas trascendieron a mejor vida, y muchos corazones quemaron las naves sin esperanza de reencontrarse, bienvenidos al desierto de lo real.

Nuestra civilización decayó en un estado de confort, me recuerda la alegoría platónica de "la Caverna", que es el lugar del mundo sensible, el de las apariencias, el de las realidades degradadas, ese lugar donde estamos encadenados por ignorancia, que solo nos permite tomar del mundo los objetos materiales sin conocer su origen, su fuente de realidad y su esencia; donde se encuentran los momentos de felicidad pero paralelamente instantes de orfandad -donde nos sentimos invencibles-, pero la pandemia, nos dio un golpe de realidad, mostrándonos la verdad de una sociedad conformista, individualista, con una ceguera que evidencia el desinterés por el bienestar del otro y la incapacidad para la empatía social.

El coronavirus SARS-COV2, puso a prueba la capacidad de los gobiernos, empresas y trabajadores, se tuvo que confinar a la mayoría de la población durante meses -excepto los trabajadores esenciales ´héroes anónimos´ y las personas con alguna comorbilidad- y se tomaron un cumulo de decisiones para implementar políticas para combatir la emergencia sanitaria que tuvieron efectos negativos en la actividad económica, impactando de forma agresiva con la pérdida de empleos o disminución de ingresos.

Esta pandemia se convirtió en la crisis más compleja que el mundo ha tenido que afrontar desde la Segunda Guerra Mundial, puso en "Jaque" a la salud y la economía. El riesgo sanitario, social y económico fue sin precedentes afectando a los más vulnerables. Lamentablemente las personas en riesgo de pobreza y exclusión social son las que han sufrido un mayor impacto ya que cuentan con menos recursos económicos.

Muchos países no encontraban la respuesta ante la encrucijada de la salud y la economía, los gobiernos frente a los discursos falsarios de elegir entre alguna de las opciones, se fue desvaneciendo, y se replantearon las decisiones para que optara por salvar vidas y reactivar los medios de subsistencia en una misma estrategia interdependiente -en los whatsapp se podía leer que si alguien no moría a causa del virus posiblemente sería por la falta de alimento-; los eslabones de las cadenas productivas comenzaron a soldarse, los engranes de la reactivación económica se empezaron a engrasar desde el pequeño productor hasta el más alto empresario, finalmente la esperanza para millones de personas se ilumino con la reapertura de las actividades económicas de manera gradual, ordenada y segura. Hoy vemos ciudades más amigables con el medio ambiente y con un cambio drástico en los protocolos del día a día.

Ante la nueva normalidad llegó el momento de una nueva narrativa: cunado las personas están sanas, se puede aprender, se puede producir, se puede innovar; pero cuando la gente está enferma -incluye la salud mental-, toda la sociedad sufre, por ende, todos los cimientos de la economía y de la sociedad pueden desmoronarse.

Mientras la pandemia no llegue a su fin y las crisis económica siga presente, es momento de seguir demostrando que la solidaridad así como la empatía mueven el mundo, transforman al ser humano, nos hace ver como iguales además de vulnerables; todas y todos podemos colaborar con pequeños o grandes gestos de apoyo y acciones que nos emocionan ante la adversidad.

Estamos viviendo momentos que nunca habríamos imaginado como sociedad, el Covid-19 no distingue raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen, nacionalidad, posición económica o social, por tanto, nuestra sociedad se debe adaptar ante dicha crisis global y luchar con todas las fuerzas, ya que es momento de demostrar que nuevamente la Humanidad puede mostrarse resiliente. Sigamos actuando de manera responsable para no poner en riesgo nuestras vidas y las de los demás, ya que solo juntas y juntos saldremos adelante.

Publicar un comentario
Para enviar su comentario debe confirmar que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones de LPO
Comentarios
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellas pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento de terminos y condiciones será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.
Más de Raúl Paredes Peña

"La nomenklatura" morenista

Por Raúl Paredes Peña
Tras la designación de Sheinbaum como candidata en la Ciudad, el análisis de la élite de Morena en contraste con la extinta Unión Soviética.

2018, el cambio de régimen... ¡ya comenzó!

Por Raúl Paredes Peña
El panorama político de los suspirantes del PRI, el Frente, Morena y los independientes en el inicio de la precampaña.

El espejo epifánico del calderonismo

Por Raúl Paredes Peña
Margarita en el reflejo de un espejo. Memoria del control absoluto de Calderón en el PAN, al clásico estilo priista.

En el limbo, monopatines eléctricos

Por Raúl Paredes Peña
Los monopatines eléctricos pueden llegar a ser un peligro si se usan mal. Crece su popularidad, pero hay muchas dudas.

Inmobiliarias, la ambición desmedida

Por Raúl Paredes Peña
Para los constructores el incremento de la plusvalía y del precio por metro cuadrado se ha convertido en un negocio muy lucrativo. ¿Cómo afecta a los vecinos?

Marko, con un K.O. moral tumba al PAN

Por Raúl Paredes Peña
El síntoma mayor en el PAN es que se han dejado de formar cuadros, se ha perdido la doctrina y lo que los fundadores llamaban "la mística".